México SA
■ Aumento del desempleo, efecto cruel de la crisis
■ Encarecimiento de combustibles y alimentos mermará salarios
Toma forma una de las manifestaciones más crueles de la crisis económica: el desempleo galopante. De unas semanas para acá, no ha habido día en el que no se informe sobre que tal o cual empresa recortará tantos miles de puestos de trabajo como “medida correctiva” y de “saneamiento financiero”. En plena “Presidencia del empleo” el índice de desocupación crece raudo e incontenible, mientras en el “motor” del mundo, Estados Unidos, de octubre a noviembre se cancelaron cerca de un millón de puestos de trabajo. Un día sí y el otro también las trasnacionales divulgan sus planes de “achicamiento” laboral, mientras los gobiernos gerenciales gastan saliva: “no lo permitiremos”, como si alguien les pidiera permiso.
El pronóstico de las consecuencias del “catarrito” es ingrato, aunque sirve de consuelo para la “continuidad”, pues, en esta crisis “externa”, “es mayor el desempleo” allende nuestras fronteras. Pero como señala la Organización Internacional del Trabajo, para los más de mil 500 millones de trabajadores asalariados en el mundo “se avecinan momentos difíciles”, porque “el crecimiento económico lento o negativo, junto con precios muy inestables de alimentos y energía, erosionarán el salario real de muchos, en particular de los hogares pobres y de bajos ingresos. Las clases medias también se verán gravemente afectadas”.
En el futuro inmediato, subraya la OIT, “se prevén momentos difíciles para muchos trabajadores; es probable que se intensifiquen las tensiones por los salarios, y que el lugar de trabajo resulte más vulnerable a los conflictos salariales. Estimaciones del FMI sugieren que en 2009 los salarios reales caerán 0.5 por ciento en los países industrializados, y que el crecimiento salarial mundial aumentará hasta un máximo de 1.1 por ciento”.
Lo anterior, sin embargo, es “normal”, porque de tiempo atrás el crecimiento de los salarios es bajo en la mayoría de los países. El empleo asalariado representa aproximadamente la mitad del empleo total, y esta proporción crece en casi todas las naciones. Por ejemplo, cita la OIT, de 2001 a 2007 los salarios medios reales crecieron 1.9 por ciento al año, o menos, en la mitad de todos los países analizados. No obstante, hubo grandes divergencias regionales. En las naciones industrializadas la media salarial aumentó alrededor de 0.9 por ciento anual. Las cifras comparables fueron de 0.3 por ciento en América latina y el Caribe, 1.7 por ciento en Asia y 14.4 por ciento en la Confederación de Estados Independientes (CEI) y países de Europa central y sudoriental no pertenecientes a la Unión Europea, que se recuperan de las graves reducciones salariales que tuvieron lugar en las primeras fases de la transición económica, tras el derrumbe de la Unión Soviética. “Estas divergencias pueden observarse también entre países. Por ejemplo, el crecimiento real de los salarios fue próximo al cero por ciento en el Japón, España y Estados Unidos, pero alcanzó 10 por ciento anual o más en China, Rusia y Ucrania”.
Durante el periodo 1995-2007, en que el producto interno bruto por habitante creció un punto porcentual, los salarios medios sólo aumentaron 0.75 por ciento. “Esta elasticidad de los salarios confirma que el crecimiento salarial ha sido inferior al del PIB per cápita, y parece ser una prueba fehaciente de que el crecimiento de los salarios reales se ha rezagado con respecto al crecimiento de la productividad. A lo largo del tiempo esta elasticidad ha descendido del 0.8 en 1995-2000 a 0.72 por ciento desde 2001. En alrededor de 70 por ciento de los países se ha observado sistemáticamente una tendencia descendente en la proporción del PIB distribuido a los salarios, en comparación con los beneficios de las empresas y otras formas de ingreso”. Durante los períodos de expansión económica, los salarios crecen más lentamente que el PIB per cápita, mientras que en períodos de recesión caen más rápidamente que el producto por habitante. Cada punto porcentual adicional de descenso del PIB per cápita da lugar a una caída de los salarios del 1.55 por ciento.
Las rebanadas del pastel
De la Unión de Trabajadores de La Prensa, AC: “el pasado 2 de diciembre de 2008 se cumplieron 11 años de la presentación ante la Procuraduría General de Justicia del DF, de una querella por fraude y abuso de confianza en perjuicio de más de 400 cooperativistas, que hizo un grupo de socios de Editora de Periódicos, SCL (que editaba el diario La Prensa en el Distrito Federal), delitos presuntamente cometidos por parte de una docena de personas –encabezadas por Mario Santaella de la Cajiga y Mario Santaella Herrera– que ocupaban los principales puestos directivos hace tres lustros. El juez cuarto de distrito de amparo en materia penal en el DF, Francisco Javier Sarabia Ascencio, concedió el amparo y protección de la justicia a un grupo de socios de la cooperativa en contra de la resolución de la PGJDF, ante su negativa de ejercitar la acción penal en contra de los presuntos responsables de esos delitos, argumentando erróneamente que “ya habían prescrito”. De hecho, el juez Sarabia Ascencio ordenó a la PGJDF que ‘deje insubsistente su fallo’ (el inejercicio de la acción penal) y ‘dicte otro’, en el que descarte su dicho de que los delitos están prescritos, pues la figura de la prescripción fue desechada desde el 2000 por el entonces también juzgado cuarto de distrito de amparo en materia penal (en febrero de 2000), sentencia que fue confirmada (diciembre de 2000) por el tercer tribunal colegiado en materia penal del primer circuito, luego del recurso de revisión que interpuso la Procuraduría, por lo que la no prescripción pasó a la categoría de ‘cosa juzgada’. A finales de julio de 1993, todos los activos (tangibles e intangibles) de la cooperativa Editora de Periódicos, SCL, fueron ilegal e indebidamente vendidos al ex banquero Carlos Abedrop Dávila’, en una coinversión con un grupo español de medios, en la cantidad de 80 millones de dólares (unos 280 millones de pesos a valor de entonces). Esta suma millonaria debió repartirse entre todos los socios cooperativistas, lo que no sucedió. Los socios de la cooperativa Editora de Periódicos, SCL, hacemos un llamado al procurador Miguel Mancera, para que instruya a quien corresponda para que perfeccione las averiguaciones previas levantadas con motivo de este fraude y abuso de confianza, y, atendiendo a la última resolución del citado Juez Sarabia Ascencio, sea elaborado el dictamen de consignación y enviado a un juez penal, para que sea éste el que, después de tantos años de andar implorando justicia, determine la culpabilidad de los presuntos responsables, les imponga el castigo que en derecho proceda, y los condene a resarcir el daño ocasionado a más de 400 jefes de familia”.