■ La calidad del filme no tiene que ver con la cantidad, consideró el director en entrevista
Exhiben Lake Tahoe con 15 copias; “eso no la demerita”: Eimbcke
■ Ayer comenzó la proyección en salas comerciales
■ La multipremiada cinta representará a México en los próximos premios Goya
■ En principio estará en cartelera dos semanas
Ampliar la imagen El director Fernando Eimbcke, también realizador de Temporada de patos, durante el rodaje de Lake Tahoe Foto: cortesía de Cine Pantera
Ayer comenzó la corrida comercial de la cinta Lake Tahoe, segunda película del director Fernando Eimbcke, con la modesta cantidad de 15 copias.
El director, en entrevista con La Jornada, considera que: “La calidad de un filme no tiene que ver con la cantidad de copias destinadas para su exhibición. Desde el principio decidí hacerla pequeña, íntima en su contenido y realización, con un equipo de producción reducido, con actores poco conocidos y tomando riesgos narrativos; entonces, su distribución y exhibición debe ser congruente con la idea inicial de Lake Tahoe.
“No es un error ni considero que las 15 copias la demeriten; es como el caso de Luz silenciosa, una de las películas más bellas e importantes que se han hecho en el cine mexicano, que salió con un número pequeño de copias, al igual que Familia tortuga o Párpados azules, cintas con alta calidad y que salieron con poca distribución. Quizás después haga una que salga con 300 copias.”
Lake Tahoe fue elegida por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar al país en la próxima entrega del premio Goya, en España. En el pasado festival de cine de Berlín, realizado en febrero, obuvo el premio Alfred Bauer y el Fipresci. Posteriormente, en el encuentro de Cannes, fue considerada revelación del año, y obtuvo el galardón por mejor director en el reciente Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Historia de pérdidas
Lake Tahoe cuenta la historia de Juan, joven de 16 años, quien choca el automóvil de la familia. Mientras busca la forma de repararlo se encuentra con un viejo mecánico, cuyas únicas compañías son un perro, una madre casi adolescente que anhela ir a un concierto de rock y un joven obsesionado con las artes marciales. Después de un día de estupor, Juan supera su aislamiento emocional y el sentimiento de pérdida que lo aquejaban.
Eimbcke define que este trabajo inició “meses después de la muerte de mi padre. Choqué el único automóvil de la familia, y no creo, contra la opinión de mi madre, que haya sido un simple accidente. Lake Tahoe es un filme que nació como un intento de entender las razones que me empujaron a cometer ese acto tan absurdo y tan profundamente humano. Ahora viene lo bonito: el estreno comercial en salas de México”.
El también director de Temporada de patos reflexiona: “Finalmente, el público tiende a asistir a ver una película publicitada, con grandes nombres, de Hollywood, pero hay quienes se acercan a ver algo distinto, artesanal, que disfruta y goza este tipo de trabajos; es como sentarse en una mesa y probar un platillo preparado con buenos ingredientes, cuidado, preparado con pasión y creatividad; que busca que no únicamente le llenen el estómago, sino que disfrute un platillo. Lo mismo pasa en el cine: Lake Tahoe es una película hecha con mucho cariño, que habla de la pérdida, de la muerte; evento incomparable y fuerte por el que todos hemos pasado o pasaremos de manera inevitable.”
Unión de sensibilidades
“El corazón del largometraje está en la unión de dos sensibilidades plasmadas en el guión, la de Paula Marcovich y la mía. Ella siempre ha tenido esta obsesión por la muerte y a mí me interesaba contar la historia de Juan, quien busca escapar de su realidad.
“Todo esto se nutrió con el equipo de Temporada de patos, el fotógrafo Alexis; Mariana Rodríguez, editora; el productor Cristian Valdelievre, y por supuesto los actores Diego Cataño y Daniela Valentine.
“Además, realicé Lake Tahoe para tratar de entender el tema. Es una búsqueda; me aventé a hablar sobre la muerte no porque la tuviera muy clara ni para decir una verdad, sino para aprender a entenderla con ayuda de todo mi equipo.
“Lo más bonito es hacer un cine que trata de entender al otro, de la condición humana; porque el cine hollywoodense tiene mucho eso de las verdades absolutas, el mensaje único, la idea controladora que lo vuelven falso y artificial.
“No sé si esta película me exorciza, pero me ayuda a entender y a acercarme a mis sentimientos. La experimentación es lo que más me gusta de hacer cine y me siento muy afortunado por poder hacerlo.”
Al retomar el tema de la exhibición, uno de los principales problemas a los que se enfrenta la cinematografía nacional, Eimbcke opina: “Es el talón de Aquiles. Después de su exhibición en la Muestra Internacional de Cine, que acaba de concluir, apostamos a la recomendación del boca a boca, para que los complejos aguanten la película, porque con 15 copias se puede lograr una mejor entrada por sala que si tuviéramos 100 pantallas; sería más difícil mantener un mejor ingreso. Pero la exhibición sí es un problema, no sólo en el país, sino en el mundo. Además, a las cadenas de cine les deja una ganancia enorme estrenar películas estadunidenses con 400 o 500 copias.”
Aunque precisa: “Ha habido buena disposición de los exhibidores para proyectar Lake Tahoe, el verdadero problema es que únicamente estará en cartelera dos semanas y después la sacarán si no logra meter cierta cantidad de espectadores: esperemos que la gente se anime a verla”.