Usted está aquí: viernes 14 de noviembre de 2008 Estados Nayarit, otra “víctima del turismo depredador”, afirma Greenpeace

■ Centros recreativos, con problemas de contaminación y servicios

Nayarit, otra “víctima del turismo depredador”, afirma Greenpeace

De la corresponsalía

Tepic, Nay., 13 de noviembre. De acuerdo con un diagnóstico de sustentabilidad realizado por la Secretaría de Turismo (Sectur), el estado de Nayarit es “otra víctima del turismo depredador”, porque sus destinos recreativos más importantes, Bahía de Banderas, Rincón de Guayabitos y San Blas, presentan graves problemas de contaminación, crecimiento irregular, zonas carentes de servicios básicos, quema de desechos en tiraderos a cielo abierto, polución de cuerpos de agua por descargas de aguas residuales, entre otros problemas, reportó ayer el grupo ambientalista Greenpeace.

Según la agenda de la Sectur, las empresas turísticas mexicanas deben tener un marco de acción que asegure la sustentabilidad de la actividad, que preserve el ambiente, la cultura y el bienestar humano de las comunidades; sin embargo, “nada de esto sucede” en Nayarit, particularmente en la riviera, dijo Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace México.

En Bahía de Banderas, uno de los grandes destinos de playa del país, “se da prioridad a los desarrollos turísticos en cuanto al abastecimiento de agua potable y se margina a la población. No existen plantas de tratamiento de líquidos residuales para la población”. Los hoteles negocian directamente las dotaciones del recurso con la Conagua y no se mide el consumo, éste se cobra de acuerdo con el líquido asignado. Por ejemplo, dice Greenpeace, el hotel Four Seasons Punta Mita lleva agua a su hotel desde Bucerías, para lo que construyó un acueducto, los campos de golf se riegan con agua potable, xon 410 litros por segundo.

Además el vertido de aguas residuales en Punta Mita se realiza a cuerpos de agua con actividad turística, hay basureros clandestinos porque el sistema de recolección está rebasado, se están contaminando los mantos freáticos por falta de tratamiento de lixiviados, no hay un programa de manejo de residuos peligrosos y, paralelamente, no hay plazas públicas, centros de salud, escuelas, areas deportivas y tampoco ventanas al mar porque los desarrolladores incumplen con entregar 15 por ciento de donación de terrenos, como marca la ley.

En Rincón de Guayabitos y San Blas el panorama, según el grupo ecologista, no es diferente. Hay desabasto de agua para la población asentada en las afueras de los desarrollos turísticos y que trabaja en ellos, tienen problemas en el manejo de la basura y se carece de un plan de ordenamiento ecológico territorial, con lo cual se permite la construcción de bungalos en zonas de preservación ecológica.

 
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