■ El presidente Calderón permanece en el velorio 1.25 horas

Despide elite panista a Mouriño

Rosa E. Vargas y Ciro Pérez

Pasadas más de 24 horas del percance aéreo, los restos del secretario de Gobernación, Juan Camilio Mouriño, y de tres de sus colaboradores fueron llevados a una agencia funeraria para ser velados. En el lugar se dieron cita decenas de políticos –sobre todo del PAN–. En primer lugar, el presidente Felipe Calderón.

Pero cuando se retiró, después de una hora con 25 minutos, detrás de él hicieron lo propio muchos de quienes horas antes habían luchado con denuedo para pasar el cerco de seguridad y control instalado por el Estado Mayor Presidencial (EMP) desde las primeras horas de la tarde.

Fue hasta entonces cuando las familias de José Miguel Monterrubio, Arcadio Echeverría Lanz, Norma Angélica Díaz Aguiñaga y del propio Mouriño Terrazo pudieron, seguramente, compartir su dolor y su duelo.

Porque ciertamente –pese al anuncio oficial–, no fue un velorio privado; la restricción se impuso sólo para los medios de comunicación, a cuyos representantes se mantuvo durante largas horas en las aceras de las avenidas Félix Cuevas y Gabriel Mancera.

Será hasta hoy por la mañana cuando el gobierno federal realice la ceremonia luctuosa oficial en el Campo Marte.

Desde las seis de la tarde se tenía anunciado el traslado de los féretros a la funeraria Gayosso. Esto no ocurrió sino hasta después de las ocho de la noche. Para entonces ya hacía largo rato que personajes de la política y los negocios se habían hecho presentes. En las jardineras se acumulaban las coronas florales.

Pero no cualquiera, así procediera de aquellos ámbitos, tuvo vía libre para expresar sus condolencias. Elementos del EMP, acompañados de algún representante de las familias, se encargaban de franquear el paso. Incluso había listas de los personajes con acceso irrestricto.

La clase política en el poder, toda militante del PAN, desfiló puntual para expresar su pesar. Pero los que más impactaban por su semblante demacrado y lloroso eran aquellos adscritos a la Secretaría de Gobernación.

Los subsecretarios Cuauhtémoc Cardona, de Enlace Legislativo; Abraham González, encargado del despacho por disposición legal; Ana Teresa Aranda, quien apresuró su regreso de Europa, donde se encontraba; Daniel Cabeza de Vaca, de Asuntos Jurídicos; Irma Pía González, de Normatividad de Medios, y, Alejandro Poiré, de la Unidad para el Desarrollo Político, llegaron acompañados de otros cercanos colaboradores de Mouriño.

Se veía también, todavía con el impacto de la noticia reflejada en sus rostros, a la presidenta del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, y al senador potosino Alejandro Zapata Perogordo. Ambos, en algún momento del martes, fueron considerados para viajar en el Learjet45 de la Secretaría de Gobernación que se desplomó en el Distrito Federal.

Después de la siete de la noche, por la calle de Gabriel Mancera –que daba acceso privilegiado al área de estacionamiento– se multiplicó la llegada de pesadas camionetas de grueso blindaje. En ellas viajaban no sólo los secretarios de despacho vinculados con las áreas de seguridad pública. En realidad, ayer fue posible constatar que gran parte del gabinete presidencial viaja en ese tipo de vehículos.

La religión tuvo también ahí a sus representantes más conspicuos y frecuentes en los funerales políticos. Temprano arribó el obispo Antonio Chedraui, de la iglesia ortodoxa, y más tarde el cardenal Norberto Rivera Carrera y el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda.

Dada la naturaleza de las funciones inherentes al cargo de secretario de Gobernación, toda la gama de definiciones políticas, sindicales, gubernamentales, legislativas, empresariales y demás tiene, en algún momento, negociaciones, reuniones y acuerdos con el encargado del despacho de Bucareli.

Así, los gobernadores de Baja California, José Guadalupe Osuna (del PAN), y los del estado de México y Campeche, Enrique Peña Nieto y José Carlos Hurtado (PRI), presentaron sus condolencias. También los coordinadores parlamentarios del panismo, Gustavo Madero y Héctor Larios. Por la noche, antes de que se retirara el presidente Calderón, llegó el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, acompañado de su compañero de bancada Graco Ramírez Garrido Abreu y de Jesús Ortega.

Lo mismo acudió el secretario general del SNTE, Rafael Ochoa Guzmán, que el empresario Roberto González Barrera; el ex ombudsman Jorge Carpizo, y, por supuesto, el líder nacional del PAN, Germán Martínez.

El presidente Calderón arribó a Gayosso una vez que fue informado de la llegada de los cuatro ataúdes que serían velados ahí. Lo hizo a las 21:17 horas. Prácticamente no pudo ser captado las cámaras. Fue acompañado de su esposa, Margarita Zavala y, según comentarios de algún asistente, acompañó a los dolientes, entre ellos los padres de Mouriño Terrazo.

Entre el esecenario de un desfile en que se convirtieron las calles donde se encuentra la funeraria, no faltó un detalle anecdótico. Gente sin mayor prosapia ni credenciales llegó por la noche con la creencia de que ahí estaban velando también al comediante Evelio con V, fallecido también el martes. Pero se retiraban enseguida enterados de que aquellas exequias se realizaban en las calles de Sullivan.