■ Reconocimiento por 30 años de fotografía dedicada al teatro
Fernando Moguel recibirá la medalla Xavier Villaurrutia
Ampliar la imagen La obra Sabor de engaño (1993), con el actor Luis Artagnan Foto: Fernando Moguel
Hoy viernes, en el contexto de la inauguración de la 29 Muestra Nacional de Teatro, en Ciudad Juárez, Chihuahua, el fotógrafo yucateco Fernando Moguel recibirá la medalla Xavier Villaurrutia por 30 años dedicados a la promoción del arte dramático.
En entrevista, Moguel expresó a La Jornada que presentará dos exposiciones: una con imágenes de diversas obras de teatro y otra sobre una persona que él admira y que estuvo comprometida con el arte: Víctor Hugo Rascón Banda, quien nació en Chihuahua.
Moguel ha marcado su vida con la fotografía y el teatro. “¡Esto es súper, súper halagador!, porque el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno del estado, sede de la muestra, dan sólo dos medallas, la Villaurrutia, y la Oro, para quienes tienen más de 50 años relacionados con el teatro.
“Esto es más importante, porque regularmente a los fotógrafos de las artes escénicas no nos toman muy en cuenta. Al hacer fotografías de este tema yo busco participar en el fenómeno teatral. Si ahora me dan una medalla es muy halagador. Aparte, esto sucederá en el teatro Víctor Hugo Rascón Banda, a quien conocí en los 80.
“Me encontré con el trabajo de Víctor Hugo en la obra Armas blancas. A partir de eso fui un testigo silente de su trabajo. Hasta sus últimos días; o sea, crecimos juntos profesionalmente, y esto cierra un círculo.”
–¿Cuál es el mejor ángulo para tomar una foto de una obra de teatro?
–Para mí, los ángulos más importantes son los de los puntos de vista del espectador. Me gusta estar donde está el que ve la obra, porque yo también soy un espectador. La fotografía de artes escénicas tiene que reflejar ese punto de vista. Al ver la foto, el interlocutor tiene que saber lo que va a ver.
En 30 años, Moguel ha archivado más de 4 mil obras de teatro. Todas están clasificadas con autor, director, productor y, obviamente, fotógrafo. “Tengo todo en orden; creo que es la historia del teatro reciente, una investigación muy completa”, acotó con orgullo.
Las obras, añadió, presentan un reto interesante, porque algunas tienen una plasticidad que hay que capturar, pero en otras se carece de esa cualidad y hay que buscarla. “Una de las que más me ha gustado es Armas blancas, de 1982, que fue cuando me encontré profesionalmente con Rascón.”
–Hay teatro y obras con poca luz. ¿Cómo resuelve eso?
–El tema básico de la fotografía es la luz, y en la fotografía de artes escénicas lo más importante es capturar la luz que ha diseñado un director o iluminador. Entonces, hay que buscarle por todos lados; es decir, bajar velocidades, elevar la sensibilidad de la película, abrir obturación, pero si la foto sale oscura es más difícil, porque no se puede usar flash o luz artificial.
–¿Cómo fue el cambio digital?
–Me dio mucho trabajo, pero ahora no puedo vivir sin esa tecnología. Es más fácil y controlable. Se puede conseguir la misma calidad que con una cámara análoga. El tránsito a lo digital lo hice en 2002 y no lo voy a olvidar. En el teatro, la luz y la oscuridad son fuertes y hay que hacer un balance.
No sabe cuál obra es la que más veces ha visto, pero sí ha visto una en varias ocasiones para hacer una toma que en primera instancia se le fue. “Pero en el teatro cada representación es una experiencia viva y cada vez es diferente.”
Entre los actores que recuerda por su actuación impactante destaca Ofelia Medina. “Ella es una de mis musas. Amo el teatro desde muy joven y la fotografía era un hobby, hasta que me di cuenta de que era el puente para participar en el fenómeno teatral.
“Ofelia me atrapó, además de que es mi paisana. Empecé a meter cámaras a escondidas en sus obras. Ella fue y sigue siendo mi musa. También reconozco a Julieta Egurrola, Angelina Peláez... todas esas mujeres maravillosas. Me atrapan tremendamente. De directores, Martín Acosta, Jorge Vargas, éste con sus imágenes tan cachondas.”
–¿La sensualidad en el teatro?
–Es lo más importante. No el desnudo barato, con encueres.
Ha montado unas 20 exposiciones. “Este premio se lo dedico a Rascón Banda”, concluyó.