■ Cristina Fernández se reúne con Dimitri Medvediev en Moscú
Firman Rusia y Argentina una declaración de asociación estratégica
Moscú, 10 de diciembre. Argentina y Rusia ratificaron hoy la intención compartida de reformular y ahondar la relación bilateral al firmar aquí sus presidentes –la huésped, Cristina Fernández de Kirchner, y el anfitrión, Dimitri Medvediev– una declaración que sienta las bases para articular “una asociación estratégica” entre ambas naciones.
Durante esta visita oficial, la primera en diez años que efectúa un mandatario del país sudamericano, también se suscribieron convenios de cooperación en ámbitos tan diversos como son energía, uso pacífico de energía nuclear, comercio y arbitraje, control fitosanitario, minería, así como memorandos de entendimiento entre instituciones bancarias y entre organismos de industriales y empresarios.
Asimismo, se anunció que la petrolera rusa Lukoil, que tiene planes de invertir cerca de 500 millones de dólares en Argentina en proyectos con Enarsa (acrónimo de Energía Argentina SA), comenzará dentro de unos días a construir una planta de almacenamiento de combustibles en Campana y un ducto entre ese depósito y la central General Belgrano.
Previo a la ceremonia de firma de documentos, que tuvo lugar en el Salón de Malaquita del Kremlin, la jefa de Estado argentina destacó que Buenos Aires y Moscú “van a acentuar y profundizar una relación que no quiere ser sólo comercial”, sino que tratan de impulsar “una articulación de políticas y de cosmovisiones acerca de cómo se deben desarrollar las relaciones internacionales”, tanto en lo económico como lo político.
En ese sentido, dijo, la declaración ruso-argentina pone de relieve “una nueva forma de entender la asociación entre países”, por cuanto “en un mundo cada vez más multipolar y multilateral, es necesario reformular las reglas en materia económica, monetaria y de seguridad internacional”.
Para Cristina Fernández, estas nuevas reglas “deben ser respetadas por todos” y no como antes que el Fondo Monetario Internacional y la Organización de Naciones Unidas tomaban decisiones que sólo “los países más pequeños y débiles estaban obligados a cumplir”.
La declaración de asociación estratégica resultó un documento mucho menos polémico que la versión que adelantaron, la víspera, algunos diarios argentinos, los cuales probablemente tuvieron acceso a uno de los muchos borradores que durante meses estuvieron negociando las respectivas cancillerías.
En todo caso, la versión final –distribuida esta tarde por la oficina de prensa de la Presidencia rusa– no contiene ningún respaldo explícito de Argentina a Rusia en su guerra contra Georgia, en agosto anterior.
Tampoco hubo, a cambio, un abierto apoyo de Rusia a los reclamos de soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas, sólo una mención de que los presidentes “se pronunciaron por un pronto arreglo pacífico” de dicha disputa territorial con Reino Unido.