■ Las pérdidas por cinco días de enfrentamientos rebasan los 200 mdd: comerciantes
Informe de balística exonera al policía griego; en Atenas, paro general y violencia
Ampliar la imagen Un menor grita consignas contra la policía durante la protesta de ayer en Atenas, al crecer la tensión en el país tras la comparecencia ante un juez del policía acusado de matar a un joven durante una riña Foto: Reuters
Atenas, 10 de diciembre. Manifestantes y policías antidisturbios se enfrentaron en el centro de esta capital por quinto día consecutivo, al tiempo que miles de trabajadores se iban a huelga, con lo que aumentó la presión sobre el frágil gobierno conservador griego.
El policía acusado de matar a un estudiante de 15 años; una muerte que desató los enfrentamientos que convulsionaron a todo el país, compareció ante un juez. Jóvenes afuera de la corte arrojaron piedras y bombas de gasolina a la policía. El encuentro se convirtió en una batalla campal en el centro de Atenas, en la que manifestantes arrojaron bloques de mármol contra los escaparates recién reparados tras los disturbios de días anteriores.
Las tensiones se incrementaron después de que el abogado del policía acusado de hacer el disparo que mató a Alexis Grigoropoulos aseguró haber visto un reporte de balística hecho tras la muerte del joven que exonera a su cliente del delito de asesinato deliberado. “Desafortunadamente, esta tragedia es resultado del acto del policía de disparar al aire”, dijo el defensor Alexis Cougias a reporteros afuera del tribunal. “La bala rebotó, provocó la herida desde arriba... (el reporte) prueba de manera irrefutable que fue un rebote”.
Esta aseveración provocó furia y escepticismo en un país con una larga historia de policías que quedan impunes por sus ataques contra civiles. Los detractores de la policía también hacen notar que Cougias, famoso en los medios griegos, también representó a otro policía acusado de matar a otro muchacho de 15 años en 1985, en hechos ocurridos a sólo unos cientos de metros del tiroteo, el sábado, en que murió Grigoropoulos.
La relación entre el pueblo griego y su fuerza policiaca es tensa, por decir lo menos. En los años 30, fue la policía la que sofocó el movimiento laboral bajo el fascismo y colaboró con los alemanes, y son vistos como los instrumentos de la dictadura militar que en 1974 acabó con un levantamiento estudiantil.
Un sondeo del diario conservador Kathimerni publicado este miércoles reveló que 51 por ciento de los encuestados creen que el policía, Epaminondas Korkoneas, “tiró a matar” cuando disparó, mientras sólo 19 por ciento cree que disparó al aire, como argumentó el acusado. Asimismo, 68 por ciento considera que el gobierno, que se aferra a una precaria mayoría de un escaño, ha manejado “equivocadamente” la crisis.
En el lugar del incidente, en el barrio de Exarchia, anarquistas y estudiantes se reunieron en grupos entre los automóviles quemados y las tiendas de computación saqueadas, mientras la policía vigilaba. El olor del gas lacrimógeno aún se percibía en calles en que se encuentran el politécnico y numerosas librerías. Existía el temor de que nuevos disturbios estallaran en cualquier momento.
“La gran mayoría de los manifestantes no están involucrados en política”, asegura un ex estudiante afuera del politécnico que no quiso ser identificado. “Todo mundo tiene razón para estar furioso: por la crisis económica, por la historia de opresión policial y el asesinato de un chico inocente”.
La Confederación Griega del Comercio estima que sólo en Atenas, tiendas y negocios han tenido pérdidas por más de 260 millones de dólares en los últimos cinco días, sin contar las provocadas por las protestas que han estallado en otras nueve ciudades.
El primer ministro Costas Caramanlis prometió apoyo financiero para aquellos cuyos negocios fueron afectados. “El gobierno está determinado a consolidar la confianza en la seguridad pública y a ayudar a los comercios a recuperarse”.
Pero el país quedó paralizado el miércoles por una huelga de 24 horas que causó la suspensión de los vuelos domésticos y al extranjero, cerró los bancos y las escuelas y forzó a los hospitales a atender sólo emergencias. Miles de griegos abandonaron sus lugares de trabajo y el principal sindicato de la ciudad declaró que el país estaba “parado”, aunque la participación en una manifestación fue inferior a la esperada, y muchos trabajadores del sector privado cumplieron con su jornada.
Caramanlis, del partido Nueva Democracia, que arrasó en las elecciones en medio del esplendor de las olimpiadas celebradas en Atenas hace cuatro años, batalla para lograr recortes en los derechos a las pensiones y quiere privatizar parcialmente la educación superior. Sin embargo, con una mayoría de un solo escaño parlamentario, su gobierno es muy vulnerable a la furia pública.
Una sucesión de escándalos financieros sólo ha fortalecido la impresión de que el país se encuentra en manos de una clase política cínica e incompetente. El líder del Partido Socialista, el principal de la oposición, George Papandreou, dice que se ha perdido la confianza en el gobierno y llamó a celebrar elecciones anticipadas, pero para muchos no existe una alternativa política real.
Un futuro sin perspectivas para estudiantes
La juventud en Grecia padece un sistema educativo desesperadamente ineficaz, que sólo lleva a un futuro sin perspectivas de avance. Este es el factor que el fin de semana pasado le tendió la emboscada a Grecia, dejando boquiabierta a la policía y a los políticos, buscando soluciones infructuosamente.
Y considerando que apenas estamos viendo el principio de la crisis económica global, lo peor aún está por venir.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca