■ Es una irresponsabilidad lanzar acusaciones a priori, señalan
Faltan análisis, no debe especularse, demandan pilotos y controladores
Con los indicios que se tienen a pocos días de que ocurrió el desplome del Learjet 45, es “irresponsable” lanzar acusaciones a priori y sólo con base en imágenes del radar, ya que la investigación incluirá dictámenes técnicos, mecánicos, análisis de factores humanos, estudios del fuselaje de la aeronave, tráfico aéreo, meteorológicos y sobre el contenido de la caja negra, por lo que la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA) y controladores aéreos llamaron a “no aventurar una especulación sin sentido”.
Por esa razón, pretender la identificación de un posible factor como causa de la caída del avión, “en este momento, es absurdo, no es válido ni correcto”; la investigación de los peritos en aeronáutica es una “ciencia” que aclarará a detalle lo que sucedió segundo a segundo; los investigadores darán detalles minuciosos, a fondo, de lo que pasó. La indagatoria no dejará lugar a dudas, si es que hubiese fallado una pieza del avión, las condiciones del aterrizaje o si fue el factor humano, aseguró el secretario de la Comisión de Transportes de la Cámara de Diputados e integrante del Colegio de Pilotos Aviadores, Jesús Ramírez Stabros.
En tanto, el director del Centro de Estudios de ASPA, capitán Mauricio Aguilera, quien tiene 29 años como aviador, desechó los “veredictos hechos aprisa” y señaló que el procedimiento con que el piloto operó el avión “era correcto hasta el momento en que se desplomó, por lo que ahora tenemos que conocer la lectura del registrador de vuelo; saber los parámetros de altitud, velocidad, condición de los motores, posición de los aceleradores y de los instrumentos en general, así como las gravedades a que se vio sometida la aeronave y factores como presión, temperatura y otros”, lo cual llevará entre 30 y 90 días para irse acercando a la causa probable.
De ahí que quienes creen tener el resultado a escasas horas de transcurrido el suceso, afirmó, sólo “están aventando una especulación”, lo cual es irresponsable, sobre todo porque el evento en el que fallecieron Juan Camilo Mouriño, José Luis Santiago Vasconcelos y varios funcionarios y civiles, “tiene un entorno de carácter político, que lo hace más complejo, y hace indispensable esperar a que se realice la investigación”.
En cuanto a las especulaciones acerca de que el piloto no guardó la distancia debida con el Boeing 767 que precedía al Learjet en su aproximación a la pista de aterrizaje, el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta) detalló que, por lo que se ve en el radar, el piloto seguía puntualmente las indicaciones de la torre de control, que le ordenó reducir la velocidad a 180 nudos, sólo que éste “es un procedimiento que no se puede dar de un momento a otro; el controlador lo sabe y por eso da la indicación con antelación. No se trata de un carro, sino de un avión, y el piloto estaba haciéndolo, ya había tenido su primera reducción y, efectivamente, ya iba en 185 nudos”.
Ángel Iturbe, secretario del trabajo del Sinacta, así como Aguilera, aseguraron que la distancia entre los dos aviones estaba “dentro de la norma internacional”, ya que había por lo menos 5 millas entre ambos; descartaron que la turbulencia creada por el Boeing pudiera haber provocado la pérdida de control del Learjet, ya que los pilotos están capacitados para manejar eventos de este tipo. Por tanto, asegurar que la causa del accidente fue este escenario, “es una posibilidad muy remota, aunque no totalmente descartable”.
Dijeron tener “confianza” en la investigación y adelantaron que se creará un equipo que sólo se dedicará a estudiar los factores humanos, revisará quiénes eran los pilotos, su bitácora y antecedentes, horas de vuelo, historial médico, su trabajo en la empresa y “hasta su vida familiar”.