Blues
■ Del Rey y Steve James: esencia del blues
Ampliar la imagen Con Steve James y Del Rey (en la imagen) se puede esperar una deliciosa lección de las raíces de la música popular de EU Foto: George Brainard
Steve: La música que me gusta está hecha por viejos excéntricos que sacan el ritmo de Stellas aporreadas...
Del: ... o por una viejecita en un vestido de florecitas que toca una ruidosa guitarra.
Si los nombres Tampa Red, Mance Lipscomb, Scrapper Blackwell y Sister Rosetta Tharpe aceleran los latidos de su corazón, sin duda les gustará escuchar a Del Rey y Steve James las noches de viernes y sábado en el club de blues Ruta 61. Y si no conocen a esos grandes de antaño, entonces les espera una lección musical sobre las raíces de la canción popular estadunidense, deliciosamente impartida por Del y Steve.
Como dice Steve en el fragmento citado arriba de la rola titulada The Real Guitar Rag, del cedé Tonight, el dueto favorece a los viejos bluseros y bluseras, gente como Charley Patton, Mississippi Fred McDowell y Big Bill Broonzy, “nacido en Misisipi, hijo de un esclavo, que tocaba el violín en fiestas de los granjeros y luego se compró una guitarra cuando se mudó a Chicago”. La pasión de Steve y Del por estos ejecutantes seminales se traduce en un folk blues genuino, que presentan con técnica deslumbrante y con ese sentido del espectáculo que dio gran popularidad a sus héroes, desaparecidos hace mucho tiempo.
Este ensamble de blues no usa amplificadores; no los necesita. Sus instrumentos de cuerpo de metal fueron construidos para resonar en la época anterior a la guitarra eléctrica. Como en una conversación musical, intercambian improvisaciones y audacias como si tocaran en un viejo bar al lado de la carretera, y el efecto de sus talentos interactuantes sencillamente quita el aliento.
Aparte de poseer extraordinaria sapiencia sobre antiguos instrumentos acústicos, Del y Steve comparten una pasión duradera por los estilos musicales vernáculos de Estados Unidos. Su escuela, nacida del blues seminal del delta del Misisipi, también abreva en la tradición montañesa de pellizcadores de cuerdas como Merle Travis, Sam McGee, Sylvester Weaver y Mother Maybelle Carter.
Pero si Del y Steve son “puristas”, no quiere decir que reproduzcan como loros los sonidos de alguna empolvada colección de discos. Más bien se dedican a la esencia del country blues, y de sus actuaciones mana cierta procaz exuberancia. “En lo que a Steve y a mí concierne, el rocanrol fue inventado en 1918 en Memphis, por personas como Dan Sane y Frank Stokes”, comenta Del Rey: no por Chuck Berry, como generalmente se cree, cuya Nadine, compuesta en 1959, es la rola más nueva que recrea el dueto.
Los dos ejecutantes tenían carreras bien establecidas antes de unir fuerzas.
Con sus lentes de ala y sus vestidos antiguos, Del Rey parece más una maestra de escuela de los Apalaches que una devota del blues, pero su talento innato en la guitarra con resonador de metal y en el ukelele causa asombro dondequiera que se presenta. Radicada en Seattle y descrita como “una cruza de Bo Carter y las Hermanas Andrews”, y como “más Memphis Minnie que Memphis Minnie”, Del Rey toca el blues desde que era adolescente, cuando conoció al blusero Sam Chatmon, quien la inspiró a sumergirse de cabeza en el cieno del Misisipi. Como solista tiene presencia constante en el circuito de antros de la costa noroeste del Pacífico, y ha grabado seis discos bajo su propio sello, Hobehmian. El más reciente, Blue Uke, celebra ese diminuto instrumento hawaiano que por lo común se presenta como una curiosidad, pero que en sus hábiles manos vuela tan alto como sus hermanos mayores. Cuando la cantante Maria Muldaur grabó un tributo a Memphis Minnie, Sweet Lovin’ Ol’ Soul, invitó a Del Rey a unirse a las sesiones.
Steve James, frecuente socio musical de Del, ha arrancado similares gemidos de incrédulo placer a los escuchas. En particular, los aficionados al blues adoran su dominio de la guitarra con vara corredera de cuello de botella. Nacido en Nueva York y trasplantado al fértil paisaje musical del sur de Texas en 1975, toca varias guitarras antiguas, mandolina y banjo, y se pasea entre temas de gente como Bumble Bee Slim, Big Bill Broonzy y Tampa Red como si tuviera línea directa con esos ejecutantes icónicos. Si alguna vez escucharon a Furry Lewis, uno de esos “viejos excéntricos” de los que James obtuvo su educación musical, sin duda notarán su influencia en el estilo del ejecutante.
Las tonadas originales de James también están imbuidas del espíritu de los primeros tiempos del blues. Guerrero del camino, James se forjó un nombre en las dos décadas pasadas mediante giras constantes, y ha compartido escenario con todo el mundo, desde Bill Monroe hasta Buddy Guy. Ha tocado blues en el popular programa de National Public Radio, A Prairie Home Companion, y grabado seis cedés como solista en los sellos Antone y Burnside. Su disco más reciente, Short Blue Stories, producido por él mismo, presenta blues, baladas y breakdowns de su autoría, y en algunas de las pistas toca la mandolina de vara corredera, instrumento extremadamente difícil de encontrar.
Del y Steve se conocieron en Santa Cruz en 1992, y al tener intereses musicales en común era inevitable que sus caminos se cruzaran en los años siguientes, a veces tocando en los mismos sitios. En 2001 decidieron por fin unir sus talentos colectivos y llevarlos de gira. Sus dos cedés como dueto, Twins y Tonight, documentan esa colaboración; cada uno también ha intervenido en los discos de solista del otro.
Juntos en escena ofrecen un entretenimiento enciclopédico, una celebración de los grandes innovadores de la música estadunidense, incluso si esas estrellas del ayer son virtualmente desconocidas para los escuchas de hoy. La presentación del dueto, comenta Del, “dará al público una probada de las raíces musicales de Estados Unidos, de las décadas de 1920 y 1930, que tal vez no haya oído antes, pero que es el fundamento de toda la música que vino después”.
Entre giras por el sureste de Estados Unidos y Australia, Del Rey y Steve James se darán una vuelta por México, uno de sus destinos favoritos (será su tercera gira mexicana en cuatro años). Además del espectáculo en el club Ruta 61 de la colonia Hipódromo Condesa de la ciudad de México, aparecerán en el Museo de la Ciudad de Querétaro el 19 de noviembre, y en el café El Viejo Topo, en San Miguel de Allende, Guanajuato, el 21 de noviembre.
A continuación, más detalles de su itinerario: Viernes y sábado 15 y 16 de noviembre a las 21 horas en Ruta 61. Baja California 281, colonia Hipódromo Condesa, Distrito Federal. Costo de entrada: 250 pesos. Más información al 5211-7602.
El miércoles 19 de noviembre a las 20:30 horas en el Museo de la Ciudad de Querétaro. Más datos en el teléfono (442) 224-3756, 212-4702.
En San Miguel de Allende, Guanajuato, se presentará el viernes 21 de noviembre a las 21 horas, en el café El Viejo Topo. Más detalles al (415) 154-8701. En esta ciudad también ofrecerán un taller de roots y blues fingerstyle guitar.