■ Prevén que la información confirme la teoría del accidente
Presentará hoy Luis Téllez grabaciones de las cajas negras del avión de la SG
Dos días después de que el embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, adelantara que los investigadores del National Transportation Safety Board (NTSB) no han encontrado indicios de que el avión en el que viajaba el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño hubiera sufrido sabotaje o acciones del crimen organizado, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez Kuenzler, dará este viernes al mediodía la posición del gobierno mexicano.
A una semana de que funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) llevaran a laboratorios del NTSB en Washington las dos cajas negras encontradas en el Learjet 45 XCVMC, Téllez Kuenzler dará a conocer parte de la información contenida en la grabación de los datos técnicos del vuelo, que daría indicios de si hubo fallas que provocaran el desplome del aparato a una velocidad de 500 kilómetros por hora.
A su vez, la grabación de la segunda caja negra, la que no se sabía que se encontraba en la aeronave, donde se registran las conversaciones entre el piloto y el copiloto, y tal vez sobre el ambiente que se vivió en el avión durante el minuto y medio en que perdió contacto con los controladores aéreos.
Se prevé que la información que proporcione el secretario Téllez no cambie la hipótesis manejada hasta ahora y confirmada por el embajador estadunidense, en el sentido de que se trató de un accidente, pues el diplomático adelantó el miércoles pasado que, de acuerdo con el reporte de los especialistas del NTSB, “nada en la grabadora de datos de vuelo, la grabadora de voz de la cabina, o cualquier otra evidencia recuperada en la escena del trágico accidente indica que éste haya sido a causa de sabotaje o actividad criminal”.
Y adelantó que la fase preliminar de la investigación llegó a su término, pero personal del NTSB seguirá asesorando a la DGAC en el examen de la evidencia y “la realización de simulaciones para tratar de entender mejor lo que sucedió”.
Hasta el momento, el gobierno mexicano ha descartado la posibilidad de que la aeronave en la que murió el ex secretario de Gobernación y el ex subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos, junto con colaboradores y la tripulación, haya tenido algún objeto explosivo, y también ha descartado la posibilidad de que se haya despresurizado.
Aunque aún no se ha definido lo que ocurrió después de que el piloto hizo contacto por última vez con la torre de control, después de cruzar por el punto denominado Mateo –lo cual podría saberse hasta dentro de 11 meses– y luego desaparecer del radar, hay datos confirmados por la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la DGAC, como el hecho de que no venía a 300 kilómetros por hora como se dijo al principio, sino a 500, y también se asegura que el piloto guardó distancia de entre cuatro y cinco millas con el Boeing de Mexicana que lo precedió.
De acuerdo con el más reciente reporte ofrecido por las autoridades mexicanas, se sabe que el avión se impactó en un ángulo de 45 grados, “en condiciones íntegras”, a una velocidad estimada de 500 kilómetros por hora, que se redujo a 300 al momento de chocar contra un edificio.
“El avión fue frenado por una estructura de concreto. La desaceleración de la aeronave fue producto de los automóviles con los que fue chocando para después estrellarse en la esquina de un edificio, por lo que se desprendió el motor izquierdo”.
El ala izquierda se rompió con el impacto inicial, derramando su combustible; las turbinas se encontraron a 40 metros de distancia una de la otra; el motor derecho se fragmentó en dos partes, “lo cual permite concluir que existía una velocidad de rotación hasta el momento de la caída”.