■ Persisten cacicazgos y uso clientelar y paternalista de los programas sociales, señalan ONG
Hidalgo: 10% de productores acapara la mitad de los apoyos del Procampo
■ La mayoría de los productores agrícolas del estado sólo recibe, en promedio, 549 pesos al año
■ Proponen crear un organismo similar a la extinta Conasupo y subsidiar producción de granos
Ampliar la imagen Organizaciones de productores agrícolas de Hidalgo alertaron sobre la contaminación de las tierras de cultivo en la entidad. En la imagen, un sembradío de Ixmiquilpan, en el valle del Mezquital, donde más de 100 mil hectáreas se riegan con aguas negras provenientes del valle de México Foto: La Jornada / Archivo
Pachuca, Hgo., 30 de octubre. Hidalgo ocupa el lugar 17 entre los estados que más fondos reciben de los programas federales de apoyo al campo; sin embargo, sólo 10 por ciento de los beneficiarios acaparan 48.9 por ciento de los 4 mil 210 mil millones de pesos que la entidad ha recibido entre 1994 y 2008.
Esta concentración de recursos agrava el rezago de la entidad, donde 51 por ciento de la población es rural y vive de actividades agrícolas en tierras de temporal, señaló la Red Unida de Organizaciones de la Sociedad Civil al concluir su primer foro sobre la crisis alimentaria en Hidalgo, titulado Asamblea Hidalguense Sin Maíz no hay País.
Durante la relatoría del foro, los organizadores explicaron que en 15 años 10 por ciento de los productores han recibido 2 mil 60 millones de pesos.
En el lapso mencionado, cada uno de los integrantes de este pequeño grupo de “privilegiados” recibió, en promedio, 6 mil 498 pesos al año, mientras 90 por ciento de beneficiarios apenas alcanzaron 549 pesos.
Los participantes, representantes de la Academia Hidalguense de Educación y Derechos Humanos, de la Agencia Aalternativa Desde Abajo, del Centro de Investigación y Capacitación para el Servicio Social y de la Fundación Arturo Herrera Cabañas, entre otras 15 agrupaciones, acusaron a los partidos políticos de seguir fomentando “el clientelismo” y a los gobiernos de mantener una actitud “paternalista” con los programas de apoyo.
El campo hidalguense, afirmaron, enfrenta una elevada migración, fuga de conocimientos, falta de apoyos para reactivar la agricultura, ausencia de reglas claras para obtener subsidios federales, y contaminación de tierras, como ocurre en las zonas de cultivo del valle del Mezquital, donde más de 100 mil hectáreas se riegan con aguas negras provenientes del Distrito Federal y de varios municipios del valle de México.
A lo anterior se suman los problemas de tenencia de la tierra, falta de agua y de infraestructura básica, inconformidad social, incumplimiento del derecho a la alimentación y a la salud, ausencia de proyectos viables y de orientación para reactivar el campo.
“Los programas de apoyo al campo y la entrega de despensas son parte de campañas electorales, no soluciones integrales, lo que no resuelve el problema del hambre –señaló el investigador Pablo Vargas González–. La alternancia política no ha significado nada para la población más desfavorecida. Gran número de jornaleros agrícolas aún trabajan en condiciones que violan sus derechos humanos; aún hay grandes acaparadores y caciques regionales.”
La Red Unida de Organizaciones de la Sociedad Civil propuso crear un organismo semejante a la extinta Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo); promover los subsidios a los granos básicos, sobre todo al consumo, y fomentar los cultivos de autoconsumo.
La organización advirtió que promoverá la destitución de autoridades si no cumplen sus funciones, como se hace en las comunidades indígenas que se rigen por usos y costumbres.
También se promoverá un programa emergente para enfrentar el regreso de los migrantes de Estados Unidos, para promover la producción de alimentos orgánicos y para sensibilizar a los maestros que trabajan en las comunidades para que se sumen a la lucha por la defensa del campo y la alimentación.