■ Las películas mexicanas se han hecho de un nombre, afirma el director alemán
Carlos Reygadas es un enfant terrible del cine, dice Wim Wenders
■ Hace lo que quiere, lo que me parece bien; sus largometrajes son trascendentales, precisa
■ El realizador de Buena Vista Social Club apadrinó en Berlín la proyección de Luz silenciosa
Ampliar la imagen Wenders durante la presentación del filme Foto: Eva Usi
Berlín, 3 de diciembre. El cineasta alemán Wim Wenders hizo reír al público al presentar, en calidad de padrino, la película de Carlos Reygadas Stellet Licht (Luz silenciosa), exhibida en el contexto del festival Alrededor del Mundo en 14 películas, que tiene lugar en Berlín. “Necesitarán paciencia y se van a acordar de mis palabras, sobre todo en los primeros siete minutos de la cinta. Algunos de ustedes seguirán platicando y no se darán cuenta de que la película ya ha comenzado”, dijo el realizador alemán aludiendo a la espectacular toma en tiempo real de un amanecer en la localidad de Cuauhtémoc, Chihuahua, donde fue rodado el filme.
“En comparación con esta cinta, mis películas son de acción explosiva”, dijo Wenders, y retomó las palabras del embajador de México en Alemania, Jorge Castro Valle Kuehne, quien antes recordó, frente a un auditorio repleto en el cine Babylon, que Reygadas había sido diplomático antes de convertirse en cineasta. “No sé que hizo antes de hacer películas, pero desde que se dedica a esto es un rebelde y un enfant terrible del medio cinematográfico. Las tres películas que ha hecho, todas a su manera han provocado furor. Japón (2002) ganó la Cámara de Oro de Cannes y la segunda; Batalla en el cielo (2005), que comienza con una cruda escena sexual, dio mucho de qué hablar”, dijo el director de París Texas y El cielo sobre Berlín.
Cierto misticismo
Stellet Licht, ganadora del premio del jurado del Festival de Cannes 2007, fue rodada en una comunidad menonita en Chihuahua, de donde Reygadas sacó a sus actores. La cinta es la primera filmada en su totalidad en plattdeutsch, un dialecto que no se entiende en Alemania y por ello fue subtitulada en inglés. Transcurre en el seno de una familia de granjeros y narra el drama de un triángulo amoroso que desencadena una tragedia matrimonial de dimensiones arcaicas. “Hay un misterio en la película, un cierto misticismo y clara influencia de una cinta danesa de 1955: Ordet (The World), de Carl Dreyer”, dijo Wenders.
El cineasta alemán definió la cinta como parte del llamado “cine trascendental”, aludiendo a Paul Shrader, quien publicó hace 20 años un libro con el mismo título, en el que incluye a Dreyer y a exponentes como el francés Robert Bresson y el japonés Yasujiro Ozu. “Si Schrader hubiera visto la cinta la habría incluido en su libro”, explicó.
La cola para entrar al cine llegaba hasta la calle y entre los que acudieron a ver la más reciente obra de Reygadas se encontraban conocidos actores alemanes, como Matthias Matschke, Warum Männer nicht zuhören und Frauen schlecht einparken, Por qué los hombres no escuchan y las mujeres se estacionan mal, y Hans Werner Meyer, Der Baader Meinhof Komplex, El complejo Baader Meinhof. Wenders recordó que el cine mexicano vive un auge. “Todos vimos Amores perros, Babel, Y tu mamá también, eso por mencionar algunas películas recientes”, dijo Wenders.
Un camino propio
En conversación con La Jornada, Wenders dijo que, a pesar de la influencia de cineastas como Bresson y Tarkovksky, el cineasta mexicano sigue su propio camino, “lo hace de manera radical, porque las dos películas anteriores no cree uno que sean suyas. Hace lo que quiere, lo que me parece bien”, aunque reconoce no saber “quién se esconde detrás. No lo conozco personalmente. Stellet Licht, sin duda, tiene un mensaje espiritual sin ser una película religiosa, aunque haya sido rodada en la comunidad menonita, que es muy religiosa”. El director alemán, que quiso ser sacerdote y pintor antes de estudiar cine, asegura que para ser cineasta hay que ser testarudo y fiel consigo mismo.
El director de Buena Vista Social Club celebra el renacimiento fílmico que tiene lugar en numerosos países, entre ellos México, donde hay un auge notable, pero advierte que el apoyo regional es fundamental para la existencia de una industria independiente. “La promoción regional es un instrumento muy efectivo en todo el mundo, desde Asia y Europa hasta América Latina; sin ayuda no habría cine independiente, porque no tenemos los medios para competir con el cine estadunidense. Además esa ayuda se compensa de muchas maneras, no sólo por medio de los ingresos en taquilla; también refuerzan la identidad cultural, la lengua, la confianza y autoestima como nación. México, con las películas que se han producido en los años recientes, se ha hecho de un nombre. El cine no sólo posee un valor comercial, sino que tiene gran trascendencia cuando es visto por el resto del mundo”, concluyó.