Atentados en India dejan 65 muertos y 335 heridos
Guwahati, 30 de octubre. Once bombas detonaron en una rápida sucesión este jueves en la principal ciudad del inestable estado norteño de Assam y en otros tres distritos, estallidos que dejaron al menos 65 muertos y 335 heridos, informó la policía india.
Hasta el cierre de esta edición, ninguna organización se había adjudicado la responsabilidad por las explosiones, sobre las cuales analistas de seguridad destacaron que parecían estar coordinadas.
El estado de Assam ha sido durante décadas un foco de la insurgencia separatista, pero recientemente también ha sufrido ataques con bomba por los cuales se ha responsabilizado a militantes islamitas de Bangladesh, limítrofe con India.
La mayoría de las explosiones ocurrieron en mercados muy concurridos en la entidad y muchas bombas fueron escondidas en motocicletas.
Una de las detonaciones tuvo como objetivo una zona de alta seguridad en la que había un tribunal así como oficinas y hogares de funcionarios policiales de alto rango del país asiático.
Los canales de televisión mostraron personas tiradas en la calle, con su ropa bañada en sangre. Algunos de los lesionados que podían caminar fueron conducidos a ambulancias por vecinos del lugar y policías.
“Inmediatamente después de la explosión hubo una completa oscuridad por un momento y después vi varios cuerpos y partes de cuerpos en los alrededores”, dijo a los medios Bikash Goyal, un testigo en Guwahati.
Acusan a islamitas
Un portavoz en la oficina del ministro jefe de Assam afirmó que 33 personas fallecieron en cuatro explosiones en Guwahati. Las otras 32 fallecieron en otras tres ciudades del estado.
Una ola de ataques con bomba ha golpeado India en los últimos meses, atentados que han dejado más de 125 muertos. La policía ha responsabilizado por la mayoría de esos ataques a militantes musulmanes, aunque algunos supuestos militantes hindúes también han sido arrestados.
Analistas de seguridad y funcionarios de inteligencia del ejército indio dijeron que las explosiones de Assam, el peor ataque en el inestable noreste del país, llevaban el sello característico de los atentados perpetrados por militantes islamitas.
Pakistán, muchas veces acusado por el gobierno de Nueva Delhi de fomentar los conflictos étnicos en su vecina India, condenó los ataques y pidió cooperación internacional para combatir a los militantes islamitas.