Usted está aquí: viernes 14 de noviembre de 2008 Cultura Recurre poeta a la concisión del lenguaje para preservar “la voz pura y única”

■ Presentaron El ábaco de los acentos, segundo poemario de Camila Krauss

Recurre poeta a la concisión del lenguaje para preservar “la voz pura y única”

■ Plantea salidas a encrucijadas complejas mediante gran energía potencial: Antonio del Toro

Arturo García Hernández

Ampliar la imagen Camila Krauss, el martes, en la Casa Refugio Citlaltépetl, durante la presentación de su libro más reciente Camila Krauss, el martes, en la Casa Refugio Citlaltépetl, durante la presentación de su libro más reciente Foto: Jesús Villaseca

El ábaco de los acentos, segundo poemario de Camila Krauss, es “un libro de una condensación inusitada, un libro apretado y de una densidad poderosa”, no obstante su brevedad.

Hay en él “una escritura que busca salidas a encrucijadas complejas y, por tanto, en muy pocas páginas posee una gran energía potencial”.

La valoración fue hecha por el poeta Antonio del Toro, durante la presentación del libro la noche del martes en la Casa Refugio Citlaltépetl.

Los poemas de Krauss se caracterizan por un balance entre lo profundo, lo poético y lo elusivo, “son poemas de búsqueda que no se pierden en el camino de su naturaleza indagatoria, lo cual hace que el lector necesite releerlos una y otra vez si quiere aprehenderlos a cabalidad; lo mismo pasa si quiere habitarlos, es posible que se quede viviendo en ellos a la intemperie de la certeza”.

Y es que el libro “fue escrito en un periodo muy largo, tiene en sus versos mucho tiempo, reflexión y experiencia; por eso quizá en cada poema hay un enigma prometedor y difícil”, sostuvo Del Toro, quien imparte un taller de poesía en el que Camila Krauss trabajó su libro durante dos años.

El ábaco de los acentos fue coeditado por la Fundación para las Letras Mexicanas y por Ediciones Sin Nombre, en cuya representación moderó el acto José María Espinasa.

De acuerdo con los editores, “Camila Krauss juega, desde el mismo título, con la idea de que el ritmo es un segundo discurso del poema, por arriba y por debajo del de su más inmediata literalidad. ¿Cómo contamos los acentos? El poeta diría: no los cuente, escúchelos. Y el ábaco, esa computadora antes del mundo virtual, milenaria, es una manera de contar que también es oír”.

Rumor y turbulencia

Marianne Toussaint dijo en su turno que el poemario de Camila Krauss tiene como hilo conductor “la sed de voz”.

Óscar Wilde decía –recordó Toussaint– que “en la literatura la sinceridad no tenía ninguna importancia, era el estilo el que la salvaba, y Camila Krauss con este pequeño libro que tiene una fuerza propia, emprende un camino donde ya logra un estilo propio”.

Hay en el libro de la poeta veracruzana “una gran energía en lo que va a contar, en lo que va a cantar, en esa sed que quiere ser saciada para que la voz quede pura, como esencia, única”.

Para esto –agregó Toussaint– “usa una concisión del lenguaje; todo el tiempo procura que el río caudaloso que tiene en su interior nunca se salga de sus cauces, trata de contenerlo siempre, y sin embargo mantiene el rumor de ese río, sabemos que hay algo turbulento en el subsuelo”.

Camila Krauss –licenciada en letras hispánicas por la Universidad Veracruzana y estudiante de budismo zen– cerró la presentación con la lectura de algunos de los poemas que conforman El ábaco de los acentos.

 
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