■ Ilustra El Fisgón; “cuando escribo ya me lo imagino dibujado por él”, reconoce el autor

Aventura y fantasía conviven en De Domingo a Lunes, nueva novela de Francisco Hinojosa

■ Es de los mejores escritores latinoamericanos de literatura infantil, asegura el caricaturista

Arturo Jiménez

Un escritor y un artista plástico vuelven a conjugar sus plumas y pinceles para dar vida a un nuevo libro destinado a niños y jóvenes. El título es De Domingo a Lunes, novela de aventuras y fantasía firmada por Francisco Hinojosa e ilustrada por Rafael Barajas, El Fisgón.

Dice Hinojosa de Barajas, estudioso de la caricatura y monero de La Jornada: “Hemos trabajado unos 15 libros juntos. No necesito ni siquiera ver las ilustraciones antes de que se publiquen. Sé siempre que el mejor traductor a imágenes, sin duda, es El Fisgón. Hay algo que me gusta mucho de él: que puede hacer sus propias creaciones a partir del libro, sin que en algún momento traicione la historia. Es más, cuando escribo algo, ya me lo imagino dibujado por El Fisgón”.

Y comenta Barajas de Hinojosa, autor de libros muy vendidos, como La peor señora del mundo: “Francisco es uno de los mejores escritores mexicanos y latinoamericanos de literatura infantil. Es uno de los autores que ilustro que más facilitan el trabajo. Hay una anécdota: hace años, cuando trabajamos sobre su libro Amadís de anís, Amadís de codorniz, Pancho hablaba de un chamaco de cabello rizado. Y tiempo después conocí a uno de sus hijos, ¡y era igual al que yo había dibujado antes!

“Pancho es un narrador muy preciso, y cuando trabajo sus textos, sus imágenes como que me asaltan. Y este nuevo libro suyo es muy interesante, es una especie de Salgari cruzado con realismo mágico.”

En pequeñas dosis

–De Domingo a Lunes (Fondo de Cultura Económica) se presenta como una novela de aventuras, pero también tiene elementos fantásticos, por ejemplo los hombres-pájaro. ¿Cómo conjugar ambos géneros, venidos de tradiciones literarias sobre todo para adultos, en una novela para niños y jóvenes? –se le pregunta a Hinojosa.

–Creo que la aventura y lo fantástico son los dos mundos que más interesan a los niños. ¿Y cómo unirlos, finalmente, en un texto en el que la aventura tiende a ser más realista y que quizá se contrapone con la fantasía? Creo que usada en una pequeña dosis, con elementos fantásticos que puedan ser incluidos dentro de este realismo. Cuando nos pasamos de elementos, creo que ahí empieza la inverosimilitud.

–¿Cómo ingresa al mundo y la lógica de los niños y jóvenes a la hora de escribir?

–Pienso de dos maneras. En primera, creo que es una especie de don natural. Hay algo que nació en mí, que descubrí con el tiempo, que es esa capacidad de comunicarme con los niños. Quizá es por algo que conservo de los niños y que tiene que ver mucho con el juego y la risa. Y eso me hace tener una comunicación natural con los niños. Y por otro lado, no dejo de tener contacto permanente con ellos; voy mucho a escuelas y pongo a prueba textos que estoy trabajando, y ver las reacciones es una manera de medir por dónde voy. Finalmente, en el caso de esta novela, fue meterme a un experimento. Nunca había escrito un texto de este tipo. Me costó un trabajal; me llevó 14 años.

–Coméntenos sobre la estructura, que parece lineal, y sobre este uso de los nombres de los personajes, como días de la semana.

–No me planteé una estructura previa a la escritura, por eso me llevó tanto tiempo. Fue saliendo conforme escribía. Sí sabía que tenía que ser lineal en el tiempo, con algunos regresos.

–¿Cómo colocarse ante los niños y jóvenes, ganar su capacidad de imaginación, con esta fuerte presencia de los medios de comunicación electrónicos y las nuevas tecnologías?

–Soy de la idea de que la lectura puede convivir con el Internet, el futbol, la tarea. Tenemos tiempo para muchas cosas, siempre y cuando esos libros realmente cautiven a los niños. Una de las muestras más claras en el mundo es Harry Potter, que no nació gracias a una campaña maquiavélica de mercadotecnia de las editoriales. La escritora anduvo vagando de editorial en editorial. Lo adoptaron los niños y después los adultos se asomaron a ese mundo. Ahora, por primera vez, son los niños quienes llevan a los adultos a los libros.

Terror, en puerta

–¿Cómo ubica De Domingo a Lunes en el cuerpo de su obra, ya prolífica?

–Como algo bastante distinto. Me gusta ensayar cosas nuevas. Ahora estoy escribiendo una historia de terror, nunca había escrito una porque pensé que no era un género para mí. Este es uno de los libros más extensos que tengo para niños y es una historia que incluso puede provocar cierto desasosiego en un niño al ver que el protagonista se queda sólo en un momento dado.

–¿Se trata de promover un abanico de emociones y reflexiones más amplio en los niños?

–Sí. Y aquí me gusta el hecho de no ser complaciente con los niños, algo que pasa con la literatura para ellos, que tiende a decir que en el mundo todo es felicidad. No. Creo que se pueden meter ciertas dosis de otro tipo de emociones que el niño puede vivir mediante la lectura.