■ Programa reunión con Norberto Rivera y acudirá a la Basílica

El presidente de Paraguay, Lugo, en visita oficial a México

■ El obispo suspendido puso fin a 65 años del Partido Colorado en el poder

José Antonio Román

Formado en la teología de la liberación, el obispo católico suspendido, Fernando Lugo, arribó anoche a la ciudad de México para cumplir, en su calidad de presidente de Paraguay, una visita oficial los días 3 y 4 de noviembre, en la cual se entrevistará con su homólogo mexicano, Felipe Calderón. En tanto, este fin de semana cumplirá una agenda personal que lo llevará este domingo a escuchar misa en la Basílica de Guadalupe, reunirse en privado –en visita de cortesía– con el cardenal Norberto Rivera en la sacristía de la Catedral Metropolitana y, en ambos casos, recibir una visita guiada por los templos religiosos, con trato de jefe de Estado.

Como candidato a la presidencia de su país, Fernando Armindo Lugo Méndez fue capaz de aglutinar en la llamada Alianza Patriótica para el Cambio un amplio espectro ideológico, encabezado por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), de centroderecha, al lado de un numeroso grupo de organizaciones de izquierda, que logró la hazaña de derrotar la hegemonía del Partido Colorado, el cual llevaba 61 años en el poder, 35 de ellos bajo la dictadura de Alfredo Stroessner.

Sacerdote religioso de la orden de los Misioneros del Verbo Divino, el hoy presidente estuvo al frente a la diócesis de San Pedro, una de las zonas más pobres de Paraguay, durante casi 11 años –de abril de 1994 a enero de 2005–, además de ser provincial de su orden religiosa y ser responsable de la comunidades eclesiales de base a escala nacional durante varios años.

En marzo de 2006, Lugo encabezó un movimiento de resistencia ciudadana junto con partidos políticos de oposición, organizaciones sindicales y asociaciones civiles, y días más tarde fue el principal orador de una magna concentración frente a la sede del Congreso para pedir juicio político contra el presidente Nicanor Duarte. A finales de 2007 oficializa su candidatura presidencial.

Con el propósito de presentarse como candidato, el 18 de diciembre de 2006 solicitó a Benedicto XVI la pérdida del estado clerical. En su carta, decía que su solicitud “no implicaba abdicar de mi amor a la Iglesia ni de mi estima al servicio ministerial y a la vida religiosa”. En un primer intento, el Vaticano pretendió disuadirlo, sin éxito, por lo que no le concedió la petición.

Sin embargo, tras las elecciones de abril pasado y su triunfo por un amplio margen, el Papa le concedió, el 30 de junio pasado, la pérdida del estado clerical y de los derechos inherentes al mismo, pues “el cargo de presidente de un país no es compatible con las obligaciones del ministerio episcopal y del estado clerical”, según el decreto del Vaticano.

Con ello, el Papa le dispensó de los votos religiosos, de la obligación del celibato y de las demás obligaciones de los clérigos, exhortándolo a que como laico fuera “fiel a la fe católica en la que fue bautizado y a llevar una vida coherente con el Evangelio”.

Sin embargo, el presidente Lugo “nunca dejará de ser obispo y presbítero, aunque no ejerza este ministerio”, aclara el obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi, quien ha seguido de cerca el proceso del religioso, convertido hoy en líder civil. Incluso, señala que no está cerrada la posibilidad de que más adelante el presidente de 56 años vuelva a su vida ministerial. No sería el primer caso que después de una dispensa de este tipo, aunque por otros motivos, los ministros recuperen su condición clerical.

Lugo se ordenó sacerdote el 15 de agosto de 1977, y exactamente 31 años después tomaba posesión como presidente de Paraguay, aumentando a siete del número de países de Sudamérica con gobiernos izquierdistas después de Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile y Argentina.