■ Inaceptable, que algunos laboratorios no ofrezcan ningún descuento, dice la comisión negociadora
Subió 60% consumo de medicinas contra cáncer y sida, dice el IMSS
■ Cada año, el Sistema Nacional de Salud invierte $7 mil 500 millones en 100 productos de patente
■ Debe considerarse que la mayoría de los insumos son importados, señala la industria farmacéutica
En un año aumentó entre 40 y 60 por ciento el consumo de medicinas para el tratamiento de cáncer, sida, esclerosis y hepatitis en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en una tendencia que continúa al alza.
Ante tal situación, el gobierno federal busca que se reduzca el valor de los fármacos y garantizar el acceso para todos los enfermos, advirtió Francisco Suárez Warden, director de Admi- nistración y Evaluación de Delegaciones del IMSS, quien además es secretario de la comisión negociadora de precios ante los laboratorios farmacéuticos.
Resaltó la importancia de que por primera vez se hayan conjuntado las instituciones del Sistema Nacional de Salud para realizar compras consolidadas de aproximadamente 100 productos de patente, en los que invierten 7 mil 500 millones de pesos anuales, monto del que el IMSS eroga 4 mil 500 millones.
Aunque aún no hay acuerdo entre la comisión y la industria farmacéutica sobre el porcentaje de reducción de las cotizaciones, el funcionario informó que las negociaciones se extenderán “durante este mes, el próximo y el tiempo que sea necesario”, con tal de lograr las mejores ofertas.
En el mismo sentido se manifestó Miguel Ángel Toscano, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), quien comentó que las propuestas económicas de los laboratorios siguen “muy por debajo” de las expectativas del gobierno federal. Señaló que algunas empresas no ofrecen ningún descuento, lo cual es inaceptable.
Ambos funcionarios participaron ayer en el foro para impulsar la competitividad en el sector farmacéutico, organizado por la Cámara de Diputados. Ahí estaba también Carlos Abelleyra, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), quien resaltó el compromiso de los laboratorios de dar los mejores precios posibles, “pero con reglas y certidumbre”. Dijo que entre las reglas tendrá que considerarse la situación financiera y, en particular, la volatilidad del dólar, de forma que se prevean posibles escenarios y las acciones que se tomarán en cada uno.
Ventajas terapéuticas
En el acuerdo con la comisión negociadora también tendría que establecerse la posibilidad de que los farmacéuticos expongan sus argumentos sobre las ventajas terapéuticas que ofrecen a los pacientes los fármacos de patente. Lo anterior, explicó el empresario, con la finalidad de que en la decisión sobre lo que comprarían las instituciones de salud no prevalezcan los criterios económicos por encima de los médicos.
Otro criterio sería el de contar con un mecanismo de comparación con las cotizaciones de las medicinas en el mercado internacional, apuntó Abelleyra, quien destacó que la crisis económica agravó la situación que de tiempo atrás vive la industria farmacéutica por la caída en la cantidad de medicinas vendidas. Dijo que hasta hace tres años hubo un crecimiento de entre 9 y 10 por ciento en el volumen de ventas, pero a partir de 2007 se redujo a niveles de 2 a 3 por ciento.
Señaló que en la negociación también se tiene que considerar que la mayor parte de los insumos que utilizan los laboratorios son importados y que 2009 “se ve complejo”.
Al respecto, Toscano, también integrante de la comisión negociadora, admitió que la inestabilidad financiera puede afectar a la industria. Sin embargo, apuntó, no todos los insumos vienen de Estados Unidos. Hay muchos que provienen de naciones como India o China, a las que se les paga con monedas distintas al dólar.
Durante el foro, Antonio Pascual Feria, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México, expuso que el sistema de comercialización de medicinas que impera en México está en desuso y es desigual, porque 60 por ciento de la población más pobre paga los precios más altos, por vivir en lugares donde no hay cadenas de farmacias que ofrecen grandes descuentos.