■ Los artistas inauguraron exposición con el tema de la siamesitud, en Budapest
Marisa Lara y Arturo Guerrero llevan la transgresión del cuerpo creador a Europa
■ Pasaporte universal comprende pintura, arte objeto, instalación, performance, gráfica y video
■ La relación identidad-otredad y el espejeo permean esos trabajos, dijeron a La Jornada
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El imperio siamés, obra de Marisa Lara y Arturo Guerrero, figura en el conjunto que el binomio artístico muestra en la capital húngara
Con el tema de la “siamesitud”, es decir, la decisión de transgredir el cuerpo creador para volverse uno, los artistas Marisa Lara y Arturo Guerrero iniciarán una serie de actividades que abarcan pintura, arte objeto, instalación, performance, gráfica y video, que los llevarán a Hungría, Cataluña y Francia, con la apertura de la exposición Muta * Dos, en la galería Óscar Román (Julio Verne 14, Polanco).
Hace unos días viajaron a Budapest, donde el miércoles inauguraron Pasaporte universal, exposición en la galería Octogon Art, mientras el 20 participarán en una feria internacional de arte contemporáneo en el Museo de Arte Moderno y el 26 expondrán en el conjunto cultural Gödor Klub.
De allí viajarán a Llancá, Cataluña, donde presentarán obra gráfica, performance y darán una conferencia en la sala de exposiciones del ayuntamiento. Después, se trasladarán a París para intervenir en el espacio abierto del río Sena, que consistirá en una caminata.
Muestra en la galería Óscar Román
La idea, explica Lara, es que los siameses Maritzin y Arturotl (sus alter ego) caminen por el mundo, por las ciudades, uniendo opuestos y circunstancias que normalmente no lo están.
Para ese performance trabajarán con un hilo que envolverá tanto al público como las circunstancias, de modo metafórico. De allí regresarán a Budapest, a la clausura.
No obstante que el binomio artístico ha trabajado con anterioridad en Europa, la actual gira representa la internacionalización de Siameses Company, su empresa creativa de marca registrada, que invita a artistas de otros países –también sus alter ego– a trabajar con ellos.
De hecho, sus anfitriones húngaros ya inventaron a Mariska Turoczi, “nombre absolutamente húngaro, a la vez que un acrónimo combinado de nuestros nombres”.
La relación identidad/ otredad, o el espejear, es el concepto que permeará sus trabajos en tres niveles. El primero, explica Lara, encierra “todo el abanico conceptual en que hemos trabajado desde hace ya muchos años a partir de este juego de alteridades. Otro nivel es el proceso mismo, porque al ser siameses trabajamos las piezas en la vida cotidiana, metidos en la misma ropa, al unísono. No son cuadros que hayamos hecho yo una zona y Arturo otra, sino trabajamos de manera simultánea. Es decir, el proceso de trabajo es en sí mismo un hecho artístico”.
Luego, el tercer nivel es “objetual, sensual de la piel transformada, el lienzo alterado. Es la geografía del trazo, del color, de la textura”.
Respecto a Muta * Dos, en la galería Óscar Román, Guerrero explica que la serie está concebida como “una especie de itinerario personal. Es una agenda existencial de la vida de los siameses, porque aquí las pinturas llevan el espectador a un recorrido por el tiempo, por la memoria.
“Por eso hay cuadros donde los siameses son apenas un huevo, porque nacieron de un cigoto. ¿Cuál? El que inventamos, o sea, renacimos con los siameses porque queríamos ser otros, pero queríamos ser nosotros mismos. Es un juego de palabras muy de Octavio Paz, pero también es un juego de conceptos muy complejos.”