■ Continúan en San Salvador las actividades alternas a la Cumbre Iberoamericana
Jóvenes de América Latina exigen un plan para que la crisis global no golpee ese sector
■ Alertan acerca de la recesión que caerá “sobre todos los países subdesarrollados” de la región
Ampliar la imagen Víctimas de la guerra civil salvadoreña protestan cerca de la Cumbre Iberoamericana en San Salvador Foto: Reuters
San Salvador, 30 de octubre. En las actividades alternas a la XVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en El Salvador, jóvenes del país anfitrión y de las naciones iberoamericanas invitadas exigieron a los gobiernos y delegaciones oficiales un plan de emergencia para evitar que el sector sea “víctima perpetua de la actual crisis económica y la recesión que golpeará a los países subdesarrollados”, indicó Jorge Luis Díaz, miembro del comité organizador del Festival Juventud 2008, que está sesionando desde el martes en varias sedes de la capital.
El representante adelantó que con el apoyo de otras generaciones sensibles a sus reclamos, países con gobiernos progresistas y las mayorías pobres de Latinoamérica, España y Portugal “desplegaremos acuerdos para hacer realidad que los jóvenes sean sujetos de derecho en el mundo”, y lo harán, dijo, con “acciones pacíficas, acuerdos institucionales y convocatorias para construir consensos entre la población joven”,
El plan de emergencia “deberá incluir presupuestos económicos que generen empleos para los profesionales egresados de las universidades, recursos suficientes para las escuelas y universidades públicas, masificación de la cultura y el arte, educación en salud reproductiva y sexual y una cultura para la paz”, sostuvo.
Señaló que con otros frentes sociales continentales, harán públicos los reclamos en foros y convenciones mundiales.
En medio de actos culturales y festividades diversas, los movimientos y organismos juveniles alternativos junto con la juventud de la Conferencia de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Coppal) acordaron interponer la propuesta de ratificación de la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes, con el fin de que los gobiernos de los países asuman el compromiso de legislar y promover marcos jurídicos adecuados para la juventud.
La Coppal realiza también sesiones alternas a la cumbre oficial con la participación de cientos de representantes de México, Brasil, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Costa Rica, además de otros países del Caribe y Sudamérica.
Organizaciones de izquierda y centroizquierda como URNG, UNR y ANN de Guatemala, los partidos de la Revolución Mexicana, del Trabajo y Convergencia, de México, y el Partido Revolucionario Democrático de Panamá, entre otros, se encontraron en la capital San Salvador con el fin de promover plataformas políticas regionales con base en las problemáticas que enfrenta la juventud.
Gloria María Anaya, joven diputada salvadoreña del Parlamento Centroamericano, explicó que los acuerdos emanados de las consultas públicas en las naciones iberoamericanas fueron la base de dicha convención, por lo cual “cuenta con legitimidad suficiente para orientar una base legal a los derechos que reclamamos urgente para los jóvenes, como son empleo, educación, oportunidades y seguridad”, apuntó.
También son acuerdos que “van orientados a emitir políticas públicas que den una solución real a los problemas de la juventud de la región en los rubros de vivienda, empleo digno, ambiente sano”, indicó la legisladora.
Añadió que a los jóvenes “se les debe dejar de ver como fotos de anuncios y que haya espacios de participación real para labrar su destino y una política social económica equitativa para encarar la crisis que estamos viviendo”.
Adelantó que independientemente de la ratificación o no de la convención por los países involucrados, los jóvenes organizados de la región pugnarán para hacer real las regulaciones de su sector en secretarías, ministerios, parlamentos, universidades y sectores productivos, es decir, buscarán que las demandas sean un eje transversal en todos los órganos de los estados iberoamericanos.