Usted está aquí: viernes 31 de octubre de 2008 Opinión Los saldos

Luis Javier Garrido

Los saldos

Los analistas de la derecha están constatando que los términos de la contrarreforma petrolera aprobada por el Congreso mexicano no satisfacen las expectativas que tuvieron y ya están empezando a buscar responsables del fracaso, y el primero de ellos parece ser el español Juan Camilo Mouriño (titular de Gobernación), contratista y negociador de la aprobación, envuelto ahora también en otro escándalo: el ocultamiento por el gobierno calderonista de información vinculada con los posibles turbios tejemanejes de su padre, el socio y amigo de Fox.

1. La contrarreforma petrolera privatizadora de Felipe Calderón y los priístas salinistas, que culminó el martes 28 con otro bochornoso acto de aprobación ahora de los diputados, que votaron sin discutir en el pleno los textos legales y negándose a cualquier análisis, en una sesión irregular de la Cámara, con la tribuna tomada, y en la que la PFP y fuerzas armadas del Ejecutivo de facto rodearon el Palacio Legislativo de San Lázaro, no ha resuelto nada del futuro de la industria petrolera mexicana.

2. La afirmación de Felipe Calderón del miércoles 29 de que la aprobación fue “por consenso”, cuando más de 100 diputados votaron en contra es tan mentirosa como la de que “Pemex se va a fortalecer”. Para engrandecer la industria petrolera mexicana no se necesitaba ni se necesita ninguna “reforma” legal, sino voluntad patriótica, algo de lo que carece el gobernante espurio. Lo que él requería era contar con más garantías en la legislación secundaria de las que ya existen para disponer más libremente de la paraestatal a fin de ir entregando a pedazos la industria a las trasnacionales, y esto es lo que le dieron los legisladores abriendo rendijas en los nuevos principios legales.

3. El principal derrotado, no obstante haberse aprobado la contrarreforma oficial con el respaldo del PAN, del PRI y de los chuchos y cuauhtemistas del PRD, es, a pesar suyo, el propio Felipe Calderón, quien había propuesto a principios de abril una apertura total de la industria petrolera mexicana al capital trasnacional, y está refrendando a finales de octubre una serie de mezquinas contrarreformas que, además de evidenciarlo como vendepatrias, no le dan garantías suficientes para sus negocios turbios y además lo hacen fracasar en lo político. Había creído que con el proceso de contrarreforma mataría dos aves con una pedrada y salió trasquilado. El pacto de Mouriño con los chuchos y los cuauhtemistas del PRD no sólo no le permitió aislar a Andrés Manuel López Obrador y al Movimiento Popular, sino que éstos salen fortalecidos de la confrontación.

4. La mediocre contrarreforma petrolera de 2008 sí abre, violando abiertamente la Constitución Mexicana, nuevas vías privatizadoras, que a juicio del grupo calderonista podrían dar pie a una nueva oleada de “penetraciones hormiga” de la Repsol YPF y de otras trasnacionales, así como a los negocios que su grupo de amigos tiene proyectados, de ahí su júbilo el miércoles 29 ante Juan Carlos y Zapatero. No es suficiente, empero, para que otras grandes corporaciones puedan arriesgarse en operaciones de mayor envergadura, y eso es lo que ha suscitado el disgusto de Fox y de los salinistas. Los voceros de la derecha se han lamentado por ello de la reacción que tuvieron el martes 28 diversos consorcios petroleros de los Países Bajos, afirmando que estas modificaciones legales de corte neoliberal no constituyen garantía suficiente para las trasnacionales.

5. La aprobación fast track que hicieron los diputados de textos seudolegales contrarios a la Constitución Mexicana, sin discutir nada y negándose a escuchar a sus compañeros legisladores, ahonda, por otro lado, la crisis institucional de México, pues evidenció a los integrantes del Poder Legislativo, que de espaldas al país no representan más que a las burocracias de sus partidos y para defender intereses privados no dudan en pasar sobre las instituciones al avalar a ciegas acuerdos de las cúpulas partidistas.

6. Las multinacionales que pretendan invertir en México engañadas por la propaganda calderoniana, difundida por varias agencias desde el martes 28, diciendo que portions of the state-owned oil company Pemex will be privatised, como dice un boletín leído en Radio Netherlands el 28, han de saber que todas sus inversiones en la materia serán anticonstitucionales, pues, a pesar de lo que diga la contrarreforma, el artículo 27 de la Constitución prohíbe que se otorguen concesiones y contratos en materia petrolera, y el 28 consigna el principio de la exclusividad del Estado en el manejo de sus recursos petroleros, por lo que el pueblo tiene el derecho inalienable de proceder contra sus intereses y deben atenerse a las consecuencias.

7. La aprobación fast track por parte de los diputados de textos legales que no conocían, contrarios a la Constitución Mexicana, y sin discutir nada, ahonda además la crisis institucional de México, pues evidenció a los legisladores que, de espaldas al país, no representan más que los intereses de las burocracias de sus partidos y muy probablemente a los de diversas multinacionales, y que no dudaron en pasar por sobre las instituciones del país al avalar a ciegas acuerdos de las cúpulas partidistas.

8. El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo puede a su vez legítimamente prevalerse de un enorme triunfo, pues si la mezquina contrarreforma aprobada es contraria a los intereses del pueblo, la intensidad del debate ha permitido a amplios sectores conocer las vulgares motivaciones de Calderón y de sus protectores priístas, y no hace más que fortalecer las posibilidades de la resistencia, que ha de estar ahora alerta a todas las decisiones del gobierno de facto en materia energética que violen la Constitución, un triunfo en el que fue fundamental su líder, Andrés Manuel López Obrador, que luchó denodadamente hasta el último momento por evitar los peores aspectos de la contrarreforma.

9. Los integrantes de las facciones neoliberales y entreguistas del PRD, tanto los chuchos como los cuauhtemistas, que actuaron, según los analistas, por ambición como por resentimiento, no salen, a su vez, bien librados en su aventura de asociarse al gobierno espurio de Calderón, y deberán enfrentar en los próximos meses todos los reclamos de la gente, pues parecen ignorar que ocupar los cargos de dirección de un partido no les da ninguna fuerza social.

10. La crisis financiera, económica, social y política que se ahonda en México encuentra después de estos meses de lucha, y eso no lo esperaba el grupo calderonista, a un pueblo más alerta y mejor organizado.

 
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