■ Ofrece cinco funciones este fin de semana en el Auditorio Nacional
Por segunda vez, la compañía de Ucrania mostrará su virtuosismo
Por segunda ocasión, la espectacularidad, el virtuosismo, la belleza y el buen humor de la Compañía Nacional de Danza de Ucrania, reconocida a escala internacional como el Ballet Virsky, retorna a nuestro país, con un repertorio renovado.
Conocida en sus inicios como Conjunto de Danza Estatal de Ucrania, la agrupación fue fundada por Pavlo Virsky en 1951, como “una celebración del espíritu de un pueblo mediante la danza”. A su muerte, y a partir de 1980, el creador escénico Myroslav Vantukh se hizo cargo de la dirección del ballet, quien además se ha preocupado por formar nuevas generaciones en la Escuela Coreográfica de la Compañía Nacional de Danza de Ucrania.
El Ballet Virsky es considerado una de las agrupaciones dancísticas que se distingue por su excelencia, que de manera brillante sabe sintetizar y fusionar la técnica del ballet clásico y las diversas danzas tradicionales de Ucrania, conformando así un espectáculo con más de 100 bailarines en escena, quienes utilizan alrededor de 3 mil trajes regionales.
¿Cuáles son los retos del Ballet Virsky, cuando se llega a tal nivel de excelencia? Responde Myroslav Vantuhk, en entrevista con La Jornada, vía telefónica desde Kiev: “El arte siempre se encuentra en constante desarrollo; implica mucho talento e inteligencia, pasión y nervios, en particular esto último para tener enormes logros. Y creo que la mejor manera de responder es que lo bueno, en el arte, no tiene límites”.
Folclor de 25 regiones
Con apoyo en la traducción de Inés Arakelova, Vantukh explicó que para su retorno a México, traen “un repertorio diferente, pues siempre tratamos de cambiar o ampliar el programa. De los 15 números que integran el espectáculo de poco más de dos horas, la mitad será algo nuevo”.
El propósito de Vantukh, como director artístico, es “dar, traspasar, enseñar lo mejor de todos los maestros que se ha generado durante muchos años”.
Las piezas, indicó el artista, son seleccionadas de acuerdo con el criterio del propio coreógrafo y les lleva montarlas entre nueve y 11 meses, dependiendo de la cantidad de bailarines participantes. “Es difícil seleccionar, porque hay mucho de dónde escoger, pues son más de 25 regiones en Ucrania”.
Obras populares como Zaporozhtsi (el baile de los cosacos de Zaprozhian) y Vyshyvalnsti (el baile de las bordadoras), así como El zapatero y Botas nuevas, son algunas de las piezas que se podrán disfrutar en cinco funciones, del 28 al 30 de noviembre, en el Auditorio Nacional (Reforma y Campo Marte).