Usted está aquí: lunes 8 de diciembre de 2008 Política Sobre la ética de un ex presidente español

Gonzalo Martínez Corbalá
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Sobre la ética de un ex presidente español

El lunes primero de diciembre, El País publicó una nota que no dejó de causar sorpresa, pues, independientemente de las inclinaciones ideológicas del presidente José María Aznar y de sus preferencias muy explícitas por los gobernantes de Inglaterra, Tony Blair, y el de Estados Unidos, George W. Bush, que lo llevaron hasta el punto de respaldar el ataque, a todas luces infundado, so pretexto de que buscaban las armas de destrucción masiva, que había llevado al propio Consejo de la ONU el general Colin Powell, asegurando que era urgente declarar la guerra a Irak y a Saddam Hussein antes de que esas armas fueran usadas en contra del “mundo libre”, armas de las cuales no se encontró el más mínimo rastro de existencia, lo cual ya de por sí dejó en claro las razones por las cuales decidieron Bush y Blair atacar a Irak con el respaldo de José María Aznar.

“Estas verdades” presentadas fueron muy distintas a lo dicho no solamente al Consejo de Seguridad de la ONU, sino a la opinión pública internacional para justificar el ataque a Irak, donde en realidad lo que había de por medio eran 100 mil millones de barriles de petróleo de reservas probadas en el subsuelo de parte de la antigua Persia, y no armas de destrucción masiva. Es evidente que quienes así lo aseguraron lo hicieron a sabiendas de que estaban justificando la urgencia de un ataque a Irak, no solamente injustificable, sino completamente basado en hechos irreales que sirvieron también para presentarlo a la opinión pública.

Es un hecho insólito que El País, que es un diario muy moderado y responsable de lo que publica, lance tres cabezas principales consecutivas sobre el mismo tema. La primera, del primero de diciembre, dice textualmente: “Aznar buscó ‘aeropuertos discretos’ para vuelos de presos a Guantánamo”, y luego pone con caracteres menores que “nuevos informes internos prueban que el gobierno del PP aceptó en menos de 24 horas la petición de Estados Unidos para hacer escala en España”, refiriéndose a la petición de nuestro vecino del norte para utilizar suelo español para vuelos militares que trasladaban presos de Afganistán a Guantánamo, y que de esta manera el presidente Aznar buscó “aeropuertos discretos” –las bases militares de Morón y Rota–, de lo cual publican en páginas interiores documentos lo suficientemente explícitos para no dejar duda de que así fue.

La segunda cabeza de primera plana aparece el martes 2 de diciembre y afirma: “El Congreso y los jueces investigan el caso secreto de Aznar y Bush”, informando que la audiencia nacional y el Congreso de los Diputados se han unido a la investigación abierta desde el pasado domingo por el gobierno sobre el supuesto acuerdo secreto alcanzado en 2002 por el ejecutivo de José María Aznar con Estados Unidos, según dice la nota de Miguel González, escrita en Madrid, y que esto motivó incluso que se escribiera un editorial que se titula: “Cómplices de la vergüenza”, puesto que “ningún alto cargo en el PP expresó reservas sobre el traslado ilegal sobre personas a Guantánamo”.

Finalmente, el miércoles 3 de diciembre, Miguel González escribe la nota con que cierra esta investigación que dice: “Los papeles de Guantánamo desaparecen del archivo oficial; los funcionarios confirman a Moratinos (ministro de Relaciones Exteriores) la existencia del informe y que la sustracción o destrucción del documento constituye un delito”.

La nota, excepcionalmente extensa, informa también de la fecha y del número del expediente que recoge la petición del consejero político militar de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, documentos que finalmente no aparecen en el archivo de Asuntos Exteriores. Esta nota aparece en la primera plana junto a una fotografía en la que se ve de espaldas al ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, despidiéndose de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, en la OTAN, en Bruselas, que es la última a la que asiste ella, y donde el canciller español Moratinos comentó que “los informes que prueban el pacto Aznar-Bush sobre el traslado de presos a Guantánamo, no existen en los archivo del Ministerio”, según nota de Afp.

Lo cierto es que los altos cargos del gobierno español actual, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, están negando un hecho incluyendo al propio presidente, cuyos indicios publicados por un periódico que nos merece la mayor confianza por su seriedad, y que al hacerlo confiesan implícitamente que el traslado de presos de Afganistán a Guantánamo con escala en las bases militares españolas es algo que hubiera sido deseable mantener en secreto por lo reprobable del hecho en sí mismo, y que el destino de los presos fuera a Guantánamo, lo que actualmente parece avergonzar al gobierno español que encabezó José María Aznar.

 
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