■ Pide no caer en la visión errónea del proteccionismo comercial
Felipe Calderón propone un nuevo orden económico equilibrado entre Estado y mercado
San Salvador, 30 de octubre. Para enfrentar la crisis económica internacional, el presidente Felipe Calderón abogó en la Cumbre Iberoamericana por establecer un nuevo orden económico internacional equilibrado entre Estado y mercado, así como dar impulso a la inversión privada, pese a la “polémica” que conlleva.
Desde la perspectiva del presidente mexicano, la solución a esta depresión económica también pasa por continuar con la integración de los mercados en América Latina e Iberoamérica, lo que implica romper con una serie de “prejuicios y tabúes”. Y pidió no caer en la visión errónea de “cerrazón y proteccionismo comercial”.
A propósito del otro tema toral de esta cita iberoamericana, el presidente mexicano hizo una crítica a los jóvenes al plantear que “hoy no creen en nada” y dijo que incluso “probablemente no creen muchos en Dios, porque van hacia un siglo de un gran agnosticismo”.
En la primera sesión plenaria celebrada en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones y ante sus pares de 21 países, el presidente mexicano también rebatió la propuesta del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de crear un banco y un sistema monetario común en la región.
Planteó que si bien esta es una meta “deseable”, conlleva una enorme “complejidad”, porque mientras unos países tienen su propia moneda otros han asumido monedas de otros países, como el caso de El Salvador o Ecuador que tienen su economía en dólares.
Antes de plantearse ese objetivo, recomendó que Iberoamérica asuma varias políticas en común en materia comercial, de reglas legales y de protección a la inversión, de manejo responsable de finanzas públicas.
Correa luego expresó su sorpresa al decir: “yo resulte más liberal” que su homólogo mexicano en cuanto a una propuesta para integrar un Fondo Verde de acción colectiva, y resaltó su condición de economista.
Si bien Calderón coincidió por la mañana con sus pares en diseñar este nuevo orden económico, fue quien puso mayor énfasis en la defensa de algunos principios del libre mercado.
Por ejemplo, se declaró en favor de detonar la inversión pública y privada, aunque debió reconocer que “este es un tema que se puede prestar a una polémica amplísima, pero el hecho es que si no tenemos quién invierta en nuestra región, sino hay quién ponga una fábrica, un invernadero, un hotel, un desarrollo, no habrá posibilidades ni futuro económico para la región, particularmente para los países más pobres”.
Los jóvenes no creen en nada
Tras presentar un diagnóstico sobre la situación de desprotección de los jóvenes en América Latina, que los lleva al consumo de drogas y a participar en grupos criminales, Calderón se quejó de que “no creen en nada”.
“No creen en los políticos, y estoy seguro que no decepciono aquí a nadie, todos los sabemos. No creen ahora en la economía, porque la economía ha fracasado; no creen en el capitalismo que está mostrando sus terribles deficiencias, y no creen tampoco en el socialismo que murió hace rato, antes de que ellos nacieran”.
Añadió: “No creen y si no creen, y se puede debatir acerca de estos sistemas, en lo menos que creen es en las ideologías”.
Por eso, sostuvo que el reto es hacer que la nueva generación de jóvenes iberoamericanos pueda creer firmemente en algo, “que pueda creer en el hombre, que pueda creer en la libertad, en los derechos humanos plenamente respetados, que a veces damos por cumplidos y no están cumplidos”.
En el cierre de su participación en esta cumbre participó en la constitución del Grupo del Arco Pacífico y cenó con el Rey Juan Carlos I de España y con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Como hicieron otros mandatarios regresó esta misma noche a la ciudad de México –un día antes de la clausura– al considerar que ya se habían cumplido los objetivos de su estancia en este país.