■ Se ubica a la entrada del CCU; el miércoles 26 se llevará a cabo la apertura oficial
Con un año de retraso, por fin abrirá el Museo Universitario Arte Contemporáneo
■ Pese a la demora, inaugurarán las muestras anunciadas en este diario en 2007
■ Cantos cívicos, metáfora sobre el fenómeno migratorio en Castelló, España, explicó Miguel Ventura
Ampliar la imagen Vistas del Museo Universitario Arte Contemporáneo, cuya apertura significará colocar a las artes visuales a la par de expresiones como música, danza, literatura, teatro y cine en la máxima casa de estudios Foto: Barry Domínguez
Con un año de retraso, esta semana por fin abrirá sus puertas el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), ubicado a la entrada del Centro Cultural Universitario (CCU), para que ahora sí las artes visuales participen a la par con la música, el teatro, la danza, la literatura y el cine en la máxima casa de estudios.
Con una superficie total de 13 mil 947 metros cuadrados de construcción, de los cuales 3 mil 286 metros serán para exhibiciones, el museo fue encargado al arquitecto Teodoro González de León –ganó el concurso por invitación– por el anterior rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente; el entonces coordinador de Difusión Cultural, Gerardo Estrada, y el coordinador de Proyectos Especiales, Felipe Leal.
En su momento, Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la UNAM, señaló a La Jornada (13-II-07) la falta de un museo de arte contemporáneo en México: “el país se lo merece. Y, la universidad asume la responsabilidad, como ha hecho en otras ocasiones, de hablar de su historia”.
Hoy habrá un “recorrido inaugural”, para el cual se anuncia la presencia del rector actual, José Narro. La inauguración oficial será el miércoles 26, a las 18:30 horas.
El retraso en la apertura el MUAC al parecer no afectó las anunciadas cuatro exposiciones inaugurales que, más allá de la del acervo, son “cero locales”, indicó De la Torre en la misma entrevista, porque “si algo es implícito en el arte contemporáneo es su globalidad”.
Respecto de Recursos incontrolables y otros desplazamientos naturales, selección del acervo de arte contemporáneo del MUAC, curado por Olivier Debroise, crítico de arte fallecido el pasado mayo, cabe recordar que a la par de construir un museo, la universidad propuso integrar una colección pública de arte contemporáneo de la que ha carecido el país.
Siguen las colectivas internacionales El reino de Coloso: el lugar del asedio en la época de la imagen, curada por José Luis Barrios, y Las líneas de la mano, curada por Jimena Acosta.
La única muestra individual es Cantos cívicos: un proyecto de NILC, en colaboración con Miguel Ventura y curada por Juan de Nieves. Este proyecto, de “sitio específico interdisciplinario”, debutó el 9 de febrero de 2007 en el Espai d’art contemporani de Castelló, España.
Cabe anotar que Miguel Ventura (San Antonio, Texas, 1954), radicado en México desde 1976, ha elaborado un cuerpo de obra a partir de la creación de una suerte de mundo paralelo en el que imperan nuevas reglas de poder y transfiguraciones genéricas: el Nuevo Consejo Interterritorial de Lenguas (NILC, por sus siglas en inglés).
En un principio Ventura pensó en traer la misma exposición al MUAC, pero “como pasó tanto tiempo quise retrabajarla. No me gusta presentar lo mismo, es muy aburrido; además, quería contextualizar la exposición para México”.
Los protagonistas de Cantos cívicos son 80 ratas blancas de laboratorio. La curadora Patricia Sloane sugirió el proyecto para el museo, “básicamente porque cumplía con ciertos intereses que los responsables tenían para esta sala, porque, como ya había trabajado con sicólogos y veterinarios de la UNAM, estaba hecho a la medida de sus intereses”.
Ventura agrega que –a diferencia de lo que se hizo en España– los roedores estarán dentro de la sala, en un bioterio.
–El proyecto suena impactante. ¿Por qué las ratas?
–Desde que me invitó, Juan de Nieves me dijo: ‘vamos a hacer un proyecto originado en Castelló’. Algo que me interesó fue la presencia de inmigrantes rumanos. Me llamó la atención que España, país cerrado a la inmigración desde hace siglos, apenas en las décadas recientes se abrió a este fenómeno mundial.
“Castelló, ciudad de 150 mil habitantes, tiene una población de 40 mil rumanos. De allí surgió la metáfora de la ratas, compañeros del hombre desde siempre, pero no queridos ni invitados.
–¿En qué consiste la muestra?
–Para empezar, es una rocola (o cerebro) para ratas entrenadas en atravesar un laberinto bastante complejo. Si no son entrenadas, las ratas se quedan paralizadas y les da miedo. Mediante sensores de movimiento se activarán ciertos focos que van a señalar qué canciones entonarán los dos coros y una orquesta.
A Ventura le llamó la atención invertir el papel de poder que “tenemos con los animales y las ratas en particular. En vez de que decidamos qué quieren hacer las ratas, ellas van a decidir el movimiento de los coros (a manera de performance) sobre gradas móviles que se van a desplazar por los lados”.
En Castelló los coros (adultos y niños) interpretaban grandes éxitos, himnos nazis y canciones falangistas.
En medio estará el bioterio donde vivirán los roedores, el espacio del laberinto y una colección con “cantidad de artefactos”.
Ventura quiso crear una gruta alrededor del bioterio con objetos como una colección de retratos nazis, colchas estadunidenses con el elemento de la esvástica, animales disecados, que sirviera de plataforma para lanzar “ciertas críticas sociales”.
Explica: “Hay una pequeña revisión de textos de José Vasconcelos cuando el partido nazi le dio dinero para hacer una revista aquí, la cual fue censurada por Gobernación en 1941. No se trata de desprestigiar a Vasconcelos, sino de hablar de la complejidad de los personajes y la demostración de lealtades hacia un partido”.
Cantos cívicos cuenta con 120 metros lineales de paredes de mamparas con el mar de objetos, que también contiene un libro nazi de primaria.
Son tabúes que “ya es hora de revisar”, porque el que se mete dentro de un cajón no quiere decir que “no es peligroso”. Acota: “Vivimos momentos muy peligrosos. El neoliberalismo, sus manifestaciones y esta falta de regularización, lo que hacen es que simplemente otra vez estas medidas sean muy fascistas”.