De la santidad a la concupiscencia
“El sexo, como pretexto válido para romper con la monotonía; el sexo-motor; el sexo-ansiedad; la costumbre del sexo, como un hartazgo cualquiera que se volverá lastre; el sexo colosal, incontenible, frenético, ambiguo como un juego que confunde y luego aclara y vuelve a confundir; el sexo-simulacro, el sexo-obviedad. El placer, al fin, como un encomio que vaya justo en sentido inverso a lo que se vive.”
Con esa potencia comienza el relato con el que Daniel Sada (Mexicali, 1953) obtuvo la versión 26 del Premio Herralde de Novela. Se trata de una historia que tardó 25 años en salir de la pluma del autor, quien no se atrevía a contar los detalles de “un caso muy cercano a mi núcleo familiar” pues, inclusive, algunos de los personajes aún viven, confesó hace unos días en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Situada en los años 40, Casi nunca presenta a Demetrio Sordo, un agrónomo que ve pasar la vida sin grandes emociones en un rancho de Oaxaca. Un día decide que será el sexo el que cambie la monotonía que lo rodea y acude a un burdel donde conoce a una morenaza de fuego, Mireya, quien cumple su sueño a la perfección.
Pero al poco tiempo su madre, Telma, le pide que viaje a Coahuila para casarse con una “señorita ilustre”, que resulta ser Renata. ¿Podrá Demetrio mantener las dos relaciones? ¿Cómo será su oscilar entre la santidad y la concupiscencia?
El autor ha revelado que la dosis de realidad es una pareja que tuvo una relación de noviazgo de nueve años, durante los cuales sólo se vieron en nueve ocasiones, una por año. En el quinto encuentro él besó el dorso de la mano de la muchacha lo cual provocó un escándalo. La relación con la prostituta es el elemento literario que brinda coherencia al relato.
“Detrás de la historia hay una enorme carcajada, batallé mucho en el abordaje, porque para mí era muy importante definir el punto de vista”, concluye Sada.
Título: Casi nunca
Autor: Daniel Sada
Editorial: Anagrama
Número de páginas: 176
Precio de lista: 195 pesos
Textos: Mónica Mateos-Vega