Al cierre
■ La actuación del portero Vilar impidió que golearan a su equipo
Atropella La Máquina 3-1 al Potro en la ida de semifinal
■ Miguel Sabah, Gerardo Lugo y Jaime Lozano anotaron por Cruz Azul
Ampliar la imagen Lugo busca sumar una estrella más al escudo cementero Foto: Víctor Camacho
Atropellado por La Máquina salió el Potro de un colmado estadio Azul, donde el cuadro local consiguió un 3-1 que a la tribuna le supo a medio boleto en la final del torneo Apertura 2008.
Aunque el cuadro azulgrana quiso proponer en el duelo de ida y controló el balón, la apuesta le salió al revés y terminó salvándose de una goleada gracias a una inspirada noche de su portero Federico Vilar.
Atlante tuvo un primer tiempo de pesadilla mientras Cruz Azul fue efectivo al aprovechar los escasos balones con los que contó, varios por cortesía de una errática zaga azulgrana.
Al minuto siete, el árbitro central Francisco Chacón cobró, con algunos segundos de retraso, un polémico penal en favor de los Cementeros tras la caída de Gerardo Lugo porque Clemente Ovalle lo sujetó levemente. Con calma y oficio Miguel Sabah mandó la pelota a ras de piso sobre la izquierda de Federico Vilar, quien se había tirado hacia el otro lado, y anotó el 1-0.
Después el defensa Gerardo Espinoza se lesionó el muslo y fue sustituido por Daniel Arreola (18), y al 23 Lugo recibió solo un centro de Gerardo Torrado, en claro error de la defensa atlantista, y fusiló a Vilar para el 2-0.
Sin embargo, el Potro revivió al minuto 31, cuando Luis Gabriel Rey mandó el esférico al fondo de la red de Yosgart Gutiérrez, tras una elegante jugada de Christian Hobbit Bermúdez. La porra atlantista colmó la cabecera sur del estadio y se hizo oír con alegría en el 1-2, además de hacer reclamos cuando el silbante se vio menos rigorista y no cobró un roce con el brazo de Carlos Bonet dentro del área celeste (38).
También se encendió la pasión cementera con gritos y cornetas. Más aún cerca del descanso, cuando Vilar salvó tres veces el marco con estilo y hasta se permitió bajarla de pecho.
En el complemento siguió la emoción porque ambos equipos llegaron frecuentemente al área rival; Javier Muñoz Mustafá sacó dos disparos que prácticamente estaban dentro y el Hobbit desaprovechó una oportunidad inmejorable en mano a mano.
A 10 minutos del final Jaime Lozano anotó el 3-1 en un tiro que se filtró por medio cuadro azulgrana, no sin que mediara confusión porque el asistente tenía levantada su bandera.