■ Confrontación o distensión, opción de Obama, advierte Moscú
Envía Medvediev mensajes conciliadores al próximo inquilino de la Casa Blanca
Moscú, 13 de noviembre. Conforme se acerca la fecha del relevo presidencial en Washington, el titular del Kremlin envía cada vez más mensajes conciliadores al siguiente inquilino de la Casa Blanca, aunque tampoco desaprovecha ocasión para ponerlo ante una incómoda disyuntiva al proponerle una suerte de opción cero en materia de seguridad global.
Para Dimitri Medvediev, Barack Obama tiene que escoger entre diseñar una política común de defensa para Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia o ratificar la intención de George W. Bush de instalar parte del escudo antimisiles estadunidense cerca de la frontera rusa, asumiendo con ello la responsabilidad por las inevitables medidas de respuesta que tomará esta potencia nuclear.
Así, en entrevista que publica este jueves el periódico francés Le Figaro, víspera de la cumbre entre Rusia y la Unión Europea en Francia, Medvediev dijo que Obama “tiene un gran crédito de confianza” al ser elegido en estos delicados tiempos y le deseó “éxitos en la labor que le espera”.
El mandatario expresó también su esperanza de que con el nuevo gobierno “será posible desarrollar relaciones normales como socios en pie de igualdad, y seremos capaces de encontrar las soluciones a los asuntos complejos que no pudimos resolver con el actual colega”.
Y uno de estos asuntos que más preocupa a Rusia, pues lo considera una amenaza directa a su seguridad nacional, es la idea de Estados Unidos de habilitar una estación de radares en la República Checa y de instalar 10 interceptores de misiles en Polonia, como parte de su sistema de defensa antimisiles.
El gobierno de Bush –recuerda– “tomó esa decisión sin obtener el consenso de Europa y ni siquiera el visto bueno de sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, sino mediante entendimientos bilaterales con algunos países”.
Tras sostener que, ante las preocupaciones de Rusia y sus sólidos argumentos que ponen en entredicho la necesidad del escudo en Europa oriental, Estados Unidos adoptó una posición inflexible y “nos vimos obligados a preparar medidas de respuesta para neutralizar esa amenaza”, la más reciente su anuncio de que desplegará misiles Iskander en su enclave de Kaliningrado cerca de Polonia, dijo el titular del Kremlin.
“Estamos dispuestos –ofreció el presidente ruso– a reconsiderar nuestra decisión de emplazar misiles en Kaliningrado, si Estados Unidos cancela sus planes de sacar adelante su sistema de defensa antimisiles en Europa”.
Y no se detuvo en ello: “Es necesario volver a discutir a fondo hasta qué punto es efectivo ese escudo antimisiles, pero también estamos dispuestos a aplicar una ‘opción cero’, que sería la mejor salida de esta situación. Más aún, deberíamos seguir trabajando en la idea de establecer un sistema de defensa global, en el cual participen Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia”, propuso.