■ Condoleezza Rice asume las fallas en la ocupación de Irak
Pro talibanes atacan depósito de la OTAN en territorio paquistaní; destruyen 140 camiones
Islamabad, 7 de diciembre. Cientos de milicianos pro talibanes asaltaron la madrugada de este domingo un depósito de vehículos a las afueras de la ciudad paquistaní de Peshawar (noroeste), donde destruyeron más de 140 camiones y contenedores llenos de comida, que iban a ser enviados a las tropas de ocupación en la vecina Afganistán.
Un guardia de seguridad murió durante el ataque, cometido por al menos 300 guerrilleros armados con ametralladoras, granadas y lanzamisiles, que fueron replegados por la policía varias horas después.
La acción representó un duro golpe para los soldados bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), quienes de esta forma se vieron privados de armas, vehículos blindados y alimentos.
El incidente de hoy es el segundo en su tipo en menos de una semana, luego de que el pasado lunes un grupo de hombres armados asesinó a dos choferes en el mismo estacionamiento de Peshawar, y destruyó una decena de camiones repletos de víveres.
La mayoría de los suministros para las tropas ocupantes en Afganistán llegan por tierra a través de dicha ciudad paquistaní y por el llamado paso Khyber, una ruta montañosa de 35 kilómetros a través de peligrosas zonas tribales, donde el mes pasado células guerrilleras capturaron varios camiones, lo que provocó la cancelación de los viajes por más de una semana.
La otra vía de abastecimiento de los soldados de la OTAN sale de la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, y llega a la sureña localidad de Kandahar, ya en territorio afgano, luego de sortear varios pueblos considerados bastión de los grupos islámicos.
Precisamente en Afganistán, frente de guerra de Estados Unidos en Asia igual que Irak, el mullah Mohamed Omar, líder de los talibanes, urgió a las tropas de los países occidentales a aprovechar una “oportunidad dorada” de abandonar el país ahora, antes de que sean abatidas por la guerrilla.
Omar dijo que el aumento del número de soldados estadunidenses no logrará parar la resistencia, y advirtió que “los actuales enfrentamientos armados que ahora se cuentan por decenas, aumentarán a cientos y sus bajas de cientos aumentarán a miles.”
La actual escalada de violencia en Afganistán es la peor desde el inicio de la invasión de Estados Unidos en noviembre de 2001, en represalia por el apoyo brindado por los talibanes a Osama Bin Laden y su red Al Qaeda, responsables de los ataques del 11-S. Se calcula que en la primera mitad de 2008 han muerto más de 4 mil personas, un tercio de ellas civiles.
A propósito de ello, este domingo se informó sobre la muerte de 16 presuntos guerrilleros durante un bombardeo de las fuerzas ocupantes en dos localidades de la provincia de Helmand, en el sur del país asiático.
En Irak, un policía murió y 40 resultaron heridos hoy en dos ataques con explosivos en las ciudades de Kirkuk (sur) y Baquba (norte).
A todo esto, se anunció que cinco guardias de la compañía de seguridad privada Blackwater, acusados por Estados Unidos de participar en el asesinato de 17 civiles en Bagdad, se entregarán el lunes a las autoridades locales para ser juzgados, informó el diario The New York Times.
En esta atmósfera de creciente tensión, la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, asumió las fallas en Irak tras la invasión en marzo de 2003, y defendió el derrocamiento del ex presidente iraquí Saddam Hussein, pese a admitir que nunca se comprobó el supuesto desarrollo de armas de destrucción masiva por parte de Bagdad.