■ En 2000 donó 39 obras de la notable pintora surrealista al pueblo de México

Falleció Walter Gruen, incansable promotor del arte de Remedios Varo

■ Conocía y amaba la música, por eso abrió la sala Margolín, dijo Luis Pérez a La Jornada

Ana Mónica Rodríguez

Luego de tres semanas de permanecer en terapia intensiva en el Hospital Español, Walter Gruen –quien fue la última pareja sentimental de la pintora Remedios Varo y fundador de la sala Margolín, especializada en música– falleció la madrugada de este viernes a los 94 años de edad a consecuencia de complicaciones respiratorias.

Walter Gruen no sólo fue el compañero de la pintora surrealista desde 1952 hasta el final de su vida en 1963, sino también fue quien la impulsó para desarrollar en mayor medida su producción artística. “Durante muchos años Gruen influyó para que ella se dedicara de tiempo completo a la creación de sus obras y tuviera las facilidades y las circunstancias adecuadas para realizarlas”, explicó Luis Pérez, antiguo colaborador de Gruen y amigo desde la época de auge de esa sala de música.

Gruen, de origen austriaco, llegó a México como refugiado político del nazismo y su labor fue decisiva para difundir y gestionar el progresivo ingreso en el mercado del arte de las obras de Remedios Varo, antes y después de la muerte de la pintora.

En la difusión de dicho acervo artístico también colaboró su posterior esposa Alexandra Varsoviano y juntos donaron en 2000 al pueblo mexicano la Colección Isabel Gruen Varsoviano. In memorian, integrada por 39 obras de la pintora surrealista.

Después se inició el polémico litigio –que emprendió la sobrina de Varo– por los derechos hereditarios de la obra.

Sobre la visionaria personalidad de Walter Gruen, Luis Pérez explicó: “Era una persona que tuvo la visión de abrir una tienda especializada de música clásica, donde además los compradores hallaban materiales discográficos de folclor latinoamericano e internacional, jazz y música española. Walter conocía y amaba la música.”

Pérez recordó a manera de anécdota que Gruen trabajaba en una tienda de llantas y su jefe era un señor de apellido Margolín. Desde un rincón empezó a vender discos y todos los agotaba. Un aspecto fundamental es que en esa época no existían locales dedicados a ese giro. Finalmente, murió el dueño del lugar y Walter lo enfocó totalmente a la venta de música”.

Los restos de Walter Gruen se velan en la funeraria Gayosso Sullivan, en la colonia San Ra-fael y –según algunas de sus amistades–, sus restos serán cremados hoy, aunque aún se desconoce dónde serán depositadas sus cenizas. Le sobrevive su esposa Alexandra Varsoviano.