■ El comando agresor, compuesto por sólo 10 hombres; nueve están muertos y uno detenido
Amenaza Pakistán enviar tropas a la frontera con India si la tensión sube
■ El balance oficial de víctimas arroja un saldo de 195 muertos por los ataques islamitas en Bombay
■ Islamabad mandará a funcionarios menores a investigar las acciones armadas del grupo musulmán
Ampliar la imagen Una mujer besa en el funeral a su hermano muerto en el ataque a la capital financiera de India Foto: Reuters
Ampliar la imagen Musulmanes que repudian los atentados y demandan paz sueltan palomas en la ciudad india de Ahmedabad, en el oeste del país Foto: Reuters
Ampliar la imagen Fotografía tomada con un teléfono móvil del cadáver de uno de los supuestos atacantes al edificio Nariman House Foto: Reuters
Bombay, 29 de noviembre. Después de 60 horas de enfrentamientos armados en esta capital comercial y financiera de India, un primer balance oficial arroja un saldo de 195 muertos –incluidos 27 extranjeros–, dos hoteles y un centro judío ortodoxo devastados por el fuego y las refriegas con fusiles y granadas, derivados de los choques entre cientos de policías y militares y un pequeño comando de combatientes islámicos, que el miércoles a las 10 de la noche inició el asalto coordinado a esta ciudad.
Los ataques reivindicados por la organización Mujaidines del Decán ocasionaron además el deterioro de las relaciones entre Pakistán e India, que desde 2004 habían realizado varios esfuerzos para mejorar sus vínculos, afectadas por tres guerras y una carrera armamentista que les ha colocado en el pequeño grupo de países poseedores de armas nucleares.
Las fuerzas de seguridad dieron por concluida la operación de rescate del corazón de Bombay en la mañana de este sábado y declararon que tras los enfrentamientos en el lujoso hotel Taj fueron hallados tres cadáveres de milicianos, con lo que aumentó a nueve el total de muertos identificados como miembros del comando.
Esta nueva versión sobre el destino de los miembros del comando fue retomada por la prensa local, que también publicó que el único de los agresores capturado se llama Azam Amir Kasav, quien confesó ser miembro de la organización Lashkar e Taiba, un grupo separatista de Cachemira –la región reclamada por India y Pakistán, habitada principalmente por musulmanes– y tolerada en territorio paquistaní, según acusaciones del gobierno indio.
El jefe de la policía de Bombay, Hasan Gafoor, confirmó hoy que hasta ahora saben que el comando que perpetró el asalto a una estación de trenes, un café frecuentado por extranjeros, dos hoteles y el centro judío Chabat sólo estaba integrado por 10 hombres. “Matamos a nueve y uno fue capturado”, precisó.
El diario local The Mail Today informó que según diversos testimonios, los integrantes del comando parecían haber recibido entrenamiento “de elite”, y un experto en temas de seguridad citado por el rotativo dijo que la forma en que uno de los hombres llevaba un fusil AK-47 en una mano mostraba que había tenido meses de preparación.
Según el diario Hindustan Times, las acciones desarrolladas por los milicianos para resistir el asalto de las fuerzas de seguridad indias en el hotel Taj –el último en caer– revelaron un detallado conocimiento del inmueble, porque lograron despistar a la tropa gubernamental de elite, los Gatos Negros, al replegarse por puertas ocultas dentro del edificio.
A Lashkar e Taiba se le atribuyen desde Nueva Delhi numerosos ataques en varias regiones de India, entre ellos los atentados de junio de 2006 en Bombay, que dejaron 186 muertos, y el del Parlamento de Nueva Delhi en diciembre de 2001. La organización se ha enfrentado al ejército indio en Cachemira y niega haber cometido los ataques atribuidos.
Tan sólo este año, se han registrado ataques mortales en por lo menos siete grandes ciudades de India, con saldo de alrededor de 400 muertos. El 13 de septiembre, en la capital india fueron detonadas varias bombas que mataron a 24 personas. Este año, también, presuntos milicianos musulmanes atacaron en la ciudad de Jaipur, en la región turística de Rajastán, donde murieron 60 personas.
Superada la emergencia surgida a raíz del asalto a Bombay, con 18 millones de habitantes, el primer ministro Mammohan Singh convocó a una reunión con los jefes de las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia, a quienes pidió un “informe detallado”.
En el plano interior, los atentados desataron un conflicto entre Singh y el líder de la oposición, el nacionalista indio L. K. Advani, que se responsabilizaron mutuamente por la falta de control para impedir los ataques.
El gobierno paquistaní ha moderado su reacción frente a las acusaciones indias sobre su presunta tolerancia a Lashkar e Taiba, pero desde Estados Unidos un funcionario de los servicios de contraterrorismo, consultado por el New York Times, pero sin identificarlo por su nombre, dijo que Washington sospecha que los ataques fueron realizados por “grupos con sede en Cachemira”.
“En este momento la gente mira muy de cerca a Lashkar e Taiba”, que se ha beneficiado “en el pasado” del servicio de inteligencia paquistaní y que “se entrenó con (la red) Al Qaeda”.
El presidente George W. Bush, al volver a la Casa Blanca por el feriado del Día de Acción de Gracias, prometió a India “el apoyo total de Estados Unidos en momentos en que Nueva Delhi investiga estos ataques, lleva a los culpables a la justicia y continúa con su sistema de vida democrático”.
Bush ha tenido en sus casi ocho años de gobierno enfrentamientos con el gobierno paquistaní por lo que considera su escaso apoyo a la guerra contra los talibanes y militantes de Al Qaeda que se refugian en la montañosa frontera afgano-paquistaní, al tiempo que respaldó el programa nuclear de India y consiguió la aprobación del Congreso a esa cooperación.
Pakistán se ha quejado en fechas recientes de los bombardeos estadunidenses en el norte de su territorio, y este mismo sábado demandó una vez más a Estados Unidos que detenga los ataques que realizan aviones no tripulados, tras de que tres personas murieron por una incursión de este tipo a la región tribal de la provincia de Waziristán del Norte.
El gobierno de Pakistán, que ayer ofreció enviar al director de sus servicios de inteligencia para apoyar la investigación del asalto a Bombay, informó que el gabinete tomó la decisión de enviar únicamente a funcionarios menores.
Un alto funcionario de las fuerzas de seguridad de Pakistán, citado por la agencia de noticias Reuters, pero sin mencionar su nombre, afirmó hoy que si las tensiones en la frontera con India aumentan, “la guerra contra el terrorismo no será nuestra prioridad” y entonces los 120 mil soldados que están desplegados en los límites con Afganistán pasarán al sur, en la frontera con India.