■ Reitera Nkunda su petición de diálogo directo con Joseph Kabila
Se compromete líder guerrillero a apoyar un proceso de paz en Congo
Kinshasa, 16 de noviembre. El líder guerrillero Laurent Nkunda se comprometió este domingo a apoyar un proceso de paz en el este de la República Democrática del Congo (RDC), lo que incluye respetar el alto al fuego y abrir corredores humanitarios para ayudar a los civiles que padecen los efectos de la guerra.
Luego de reunirse con el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, emisario especial de Naciones Unidas para tratar de resolver el conflicto, Nkunda prometió que hará lo que esté de su parte para generar un acuerdo de paz, pero también pidió que el gobierno del presidente congoleño, Joseph Kabila, haga lo propio, a quien los respaldan tambien milicias de la etnia mai mai.
Obasanjo, por su parte, se mostró optimista con el rumbo de las negociaciones, al considerar que el general tutsi Nkunda “quiere mantener un cese al fuego, pero es como bailar el tango: uno no puede hacerlo solo.”
Mientras ambos conversaban estallaron nuevos enfrentamientos al noroeste de la localidad de Jomba, ubicada en la provincia de Kivu Norte, pero Nkunda desestimó lo ocurrido y dijo que contactaría al gobierno para terminar con los combates.
Aunque se mostró favorable a alcanzar acuerdos, el dirigente guerrillero reiteró una vez más su petición de diálogo directo con el presidente Kabila, y advirtió que en caso contrario marchará sobre la capital del país, Kinshasa.
A pesar de que los rebeldes del Consejo Nacional para la Defensa del Pueblo decretaron una tregua unilateral a finales de octubre, durante estas semanas se han presentado algunos combates aislados, cuyo inicio se han atribuido ambos bandos entre sí.
De hecho, horas antes de que iniciara la reunión entre Nkunda y Obasanjo, las fuerzas de Naciones Unidas reportaron el inicio de nuevos choques armados en el pueblo de Ndeko, unos 100 kilómetros al norte de Goma, la capital provincial de Kivu Norte.
La guerra en la conflictiva zona este de la RDC, que inició de nuevo hace cuatro años, ha dejado en las semanas recientes más de 250 mil refugiados que no tienen alimentos, agua ni albergue seguro.