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CAMPAÑA ¡Sin Maíz no hay País! Con la Asamblea Nacional por la Soberanía Alimentaria, realizada en la ciudad de México el 30 y 31 de octubre, concluyó la segunda etapa de la Campaña Sin Maíz no hay País. Este esfuerzo se mantendrá vigente, pero sus resultados hasta hoy, transformados en propuestas, serán difundidos por los activistas participantes –intelectuales, científicos, académicos, artistas, organizaciones campesinas, urbanas, ecologistas, de derechos humanos, de consumidores y sindicales– y se harán llegar a los poderes Legislativo y Ejecutivo en sus diferentes niveles. Adelita San Vicente, de la organización no gubernamental Semillas de Vida y activa participante en la campaña –que en sus dos fases ha cumplido 16 meses–, dijo que el principal logro “ha sido hacer ver a la población la importancia del campo; antes se le veía como algo muy lejano, como un símbolo bucólico o romántico; hemos logrado que la gente entienda poco a poco que del campo provienen los alimentos y que allí está la base de la salud. Logramos sumar a muchas organizaciones que estaban más en el ámbito urbano (...) El alcance de la campaña no lo podemos medir, pero hay señales muy positivas, por ejemplo, en la UNAM hay una pinta que dice ‘Sin maíz no hay quesadillas’”. Autoridad pasmada. Coincidió con Enrique Pérez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), en que vía esta campaña, es que se han captando impresiones, preocupaciones y propuestas de los campesinos y de los consumidores. “Y el siguiente logro será decirle al gobierno qué tiene que hacer para enfrentar esta crisis (de alimentos) pues urge tomar acciones, y hasta ahora el gobierno está pasmado”, señaló San Vicente. Según Enrique Pérez, con la campaña “la sociedad civil cobra relevancia, y ello se observó en la asamblea nacional”, donde, con una audiencia de 600 personas, en su mayoría campesinos procedentes de 15 estados, además de representantes de Guatemala y Honduras, se reflexionó sobre temas fundamentales” como la desnutrición infantil y la obesidad y enfermedades crónico-degenerativas fomentadas por comida chatarra, los transgénicos, la crisis global alimentaria, los tratados de libre comercio, el papel de la mujer en un modelo alternativo, los agrocombustibles, el cambio climático, la necesidad de reservas alimentarias, los mercados alternativos, la migración y el derecho a ser campesino. Vínculos de la sociedad. Lorena Paz Paredes, investigadora del Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural “Maya”, destacó lo ocurrido a lo largo de la campaña: “en 14 estados de la República se realizaron muchísimas reuniones preparatorias, asambleas regionales y municipales, foros, mesas redondas, con presencia de organizaciones campesinas, pero también de consumidores y en general de la sociedad”; el interés ocurre porque la carestía ha hecho muy evidente la conexión acceso a alimentos-campo. Temas de difícil comprensión, como los transgénicos se han hecho tema común en los medios y en la preocupación social, y, con la campaña como marco, hay lugares donde su discusión va en ascenso, como es Chihuahua, donde los campesinos están afectados por la siembra ilegal de maíz modificado y, con apoyo de la sociedad toda, están proponiendo cambios a la Ley de Bioseguridad para frenar ese tipo de situaciones.
Lorena Paz afirmó que la campaña logró una resonancia interesante: además de poner en la mira social el tema del campo, motivó “un montón de propuestas y soluciones locales, comunitarias, regionales, temáticas”. En Atoyac, Guerrero, por ejemplo, se hizo un foro municipal para crear una reserva de alimentos con apoyo de las autoridades. En el Valle de México, donde la sociedad es urbana, la asamblea que se hizo por la soberanía y seguridad alimentarias logró crear una red de comercio directo con participación de campesinos de Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac y de consumidores de la metrópoli. “Son impactos pequeños, pues están muy localizados espacialmente, pero son grandes por el significado de acercar a productores y consumidores, de revalorizar el problema del campo, de poner en boca de todos la situación que vive México con la crisis alimentaria”, concluyó (LER).
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