■ Presenta el mandatario de Rusia su primer informe de labores
Mensaje conciliador y de advertencia de Medvediev al futuro presidente de EU
Moscú, 5 de noviembre. El presidente Dimitri Medvediev, al presentar ante el Parlamento federal su primer informe de gobierno anual, envió este miércoles un mensaje conciliador y una advertencia al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, al cual no mencionó por su nombre, pero con quien espera normalizar la relación bilateral, tras el desastroso legado de desencuentros con Rusia que hereda de su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush.
“Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos no pasan por su mejor momento. Pero no tenemos ningún problema con el pueblo estadunidense. No sentimos rechazo congénito hacia Estados Unidos y confiamos en que nuestros socios –la nueva administración– opten por mantener relaciones plenas con Rusia”, dijo Medvediev.
A la vez, advirtió: “El mundo no puede ser gobernado desde una sola capital. Negarse a admitirlo, sólo puede generar nuevos problemas para sí y para los demás”.
Como ejemplo más reciente de esta política ominosa, el mandatario ruso señaló que el ataque de Georgia contra Osetia del Sur “fue resultado de la arrogancia del gobierno de Estados Unidos en el Cáucaso”, la cual “puso en entredicho la eficacia de las instituciones internacionales de seguridad”.
Lamentó que Estados Unidos y los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte usaran el conflicto del Cáucaso como pretexto para enviar sus buques de guerra al Mar Negro y para acelerar los planes de instalar componentes del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa del este, junto a las fronteras rusas.
Para neutralizar la estación de radares en la República Checa y los 10 interceptores en Polonia que Estados Unidos se propone habilitar, el titular del Kremlin anunció que desplegará en la región de Kaliningrado, enclave ruso en el mar Báltico, misiles tácticos Iskander con hasta 300 kilómetros de alcance, así como sofisticados equipos electrónicos capaces de interferir en el funcionamiento del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos.
Asimismo, Medvediev reconsideró “por ahora” su decisión de desmantelar tres bases de misiles en Kozelsk, región de Kaluga, 200 kilómetros al suroeste de Moscú, que se tenía previsto cerrar antes de 2010.
Rusia, afirmó el mandatario, propugna “una nueva arquitectura de seguridad global”, que excluya el predominio de un solo país en cualquier ámbito.
En el plano del quehacer político interno, Medvediev propuso a los miembros de las dos cámaras del Parlamento federal modificar la Constitución para extender el periodo presidencial de los actuales cuatro años a seis y el de los legisladores de cuatro a cinco.
El mandatario formuló esta sorprendente iniciativa con la mente puesta tal vez en su primer ministro, el ex presidente Vladimir Putin, el integrante más fuerte del tándem que gobierna Rusia, ya que él mismo no podría –en estricto apego a la ética– beneficiarse de la medida al término de su mandato en curso.
Con una Duma que dominan por completo los diputados oficialistas, que superan en escaños la necesaria mayoría calificada, y un Consejo de la Federación (Senado), cuyos miembros son designados por el Kremlin, el procedimiento de enmiendas a la Constitución se antoja aquí mero trámite. Igual que la ratificación de dos tercios de los parlamentos de las entidades federales.