Los últimos segundos del vuelo, base para aclarar el percance
El esquema de investigación estructurado por la SCT debe conducir a que se conozca lo que ocurrió en los últimos dos o tres segundos de vuelo del Learjet 45 XCVMC, y a partir de ahí hacer una retrospectiva sin descartar ningún elemento, a pesar de que hasta ahora todo indique que se trató de un accidente, manifestó el piloto aviador Jesús Ramírez Stabros.
El ex dirigente de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores destacó que los especialistas mexicanos involucrados en la investigación son de los mejores del mundo, ya que han participado en el esclarecimiento de accidentes graves en muchas ciudades, donde han llegado a conclusiones contundentes en términos técnicos. Por esa razón, afirmó, el resultado del percance del 4 de noviembre será un “enorme respaldo técnico”.
Detalló que uno de los más recientes accidentes ocurridos sin causa aparente, como en el caso del jet en que viajaban Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos, se produjo en Denver, cuando un Boeing 737, en día transparente y sin problema aparente, antes de llegar a pista se volteó de cabeza y cayó en picada sin que hubiera algún motivo evidente que explicara el suceso. La investigación determinó que el aparato fue afectado por corrientes de aire de montañas cercanas al aeropuerto, que crearon remolinos.
Ramírez Stabros señaló que no debe descartarse ninguna hipótesis, porque con esos elementos se conformará el dictamen e incluso se estudiarán todas las piezas del avión para saber a detalle qué pasó en los últimos dos o tres segundos, y de ahí empezar el análisis retrospectivo para determinar todos los movimientos y saber si la distancia y la velocidad entre las aeronaves que iban a aterrizar fueron adecuadas y constatar si se guardaron previsiones de seguridad.
El piloto aviador y actual diputado federal priísta señaló que las investigaciones deben ser minuciosas porque, como mostró el accidente en Denver, un factor aparentemente irrelevante, como las corrientes de aire que no fueron registradas, fueron determinantes.
Agregó que la experiencia de Denver se utiliza en simuladores de vuelo y es parte de los entrenamientos más complejos para pilotos; de cientos de pruebas, sólo uno logró “salvar” la aeronave y el resto cayó en picada.