■ Los Rayados perdieron toda oportunidad de avanzar a cuartos de final del Apertura 2008
América vence a Monterrey y mantiene ligeras esperanzas de la clasificación
■ Al técnico Ramón Díaz le gustó el accionar de su equipo
■ La Volpe se fue sin dar declaraciones
Ampliar la imagen Los Rayados de Monterrey neutralizaron al delantero americanista Salvador Cabañas, aunque cayeron en el estadio Azteca Foto: Víctor Camacho
América mantiene prendida la velita al dios de los números del futbol, para ver si le puede conceder el milagro de clasificar a la liguilla, luego de vencer apenas 1-0 a Monterrey, ayer en el estadio Azteca, en duelo entre los técnicos argentinos Ricardo La Volpe y Ramón Díaz.
La única anotación válida del cotejo, observado por alrededor de 15 mil aficionados, fue de Alfredo Moreno, quien tuvo todas las facilidades para abrir el marcador al minuto 11.
Con el resultado obtenido en la fecha 16 del torneo Apertura 2008, las Águilas sumaron 21 unidades, insuficientes para abandonar el sótano del llamado grupo de la muerte, mientras los Regios, con 16 puntos, ocupan el quinto sitio en el primer sector.
Los Rayados dieron el primer susto al portero Guillermo Ochoa, cuando al minuto cinco Humberto Suazo se combinó con Carlos Ochoa, quien ejecutó fuerte disparo cruzado desde la derecha, pero fue en vano al salir por la línea de meta, con lo que perdonó al rival que prácticamente nada habría podido hacer para evitar la anotación.
Sin embargo, cara pagaría su osadía el visitante, que en varias ocasiones jugó al fuera de lugar, ya que al minuto 11 el paraguayo Enrique Vera tomó el esférico por el lado derecho del área grande defendida por Christian Martínez, y sin zagueros de por medio cedió a Alfredo Moreno, quien dio a sus aficionados la oportunidad de festejar el único tanto, que a la postre significó la victoria para los anfitriones, y una ligera esperanza de que se combinen las derrotas de otros clubes para que puedan acceder a cuartos de final.
Los de Coapa parecían tomar el control de la acciones luego de la anotación, con el accionar del argentino Federico Insúa, que de larga distancia se tuvo confianza para disparar desde fuera del área, aunque la pelota se estrelló en el travesaño.
Para la segunda parte, la precisión no fue aliada de ambos cuadros, que además jugaron por momentos al balonazo o al despeje de emergencia sólo para alejar el esférico de sus terrenos, sobre todo cuando Suazo hizo gala de su futbol de filigrana, y aunque acalambró a los amarillos, nada pudo concretar.
Fue precisamente el chileno quien en jugada individual se libró de dos americanistas y se acomodó para disparar, pero el balón rebotó en el travesaño, en acción lucidora para el portero Ochoa, quien se lanzó en espectacular vuelo, al minuto 50.
Ochoa enfrió las jugadas regias
Los regios parecieron despertar o poner más atención a las jugadas y hasta por momentos dominaban el terreno de juego, pero fue Memo Ochoa quien frenó una y otra vez sus acometidas, para enfriar los ánimos a los dirigidos por La Volpe, quien no paraba de hacer berrinches a cada jugada malograda de sus pupilos.
Los minutos finales fueron de ir y venir, sin acciones que hicieran pensar siquiera en emplearse a fondo.
En la plática con los medios de comunicación, el timonel del América, Ramón Díaz, dijo que le gustó el primer tiempo de su equipo, porque “parece que manejamos la pelota e inclusive tuvimos algunas oportunidades para convertir más goles”, aunque sobre el complemento opinó que ambos equipos cayeron en la dinámica de la ida y vuelta, sin más.
El que no abandonó su habitual pose fue La Volpe, ante una veintena de medios que lo siguieron por el túnel de salida para conocer sus impresiones, porque sus regios perdieron cualquier oportunidad de meterse a la liguila.
Sin embargo, el timonel ni siquiera se dignó a dirigirles una mirada.
En cambio, el rayado Carlos Ochoa se detuvo para comentar que la barrida que le hizo por atrás el americanista Ismael Rodríguez debió ser marcada como penal por el silbante Gabriel Gómez, y hasta preguntó: “ustedes que estaban afuera, ¿cómo lo vieron?”