■ Organiza acto para regodearse por los triunfos del PRI en 2008
Vamos por 44% de la votación nacional, dice Beatriz Paredes
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se regodeó anoche en sus triunfos electorales de 2008 y entre aclamaciones su líder, Beatriz Paredes, lanzó el grito de guerra para las contiendas por venir: “¡Vamos por 44 por ciento de la votación nacional, porque queremos la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados!”
Anoche, durante la sesión del Consejo Político Nacional en la que se aprobó el método de selección de candidatos a diputados por el principio de mayoría relativa –que será por convención de delegados y se confirmará el próximo día 8–, el PRI recibió la consigna de ratificar en 2009 las gubernaturas de Nuevo León, Sonora, Campeche y Colima, actualmente en su poder, y “luchar” por hacerse del triunfo en San Luis Potosí y Querétaro, hoy en manos del Partido Acción Nacional (PAN).
El PRI de los tiempos del carro completo se reditaba ayer en la expresión oronda y satisfecha de los casi 800 consejeros que acudieron a la cita convocada, por cierto, afuera de las añosas oficinas partidistas de Insurgentes Norte. Y cómo no estarlo si el video en el que se pormenorizó el avance y consolidación en los puestos disputados este año en diversas entidades ratifica al partido como la primera fuerza política territorial del país con números contundentes.
Este año los candidatos del tricolor ganaron 115 de 198 municipios y 81 de las 115 diputaciones locales en disputa. Y de ahí la proclama de Paredes Rangel, rotunda y fuerte.
El próximo año, además de la mayoría en San Lázaro, “¡vamos por la mayoría de los distritos en los 13 congresos locales y vamos por la mayoría de los 604 municipios en contienda!” Su confianza incluye además llevarse la mayoría de las alcaldías en los estados de México, Jalisco, Morelos, Coahuila y Tabasco.
El perfume del triunfo sirve como imán al PRI. Y la muestra estuvo en las conspicuas presencias de anoche: 13 de 18 gobernadores (las ausencias: Veracruz, Tamaulipas, Sonora, Campeche, Quintana Roo y Coahuila), los coordinadores parlamentarios, Manlio Fabio Beltrones del Senado y Emilio Gamboa, de los diputados. Siete ex presidentes nacionales: Pedro Ojeda Paullada, Gustavo Carvajal Moreno, Mariano Palacios Alcocer, José Antonio González Fernández, Humberto Roque Villanueva, Rafael Rodríguez Barrera y Fernando Ortiz Arana.
Con ellos, además, diputados federales, alcaldes, líderes estatales del PRI, dirigentes de sectores y organizaciones afines. Un conglomerado de políticos al que los años recientes enseñó a vivir fuera del presupuesto –que no en la pobreza–, pero que supo esperar lo que hoy considera su regreso al poder, con un paso previo obligado en las elecciones de 2009, pero con la mira bien puesta en 2012. Augusto Gómez Villanueva, Humberto Lugo Gil, Antonio Rivapalacio, Guillermo Jiménez Morales, Tomás Yarrington, Fernando Moreno Peña, César Augusto Santiago.
Coahuila trajo la porra más ruidosa y envalentonada. En efecto, no vino el profesor Humberto Moreira, pero a cambio llegó su hermano Rubén, líder estatal del PRI. Ayer, para todos efectos, la pregunta obligada a los gobernadores tenía que ver con la iniciativa de aquella norteña administración para que el Congreso de la Unión debata si se reimplanta en México la pena de muerte. Y hay que ver que varios de los mandatarios locales apoyan a su correligionario, si bien más de uno se cuidó de expresarlo con todas sus letras.
Así, con la integración y aprobación de las comisiones de presupuesto y fiscalización, la nacional de procesos internos, la de financiamiento y la política permanente y la reforma al reglamento de medios de impugnación, entre otras medidas estatutarias, los priístas volvieron ayer a sus estados con el documento que denominaron Plan Anual de Operación Política 2009.
En él se establece que el PRI no debe convertirse “exclusivamente” en una maquinaria electoral. Además, se compromete a transparentar sus recursos económicos, porque “las finanzas del partido se encuentran en una época de gran precariedad”. Las multas (por el Pemexgate, la más fuerte) y los pasivos los llevarán no sólo a la austeridad sino a diseñar una amplia estrategia de “captación de cuotas”.
Finalmente, anuncia su proyecto de estrategia denominado Constelación 2009, que “nos permita sorprender a nuestros adversarios”. Y en materia de alianzas se autorizó al Comité Ejecutivo Nacional a explorar posibilidades con los diversos partidos políticos y presentar ante la Comisión Política Permanente los resultados para su probable aprobación.