■ La integración regional, uno de los mejores seguros ante la crisis global: Alejandro Foxley
El canciller chileno pide una auténtica interacción económica con México
Ampliar la imagen Alejandro Foxley, ministro de Relaciones Exteriores de Chile Foto: Ap
Santiago de Chile, 2 de noviembre. Ya es tiempo de dejar atrás la retórica de “pueblos hermanos”, para convertir la relación entre México y Chile en auténtica interacción económica y de cooperación que potencie las posibilidades de cada nación, especialmente en este momento de crisis mundial, propuso el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alejandro Foxley Rioseco, quien recordó que, a pesar del incremento en el intercambio comercial, éste sigue siendo reducido respecto de la capacidad económica de ambos países, con una balanza deficitaria para México.
Como parte de un proyecto denominado Comunicación gubernamental, medios de comunicación y ciudadanía con México, financiado por ambos países para la promoción recíproca, el canciller chileno se refirió, en conferencia con periodistas mexicanos, a la ventaja que representa Chile como uno de los países latinoamericanos con mayor número de tratados comerciales, por lo que a todos, insistió, convendría un acercamiento concreto, “más allá de las fórmulas diplomáticas” y “de la valiosísima aportación de México en los difíciles años de la dictadura”.
Para Foxley Rioseco, la integración económica regional “es uno de los mejores seguros para enfrentar la actual situación de crisis en el mundo”, ya que hasta el momento en la región hay intentos de integración “válidos, pero parciales”. Señaló, por ejemplo, que el planteamiento de integración económica de América Latina empezó al mismo tiempo que el de Europa, pero hoy en aquella zona el intercambio comercial entre los miembros de la comunidad es de 80 por ciento, mientras que entre los países de Latinoamérica es de apenas 18 por ciento y el principal socio comercial es casi exclusivamente para todos un solo país, Estados Unidos.
Tratados de libre comercio
Esto lo confirmó en entrevista posterior el gerente de comercio exterior de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Hugo Baierlein, quien destacó a su vez que en los 10 años recientes Chile, país con 14 millones de habitantes, ha celebrado acuerdos y tratados con Bolivia, Brunei, Canadá, los países de Centroamérica, China, Colombia, Corea del Sur, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, India, Islandia, Liechtenstein, el Mercosur, México, Noruega, Nueva Zelanda, Panamá, Perú, Singapur, Suiza, la Unión Europea y Venezuela, además de que en marzo de 2007 Chile firmó un tratado de libre comercio con Japón.
“De forma tal que más de 76 por ciento de los envíos chilenos se dirigen a estos mercados, que representan 87 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial. Los tratados de libre comercio unidos a los acuerdos comerciales firmados con la mayoría de los países de Latinoamérica, permiten a Chile acceder de forma privilegiada a un mercado de 3 mil 800 millones de habitantes en el mundo, lo que convierte al país en un puente natural entre América Latina y Asia Pacífico”, subrayó Bairelein.
El gerente de comercio exterior de la Sofofa lamentó que los empresarios mexicanos no se interesen lo suficiente en aprovechar estas ventajas comparativas que ofrece Chile, “como plataforma hacia el mercado asiático o latinoamericano”, toda vez que los tratados comerciales vigentes ofrecen para muchos productos la posibilidad de exportar desde este país “con arancel cero”.
Subrayó que uno de los elementos que han permitido a los productores de Chile diversificar sus exportaciones y mantener una estrategia económica y comercial que garantiza la inversión a largo plazo es un acuerdo político para que, sin importar el partido que gobierne, las líneas generales se mantengan sin cambio.
Respecto de las relaciones entre ambos países, además de las dificultades que representa la distancia no debe olvidarse que en la historia reciente existen episodios que han distanciado a sus respectivos gobiernos, aunque, afirma el canciller chileno, “ya se han superado”.
Foxley Rioseco se refería al Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), esfuerzo que encabezó Brasil y al que se sumaron Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, que representan una población de 388 millones de habitantes, mercado en el que se marginó a países como México, tema que incluso se cuestiona en los medios escritos de Chile.
Este acuerdo incluye, además del tema comercial, la constitución de un Consejo Sudamericano de Defensa, el cual, una vez instalado, funcionará como foro para coordinar políticas de defensa, con miras a prevenir, conflictos entre los países, realizar ejercicios militares conjuntos y participar en operaciones internacionales de paz.
Otro tema, más lejano en el tiempo, fue el duro enfrentamiento que sostuvo el gobierno de Vicente Fox con el de su homólogo chileno en su intento por imponer la candidatura del entonces canciller Luis Ernesto Derbez para encabezar la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la del ministro chileno del Interior, José Miguel Insulza. Fox se empeñó en mantener la candidatura de Derbez hasta en cinco votaciones consecutivas que resultaron con un empate en cinco ocasiones, en la sede de la OEA en Washington, gobierno este último que no dio su apoyo a la propuesta mexicana.
Sin embargo, insistió Foxley, las diferencias se han reparado y como muestra está la visita de periodistas mexicanos a Chile y el próximo viaje de periodistas chilenos a México.