■ Conmemoran en Naciones Unidas el 60 aniversario de la proclamación de ese documento
Incumplidos, objetivos de la Declaración de los Derechos Humanos: Ban Ki-moon
■ Nuevos problemas en el mundo agravaron las condiciones de vida de millones de personas, afirma
■ Pide AI a Obama que adopte una posición firme ante la hipocrecía de las democracias occidentales
Ampliar la imagen Veladoras forman la frase “60 años de derechos humanos” en alemán delante de la puerta de Brandeburgo, acto organizado por Amnistía Internacional para recordar en Berlín el aniversario de la declaración universal Foto: Reuters
Nueva York, 10 de diciembre. Al conmemorarse el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, aseguró que sus objetivos permanecen incumplidos mientras nuevos problemas mundiales agravaron las condiciones de vida de millones de personas.
“Recorrimos un largo camino, pero la realidad es que no cumplimos con la visión de la declaración, al menos hasta ahora”, dijo Ban al asegurar que desde que asumió el cargo en la ONU, hace dos años, ha visto que los derechos humanos fueron violados y no protegidos adecuadamente.
Ban, quien se encuentra en Polonia, envió un mensaje a la Asamblea General de la ONU, en la que señaló que no se puede cerrar lo ojos ante la pobreza, la intolerancia y la represión. “Tenemos una responsabilidad colectiva para rechazar la indiferencia... los derechos humanos indivisibles e interdependientes deben mantener al mundo en solidaridad”, dijo.
En su oportunidad, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Navathenem Pillay, subrayó la necesidad de rechazar cualquier “tolerancia hacia medidas de doble rasero o aplicaciones selectivas” de los derechos humanos en el mundo.
“Es necesario trabajar en favor de la plena implementación de los derechos humanos sobre el terreno, de tal modo que impacte y mejore las vidas de hombres, mujeres y niños que sufren en razón de su raza, sexo, religión, nacionalidad, renta o nacimiento”, añadió.
En París, la secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, llamó a que el nuevo gobierno de Estados Unidos “adopte una posición firme”, después de que “los ataques del 11-S (11 de septiembre de 2001) demostraron la hipocresía de las democracias occidentales, que hasta entonces habían sido los adalides de esos derechos humanos”.
La organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) premió a Stephane Hessel, uno de los autores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por el compromiso con esta causa mostrado a lo largo de su vida.
Hessel, de 91 años, aseguró que aún hoy es difícil implantar estos derechos en todo el mundo y criticó el trato que da Francia a los inmigrantes indocumentados.
Además, lamentó las escasas críticas de la comunidad internacional contra las violaciones de los derechos humanos en los territorios palestinos. “Nadie se atreve a criticar a Israel por miedo a ser tildado de antisemita”, afirmó.
En Nueva York, la Asamblea General también premió a cuatro personajes: la antecesora de Pillay, Louise Arbour; el doctor Denis Mukwege, por su ayuda a las mujeres víctimas de la violencia sexual y física en la República Democrática del Congo; la doctora Carolyn Gomes, directora del grupo cívico Jamaicans for Justice, y el ex fiscal general estadunidense Ramsey Clark.
En la sede ginebrina de la ONU, dos premios Nobel, la abogada iraní Shirin Ebadi y el escritor Wole Soyinka, condenaron a los líderes de línea dura de los países musulmanes y a gobernantes de estados comunistas, por sus abusos a los derechos humanos.