Usted está aquí: jueves 13 de noviembre de 2008 Cultura C’est magnifique!, exclaman en París al admirar la instalación de Damián Ortega

Campo de visión semeja una imagen de periódico amplificada, dice el artista a La Jornada

C’est magnifique!, exclaman en París al admirar la instalación de Damián Ortega

■ Se trata de un universo fantástico y todas esas moléculas evocan un instante mágico: experta

Armando G. Tejeda (Enviado)

Ampliar la imagen El artista mexicano Damián Ortega, ayer, frente al parisino Centro Georges Pompidou. Al fondo, su nombre junto al de otros expositores internacionales El artista mexicano Damián Ortega, ayer, frente al parisino Centro Georges Pompidou. Al fondo, su nombre junto al de otros expositores internacionales Foto: Cortesía Galería Kurimanzutto

París, 12 de noviembre. Campo de visión configura un enjambre de pequeñas esculturas de acrílico, cada una con universo propio y con una función específica en un cosmos más amplio, que celebra al color y la vida.

Esa instalación del artista mexicano Damián Ortega (DF, 1967), se convirtió hoy en la primera obra en ocupar el Espace 315 del Centro Georges Pompidou.

Más de 10 años le llevó crear Campo de visión, a raíz de que descubrió por accidente un ojo sugerente en unos carteles derruidos por el tiempo. Desde entonces se empeñó en hacer de ese hallazgo una nueva obra, pues este joven artista se ha convertido en uno de los creadores más reconocidos en el ámbito internacional.

El volumen de la constelación

Damián Ortega explicó a La Jornada el origen de la instalación: “La idea era hacer como un sistema, de manera que se formara una especie de cono o perspectiva, con todos los elementos flotando y que se sintiera el volumen de la constelación.

“Es como un volumen o condensación lleno de espacio vacío. Entonces lo que hice fue que a partir de una imagen la desglosé en fragmentos, de manera similar a como se imprime el periódico. Es una imagen de periódico amplificada, pero construida de tal manera que puedas estar dentro y ser parte de ella.

“Así, quien la ve tiene varios tipos de relación con la obra: primero, una experiencia física, que envuelve, y luego, la que se tiene en la distancia, que es cuando se puede recontextualizar y redefinir”.

El prestigioso museo francés abrió por primera vez sus puertas para un artista mexicano. Allí, periodistas locales exclamaron: “C’est magnifique!

La jefa de curadores del Georges Pompidou, Christine Macel, explicó por qué decidieron abrir las puertas a Ortega: “Conozco su trabajo desde hace muchos años y desde entonces me ha entusiasmado, pero también porque Damián es capaz de hacer un trabajo tan completo, sugerente y acorde con el espacio.

“Con sus continuas referencias a los átomos, la percepción, la mecánica óptica del ojo, el color, la luz, la colocación de cada una de las pequeñas esculturas de acrílico se convierten en un universo fantástico. Todas esas moléculas suspendidas evocan un instante mágico.”

Ortega, a su vez, reconoce que le “interesa esta relación de ver y ser visto, de estar dentro de una imagen con la idea de extender el espacio interior y la memoria. Es una especie de camino del exterior a la memoria a través del ojo. Un color afecta al otro y se hace de pronto una transparencia entre un cristal y el siguiente”.

Auge de artistas mexicanos

Asimismo, el catálogo de la muestra es una edición exquisita y vanguardista, en la que destaca en primer lugar la portada: con el nombre de Damián Ortega y el Centro Pompidou, aparece una imagen familiar, la de miles de personas congregadas en una plaza pública, en la que curiosamente destaca el amarillo por encima de los demás colores, pero en la que también se aprecia que la multitud mira en la misma dirección: al frente. La imagen, convertida en la base de otra obra de Ortega, fue tomada en uno de los mítines que convocó Andrés Manuel López Obrador tras las elecciones de julio del 2006.

Además de la instalación de Ortega, el Centro Pompidou abrió recientemente la sala en la que se exhibe una obra de Ortega, La molécula de glucosa expandida, y otra de Gabriel Kuri. La curadora del museo explicó: “Estamos interesados en comprar obra de los mejores artistas del mundo, incluidos los latinoamericanos y mexicanos. Por eso hemos adquirido creaciones de Gabriel Orozco, Gabriel Kuri y Ortega. A pesar de que no me gusta hablar de nacionalidades en el arte, sí creo que hay un auge de los artistas mexicanos contemporáneos”.

José Kuri, de la galería Kurimanzutto, añadió que “el hecho de que dos piezas de creadores mexicanos pertenezcan a la colección permanente del George Pompidou, significa la consolidación de una generación de artistas mexicanos”.

 
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