■ Los reos, ligados al cártel de Sinaloa, los atacaron en locutorios, luego de inmovilizar a los guardias
Internos del penal de Mazatlán matan a tiros a 2 presuntos zetas
■ Otros dos reclusos, heridos; impostergable reubicar a presos de alta peligrosidad: jefe policiaco
Ampliar la imagen Elementos del Ejército Mexicano, de las policías Federal Preventiva y Ministerial arriban al penal de Mazatlán para buscar las armas que fueron utilizadas por los reos durante la balacera que dejó dos reos muertos y dos heridos Foto: Irene Sánchez
Mazatlán, Sin., 13 de diciembre. Reos presuntamente vinculados al cártel de Sinaloa dieron muerte a dos supuestos integrantes del grupo rival de los zetas e hirieron a otros dos en la prisión de esta localidad, informó el director del reclusorio, José Antonio Sáinz León.
Afuera, más de 200 personas que realizaban filas para visitar a sus familiares fueron conminadas a retirarse del área de riesgo, incluidos unos 50 parientes y amigos de Karla Gavaliz, que había ingresado vestida de novia para casarse con el preso Orlando Rendón, según un permiso que obtuvo de las autoridades penitenciarias.
Sáinz León explicó que a las 10:40 horas al menos ocho reos de los módulos 5, 7 y 16, armados, inmovilizaron a dos guardias, avanzaron 40 metros hasta el área de locutorios, donde dispararon contra Armando Manríquez Ortiz y Leonel Sandoval Jaramillo, de 32 y 35 años de edad, originarios de Nayarit, quienes habían ingresado a prisión el 27 de septiembre pasado luego de ser detenidos durante una balacera que duró seis horas en Playas Brujas. Estaban acusados de homicidio y portación ilegal de armas prohibidas.
Los vigilantes dijeron que al tratar de avanzar a otra área los reos armados no pudieron romper los candados y dispararon desde las rejas hiriendo a José Ambrosio Navarro García y Alfredo Millán Flores, de 35 y 33 años de edad, también procedentes de Nayarit, quienes ingresaron el 5 de noviembre por homicidio y portación de arma.
La Secretaría de Seguridad Pública estatal informó que los agresores lograron “salir hacia los patios y ocultarse en otros módulos”, y “por temor” nadie quiso denunciarlos.
Las autoridades solicitaron refuerzos y de inmediato llegaron más de 200 elementos de las policías Federal Preventiva, ministerial estatal, de Seguridad Pública; por la tarde, aún permanecían unos 60 en busca de las armas usadas por los agresores.
Unos 200 elementos del Ejército se mantuvieron a unos metros de la puerta principal hasta pasadas las 14 horas. Al sitio también arribaron patrullas de la policía municipal, unidades de la Cruz Roja y cuatro helicópteros –dos de la Armada, uno de la PPF y otro de Seguridad Pública estatal– que sobrevolaron la zona.
Agentes del Ministerio Público de Homicidios Dolosos salieron una hora más tarde con una camioneta con los dos cadáveres.
Trinidad Tirado Olvera, director de Seguridad Pública municipal, dijo que los agentes acudieron al llamado del director del llamado Centro de las Consecuencias Jurídicas y del Delito y desplegaron unas 10 patrullas para evitar que gente ajena ingresara al penal.
Consideró que las autoridades federales deben acelerar el traslado de los presuntos zetas a un penal de máxima seguridad para que la población penitenciaria y sus familias tengan seguridad cuando los visitan.
Fugas, ejecuciones, granadazos...
En Sinaloa, la guerra entre los cárteles se ha trasladado a los centros penitenciarios y se ha expresado con fugas, ejecuciones, enfrentamientos y granadazos.
Apenas en octubre, unos 80 custodios realizaron un paro de labores de seis horas para exigir a las autoridades estatales y federales el traslado de reos peligrosos a otras cárceles del país ante los riesgos de amotinamientos y enfrentamientos.
En lo que va del sexenio de Jesús Aguilar Padilla –que inició en 2005– unas 50 personas han sido ultimadas a balazos o con arma blanca en las cárceles de la entidad, 46 personas se han fugado en 14 evasiones; sólo el penal de Culiacán, el más grande del estado, suma ocho directores o titulares que han operado en forma interina.
Durante 2008 han muerto a balazos, por lesiones de arma blanca y ahorcados, unos 17 prisioneros. Una decena de estos motines y enfrentamientos han sido en Culiacán y seis en Mazatlán. En este penal, seis reos fueron ultimados los primeros días de noviembre en un aparente amotinamiento.
José Antonio Camarena Cerna, quien renunció a la dirección de la cárcel de Mazatlán luego de haber sido acusado de corrupción, fue ultimado a balazos en noviembre de 2006.
El propio Ricardo Serrano Alonso, subsecretario de Seguridad Pública, responsable de los penales del estado, fue víctima de un atentado del que salió ileso en noviembre en la ciudad de Culiacán y semanas después se le autorizó una licencia por un mes de este puesto.
Versiones extraoficiales, confirmadas por Serrano Alonso, indican que en esta cárcel se ofrecían hasta 50 mil dólares por cada zeta que mataran.