■ El clásico engalanó el estadio Olímpico en su 56 aniversario
Con lapidario 17-0 se corona Pumas CU ante Águilas Blancas
■ Saldo blanco en las tribunas
■ Ganó el futbol americano: Rivera
Ampliar la imagen Gran comunión entre Pumas CU –que terminó invicto la temporada– y sus aficionados Foto: Víctor Camacho
Pumas CU festejó el aniversario 56 del estadio Olímpico Universitario con la victoria sobre Águilas Blancas del IPN en la final de la Conferencia Centro de la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano, por una blanqueada de 17-0 que reveló con claridad el nivel que ofrecieron los máximos rivales del futbol americano colegial, en un clásico de saldo blanco entre sus aficiones.
El amplio dominio de Pumas, invicto en los 11 juegos que comprendieron su campaña, restó algo de emoción al encuentro, en el que “el triunfo es del futbol americano, de la universidad y del Poli, que son las instituciones más representativas de México”, exclamó en el vestidor auriazul el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Como se avizoraba, fueron efectivos el amplio dispositivo de seguridad y los llamados al buen comportamiento, pues el cotejo se desarrolló en orden ejemplar, incluso de los “grupos de animación” de las escuelas politécnicas que, como acordaron previamente con las autoridades de la UNAM, no dieron portazo, sino ingresaron al estadio Olímpico Universitario ya iniciado el partido, por goteo y revisiones minuciosas hacia dos zonas cercanas a las cabeceras, sin pagar boleto.
Para ese entonces ya estaban colmadas las 50 mil butacas dispuestas mediante boletaje vendido por sistema telefónico.
Concluye espera de 17 años
Fue el primer campeonato obtenido por una institución pública en 17 años –desde que Cóndores ganó en 1991–, y el título 33 para un equipo de la UNAM, que dirigido por Raúl Rivera estableció sus condiciones desde el principio, al salir unos minutos tarde desde la puerta de maratón, en medio de una nube de humo.
Con Francisco Alonso en los controles, los primeros goyas de festejo se escucharon en el cuarto inicial, pues los felinos abrieron el marcador con un pase del mariscal de campo de 21 yardas para José Ángel López, y extra de Mauricio Morales.
Hacia el segundo cuarto, los del Casco de Santo Tomás pudieron aprovechar alguno de los errores que cometieron los locales, como el balón suelto de Jonathan Barrera que recuperaron, pero no avanzaron, y para colmo se fueron al medio tiempo sin el mariscal abridor, Alfredo Lee, quien sufrió fractura en el antebrazo izquierdo.
En su primera serie ofensiva del tercer cuarto, Pumas amplió la ventaja con un envío certero de Alonso, 38 yardas para Marco Medinabeitia, y desde ese towchdown, el partido lucía terminado por la determinación puma que apabulló toda iniciativa guinda, al mariscal Raúl Mateos, al cuadro técnico entero del legendario Jacinto Licea, y al entrenador mismo.
La humillación pudo ser más grande, pero los politécnicos, quienes llegaron con la segunda mejor defensiva de la campaña, frenaron lo que pudieron, aunque no evitaron la invasión en el último cuarto y que Morales hiciera efectivo el gol de campo, para el 17-0.
“Hoy ganó el futbol, doctor”, le dijo el novato Rivera a Licea, quien corrió al terminar el juego para abrazar al veterano, quien, sin perder el buen humor que lo caracteriza, le dijo: “sí, sólo quítame o préstame a Alonso”.
Llorando, Miguel Ángel Romero, capitán puma, abrazó el trofeo, pues para él y siete jugadores más, el triunfo marcó también el fin de su elegibilidad, así que se despidieron con una vuelta al contorno del emparrillado.
En tribunas y palcos también corrían las emociones, como la investigadora María Guanajuato González, quien acudió en recuerdo de su esposo, Gabriel Romero Rodríguez, El Flash, uno de los campeones de aquel 1952, cuando la UNAM se impuso por dramático 20-19 al IPN.