■ Experto francés abordó las vertientes lúdica, utópica y libertaria de Don Quijote
Se inició la versión 19 del Coloquio Cervantino Internacional en Guanajuato
Guanajuato, Gto., 4 de noviembre. La figura de un hombre entrado en años, de rostro enjuto, largo, tendido y con una silueta alargada e insólita fue objeto de una profunda disertación en torno al célebre hidalgo: El quijote de la Mancha, máxima obra de Miguel de Cervantes.
Durante la apertura de la versión 19 del Coloquio Cervantino Internacional, en el teatro Cervantes de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, que se realiza desde hoy para concluir el sábado 8, el investigador francés Agustín Redondo abordó las características utópicas, imaginativas, lúdicas, cómicas, libertarias, locuaces, de divertimento y de vigencia, intrínsecas al célebre relato del siglo XVII.
En la conferencia magistral El Quijote, libro de entretenimiento muy pensado. Una proyección hacia la modernidad, el especialista en estudios literarios del Siglo de Oro español y subrayó los vínculos que se establecen entre el lector, el autor, el protagonista y las cotidianidades de la época pasada y la contemporánea.
Juego entre razón y locura
Redondo, quien recibió este martes la presea que se otorga a los que contribuyen a la difusión y conocimiento de la lengua española y al estudio de Cervantes y su obra, mencionó diversos episodios de la célebre novela.
“El texto cervantino viene a ser el espacio, el ‘lugar’ de todos los encuentros, tanto de los hombres y mujeres de esa España de los años 1600, como, metafóricamente, de la literatura anterior (libros de caballería y de pastores, textos picarescos, romanceros, narraciones amorosas, teatro, etcétera) y conforma un crisol en el cual todos los ingredientes se funden y relaboran de manera lúdica, según un complejo proceso de intertextualidad, lo que permite asentar una poética nueva.”
Agustín Redondo también puntualizó El Quijote baraja problemas que tienen amplias resonancias en los lectores, como el del gobierno y la justicia, o el de la alteridad (otredad) y de la convivencia en el mismo país de los grupos mayoritarios y minoritarios, indios o negros, como ilustra la aventura de Ricote.
“Es que ese mundo de locura en el cual está sumido don Quijote traduce el desasosiego de un ser en crisis, en busca de identidad, en consonancia con la crisis de una España en busca, ella también, de su propia identidad, lo que no deja de tener un eco profundo en los lectores actuales.”
La paradójica figura del hidalgo se torna –según Redondo– en un “cuerdo loco”.
“Es una personificación de la paradoja, tan apreciada por los humanistas, y ello, merced a un juego constante entre razón y locura, entre realidad e imaginación. Héroe bifronte, el protagonista abre así perspectivas nuevas en la construcción del personaje relato.”
El experto cervantista recordó citas textuales de obras literarias antiguas y del mismo capitulado de El Quijote para ejemplificar las múltiples vertientes de la connotada obra de Cervantes, quien así “juega con el arte de narrar y la teatralidad, sin desdeñar servirse de vez en cuando de un sistema de cajas chinas para acrecentar el placer del lector”.
También el texto plasmado por Cervantes –puntualizó– permite el diálogo desde nuestra modernidad, porque no deja de encerrar una profunda reflexión sobre las características y desvaríos de nuestros tiempos, así como de las lacras de nuestras sociedades.
En el encuentro participan especialistas de 11 países, como para demostrar la universalidad de esa obra cumbre de la literatura española.