■ Moscú lanza con éxito un misil balístico intercontinental con ojivas múltiples
Se desata guerra informática entre Rusia y Georgia
Ampliar la imagen Zaur Dzhussoyev, quien perdió a su hijo y dos nietos en el ataque georgiano Foto: Fotograma de La Guerra del 08.08.08
Moscú, 26 de noviembre. Tres meses y medio después de que se logró establecer un alto del fuego en el conflicto armado del Cáucaso, Rusia y Georgia están de nuevo en guerra, pero esta vez las batallas son incruentas y se libran en el ámbito de la información.
Rusia centra su estrategia en demostrar que el gobierno de Mijail Saakashvili, al haber atacado a Osetia del Sur, la madrugada del 8 de agosto anterior, rompió el status quo y precipitó la independencia de ésta y de Abjazia, la otra región separatista.
Por su parte, Georgia procura eludir la espinosa cuestión de quién desató las hostilidades, lo que equivaldría a reconocer su pifia mayúscula al lanzar una guerra relámpago que acabó en derrota militar, y trata de presentar a Rusia como país agresor que, no sólo avala la independencia de Osetia del Sur y Abjazia, sino que pretende asesinar a Saakashvili y derrocar a su gobierno.
Dentro de los varios intentos que Rusia ha realizado para ofrecer su versión del conflicto, destaca el documental La Guerra del 08.08.08. El arte de la traición, que está teniendo extraordinaria difusión en Internet –al momento de escribir esta nota un millón 426 mil 815 visitas con narración en ruso y 234 mil 951 en inglés– y que ya puede verse con subtítulos en español desde este enlace: http://war080808.com/espanol/.
Producido por Russia.ru, el primer canal de televisión por Internet de este país, el documental contiene impactantes imágenes de video grabadas en celulares por militares georgianos en el momento de atacar a civiles surosetios y también recoge el testimonio de numerosos habitantes de Tsjinvali y otros poblados bombardeados.
Los autores de La Guerra del 08.08.08 sostienen que, detrás de la agresión de Georgia a Osetia de Sur, estuvo el gobierno de George W. Bush, el cual por todos los medios trató de aumentar el índice de popularidad del candidato presidencial John McCain, aunque a la postre éste acabó derrotado por el demócrata Barack Obama.
La participación del lado georgiano de mercenarios de varios países, Ucrania entre ellos, provocó hace poco un escándalo en Kiev, cuando el servicio de seguridad de la presidencia ucraniana –para sorpresa de los invitados, muchos políticos locales, así como diplomáticos y periodistas extranjeros– impidió de modo drástico la proyección del documental en un lujoso hotel.
Georgia, en contraste, basa su apuesta propagandística en presentar a Rusia como una amenaza. En esa línea se inscribe el supuesto atentado que habrían sufrido el domingo anterior el presidente georgiano y su homólogo polaco, Lech Kaczyinski, cerca de la frontera con Osetia del Sur.
Al paso de la caravana de vehículos de los mandatarios se escucharon disparos y ambos no dudaron en atribuirlos a los militares rusos. Pero hasta Krzysztof Bondaryk, director de la Agencja Bezpieczeƒstwa Wewn´trznego (ABW, por sus siglas en polaco: Agencia de Seguridad Interior), puso en duda esta versión en un informe reservado sobre el incidente que envió a los 16 políticos más importantes de Polonia.
Para la ABW, según afirma hoy el diario polaco Dziennik que tuvo acceso al documento, fueron los propios georgianos los que realizaron los disparos como provocación para inculpar a Rusia. Los analistas de la ABW sacan esta conclusión a partir de varios hechos extraños, entre otros:
–La decisión de viajar a la frontera con Osetia del Sur no figuraba en el programa y se tomó sin consultar al Biura Ochrony Rzàdu (Oficina de Protección del Gobierno), aparte de que los guardaespaldas de Kazcyinski fueron relegados por sus colegas georgianos a cinco vehículos de distancia de su jefe.
–Poco antes de los disparos, los georgianos dejaron que el autobús de prensa se adelantara a la caravana y, cuando se produjo el incidente, estuvieron en inmejorables condiciones para grabar imagen y sonido.
–Los guardias de seguridad de Georgia, que iban junto al vehículo de los presidentes, no respondieron al supuesto ataque, mientras Saakashvili se bajó del coche sonriente y, frente a las cámaras de televisión, mostró una inexplicable tranquilidad en momentos que se suponían de zozobra.
Entretanto, la inestabilidad se extiende en Osetia del Norte, donde hace poco una mujer cometió un atentado suicida. Vitali Karayev, alcalde de Vladikavkaz, su capital, fue asesinado hoy por un francotirador: la bala impactó en el corazón del funcionario en el momento en que éste se disponía a abordar su vehículo blindado.
Mientras, las Fuerzas Estratégicas de Rusia realizaron hoy un nuevo lanzamiento de un RS-24, misil balístico intercontinental con ojivas múltiples, cuya incorporación al arsenal nuclear ruso se prevé para 2009.
El lanzamiento del misil –la tercera prueba exitosa en dos años– se llevó a cabo desde la base militar de Plesetsk, en la región noroccidental de Arjanguelsk, y tras recorrer miles de kilómetros sus ojivas batieron blancos separados en el polígono de Kura, en Kamchatka, en el extremo oriental del país.
El RS-24, junto con los sistemas de misiles Topol-M, ambos de última generación, se considera uno de los componentes clave de la respuesta de Rusia al escudo antimisiles que planea instalar Estados Unidos en la República Checa y Polonia.