■ Combinan obras del Museo Nacional de Arte y la Fundación Colección Jumex

Proponen crear “nuevos territorios para la imaginación” mediante una muestra

■ La invención de lo cotidiano plantea una “colisión de épocas” para estimular al público

■ Tesoros mexicanos y creaciones de arte contemporáneo mantienen un “diálogo”

Mónica Mateos-Vega

Como una provocadora “colisión de épocas y obras” se plantea la exposición La invención de lo cotidiano, en la cual se combinan los acervos de la Fundación Colección Jumex y del Museo Nacional de Arte (Munal), recinto anfitrión de la muestra.

Un total de 157 piezas (81 del Munal y 76 de la colección privada) forman parte del “fantástico encuentro” que establece un diálogo entre lo más contemporáneo del arte internacional y los tesoros mexicanos que resguarda el recinto ubicado en la calle de Tacuba 8, Centro Histórico.

Los paisajes de José María Velasco, los querubines de Miguel Cabrera, los volcanes del Dr. Atl, los personajes en arena multicolor de Rufino Tamayo mucho tienen que decir al estar cerca de obras como las de Gabriel Orozco (un huevo sostenido en un tubo retorcido) o de Gabriel Kuri (un chicharrón dentro de una vitrina).

Se trata “de crear nuevos territorios para la imaginación”, explicó en rueda de prensa el director del Munal, Miguel Fernández Félix, al ofrecer detalles acerca del proyecto que es resultado de un “atrevimiento mutuo”.

Taller para niños

El pretexto alrededor del que giran ambas colecciones fue el título de un libro del filósofo e historiador francés Michael de Certau (1925-1986): La invención de lo cotidiano, en el cual explora el modo en que el hombre común inventa estrategias de resistencia en aras de escapar de una organización social dominante, explicó el curador Frédéric Bonnet.

Si bien esta muestra no pretende ilustrar el citado libro, agregó, sí alude a algunas ideas, como la invención, así como la manera en que los artistas de todas las épocas miran la vida cotidiana. Se siguen cuatro ejes temáticos: energía de lo cotidiano, naturaleza del paisaje, estrategias identitarias, y resistencia y antidisciplina.

Lo primero que sorprende al visitante es observar el piso de algunos pasillos del sobrio edificio del Munal tapizados con cintas de colores fosforescentes: es la instalación del artista escocés Jim Lambie, que rompe con la solemnidad.

En ese tono sigue todo el recorrido: una lavadora gigante titulada Ciclo lunar, de Pablo Vargas Lugo, en el mismo espacio que un paisaje de la barranca de Metlac, realizado por Carlos Rivera (1856-1939); el retrato de un niño del siglo XVIII al lado de una chica en bikini fotografiada por Rineke Dijkstra.

“El riesgo es que el público tradicional del Munal se moleste al ver sus colecciones en medio del arte contemporáneo, pero también creemos que esta muestra brinda una gran oportunidad de acercar nuestro acervo a quienes, por la cotidianidad, están más ligados a las propuestas contemporáneas”, puntualizó Fernández Félix.

Para conseguir esto se introdujo una actividad novedosa en el ámbito museístico: las personas que cuenten con teléfono celular o palm podrán descargar imágenes vía bluetooh relacionadas con la exposición durante su recorrido.

El curador Bonnet confió en que se pueda leer, a partir de su propuesta, que “el pasado ayuda a leer el presente, pues si bien las herramientas de los artistas han cambiado con el tiempo, sus preocupaciones siguen siendo las mismas”.

La exposición estará abierta al público a partir del 27 de noviembre y hasta el 15 de marzo de 2009. Durante ese lapso participarán en el ciclo Conversando sobre lo extraordinario y lo ordinario especialistas y artistas como Elías Levin, Javier Toscano, Renato Garza, Pedro Reyes, Samuel Morales y Adolfo Cantú, entre otros, todos los miércoles a las 12 horas.

También se impartirá el taller para niños Anima tus ideas, dirigido principalmente a grupos de escolares.

Más informes en la página del museo: www.munal.com.mx y al teléfonos 51303494.