■ El vicepresidente del consorcio, confiado en su “cercanía” con Calderón y Osuna Millán
Construirán en BC desarrollo de lujo para multimillonarios
■ Punta Brava ofrecerá residencias hasta de 7.5 mdd y un campo de golf con vista al Pacífico
■ Es un proyecto excluyente; pasa sobre normas ambientales y de patrimonio cultural: opositores
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Aspecto de la península de Punta Banda, ubicada a menos de 20 kilómetros de Ensenada, Baja California, donde se pretende construir villas y mansiones para multimillonarios
Foto: Olga Alicia Aragón
Ensenada, BC, 17 de diciembre. El magnate texano Bill Red McCombs planea construir en 107 hectáreas de la península de Punta Banda (a menos de 20 kilómetros al sur de Ensenada, en una zona costera de extraordinaria belleza con acantilados, coloridos matorrales y variada fauna marina) un desarrollo turístico residencial para multimillonarios, con villas y mansiones, restaurantes, casas club y un espectacular campo de golf con vista al océano.
McCombs es socio de Flagship Group y del famoso golfista Tiger Woods. Con una fortuna calculada en mil 300 millones de dólares, ocupa el lugar 38 de la clasificación de la revista Forbes entre los más ricos de Estados Unidos y el 297 entre los 400 más acaudalados del mundo. Su riqueza proviene de inversiones en energéticos y bienes raíces.
Es fundador de Red McCombs Automotive Group, cofundador de Clear Channel Communications, ex propietario de los equipos profesionales de basquetbol San Antonio Spurs y Denver Nuggets, y de los Vikingos de Minnesota, de futbol americano.
En el terreno donde se proyecta erigir el desarrollo, denominado Punta Brava por los inversionistas, existen al menos ocho sitios arqueológicos y campamentos concheros prehistóricos, donde residieron los primeros pobladores de la península.
El proyecto ha provocado rechazo entre sectores de Ensenada, principalmente académicos y ambientalistas, quienes consideran que a los bajacalifornianos se les están arrebatando sus costas y se arrasa con sitios arqueológicos, fauna, flora y paisajes.
Ante la presión, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia, convocó a una consulta ciudadana para que los desarrolladores expusieran el proyecto y los inconformes expresaran sus críticas a la manifestación de impacto ambiental (MIA) presentada por la empresa, la cual la Semarnat deberá calificar antes del 30 de enero próximo.
Ésta es la segunda manifestación que presenta The Flagship Group; la primera fue rechazada por la Semarnat en febrero por incumplir normas de protección ambiental y arqueológica.
La más reciente reunión se efectuó el martes y se presentaron 22 ponencias, algunas a favor y otras en contra.
Los críticos, entre ellos el geólogo Carlos Lazcano Sahagún, coincidieron en que Punta Brava no beneficia a la comunidad porque “es un proyecto de elites, exclusivo y excluyente, promovido por intereses extraños a Ensenada. Tiende a crear pocos empleos de bajos salarios, exporta los ingresos reales e impacta negativamente el ambiente y los recursos culturales”.
Lazcano destacó que la manifestación de impacto ambiental ni siquiera menciona el acceso público a la zona federal marítim-terrestre, “que por ley debe estar garantizado a los ciudadanos mexicanos por tratarse de un bien nacional”.
Moisés Santos, oceanólogo y ambientalista, dijo que el documento deja fuera aspectos culturales y estéticos, como la presencia de grupos étnicos, y la identificación, localización y caracterización de recursos culturales y religiosos, lo que pasa por alto la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. “El proyecto no puede ser aprobado como se ha presentado. Debe ser ajustado”, insistió.
Marco Antonio Castillo Ceja, director de la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia, se comprometió a incluir las observaciones en el documento que emitirá el Consejo Consultivo Núcleo para el Desarrollo Sustentable del estado, como parte de la consulta pública que realiza la Semarnat.
Las promesas de la compañía
Brian Tucker, vicepresidente de Flagship Grup, aseveró que la empresa “respetará escrupulosamente” las leyes mexicanas.
“¡Claro que habrá paso para la gente de Ensenada a la zona federal marítima! Y no sólo eso: también se organizarán visitas de grupos de estudiantes a los sitios arqueológicos y hasta podrán entrar a jugar golf los ensenadenses que así lo deseen, en determinados días del año. Es más, si alguien les impide entrar, que me hablen y yo resuelvo.”
Tucker dijo que se enamoró de este “lugar mágico de Ensenada” cuando lo conoció, hace más de tres años, “escondido entre nubes y montañas”. Invitó al dueño del terreno, Rubén González Peña, para que se asociara con él y construir un sitio “al que vendrá gente de todo el mundo, de Asia, de Inglaterra, de Estados Unidos; de México también, pero gente como Carlos Slim”.
Punta Brava ofrece 40 terrenos privados y 99 villas con vistas al océano Pacífico. El valor de los predios va de tres a 12 millones de dólares. Cada villa costará entre 1.7 y 7.5 millones de dólares. Habrá un total de 385 membresías de golf disponibles.
Respecto al primer campo de golf con vista al océano, diseñado por Tiger Woods, dijo que será único en el mundo. Incorporará la topografía, y algunos hoyos se jugarán sobre el agua, “con lo que se logrará un cierre dramático del recorrido”.
“Aunque unos cuantos ambientalistas se oponen al proyecto, estamos seguros de que todo saldrá muy bien, porque nosotros estamos muy cerca del gobernador (José Guadalupe Osuna) y de Felipe Calderón”, dijo el estadunidense Tucker.