■ Junto con Ana Belén, presentó Tal para cual en la plaza de armas de Zacatecas

Hace años que escribo canciones contra la violencia machista, expresó Víctor Manuel

Arturo Cruz Bárcenas (Enviado)

Zacatecas, Zac., 29 de octubre. “Siento tu mano fría correr despacio sobre mi piel...”, frase de la canción Quiero abrazarte tanto fue más que simbólica la noche del pasado martes, que con cuatro grados de temperatura calaba hasta los huesos, más aun cuando llegaban las ráfagas de viento helado, durante el concierto titulado Tal para cual, de Ana Belén y Víctor Manuel, efectuado en la plaza de armas de esta ciudad, gratuito, masivo, inolvidable.

Las bajas temperaturas, producto de un frente frío, pusieron en riesgo la realización del concierto de la pareja, unida por el canto y la vida. Los organizadores pensaron en otro sitio, como el Teatro Calderón, pero durante el ensayo, al ver que algunas personas habían llegado desde las cinco de la tarde para apartar su lugar y se habían cubierto con una manta, Víctor Manuel dijo que no sería justo para ese público, cambiar de foro.

“Saldremos”, concluyó. A las 19 horas eran pocas las personas allí reunidas. Algunos jóvenes iban y venían con cafés, otros con su mezcal o su tequila, para defenderse.

Sólo pienso en ti

A las 20 horas la sillería ya estaba ocupada. Algunos se sentaron en las gradas, que son los escalones de la plaza. A las 20:30 ya era un multitud. Los músicos de la pareja se frotaban las manos. Alternaron en series de tres o cuatro canciones. Víctor Manuel: “Esta canción la escribí hace un montón de años porque tuve conocimiento de que existía una residencia en Andalucía, ubicada en la provincia de Córdoba, donde las personas fabricaban muebles, fabricaban forja, financiaban el colegio e incluso mandaban el dinero a sus familias, que era gente muy modesta.

“El grave problema que comenzó a surgir es que se formaban parejas entre ellos y había familias que no eran partidarias de darles anticonceptivos. Todo esto acabó hace muchísimos años y la pareja de la que hablo es Carmen y Antonio, quienes siguen viviendo en el mismo sitio y tienen un hijo universitario... Sólo pienso en ti.”

Los acordes provocaron una gritería. Consabida, la composición fue cantada a coro: “Ella fue a nacer en una fría sala de hospital (...) Él nació de pie: le fueron a parir entre algodón. Su padre pensó que aquello era un castigo del Señor...”

Así, entre anécdotas en torno de la génesis de las canciones la noche corrió sabrosa, romántica, para abrazarse y contrarrestar lo gélido. “Hace años que escribo canciones contra la violencia machista; esa violencia ejercida en forma terrible contra la mujer, aquí, en España y en muchos otros lugares del mundo, por supuesto. Como he escrito tantas canciones negativas, hice una positiva. Se titula Mujeres y habla de ellas, pero también de nosotros, de todo lo que tenemos que compartir, de que las mujeres han sido la gran revolución del siglo que acaba de terminar y son la revolución de éste, porque ellas van a estar en todo lo que quieran. Nos guste o no.”

Es el respeto por quien comparte solidariamente la vida, por quien está al lado en las buenas y en las malas. Aplausos, gritos. Las parejas se miraban por lo que escucharon y no faltaron algunos reproches. Siguió con Cómo voy a olvidarme. “Se puede perdonar, pero no olvidar.”

Entre la distancia y los amigos

Ana Belén siguió en la introspección colectiva en que se convierten los conciertos con su compañero. “El sur es más que un punto cardinal colocado sobre el horizonte. No sólo es el punto más alejado del norte; todas las distancias que nos separan son abismales, pero el sur sigue significando la posibilidad de escaparse sin rumbo fijo, de viajar por viajar, de pintarnos la vida de colores.” Y cantó Rumbo al sur. Muchos recordaron su juventud, cuando pudieron romper con el cordón umbilical, pero no lo hicieron y se aferraron al terruño y los edipos.

“Creo que hay muchas cosas en el mundo para disfrutar. Se me ocurren muchas, y seguro a ustedes se les deben ocurrir bastantes, pero hay una de ellas que para mí tiene un significado: los amigos.” Citó a Joaquín Sabina y cantó Peces de ciudad.

Así siguió la noche, por casi tres horas, con frío, pero pocos se fueron. Muchos se situaron alrededor de unos calentadores de ambiente, mientras se oían las notas de El hombre del piano, Un mundo raro... Se despidieron dándose un largo abrazo, con su amor que ha trascendido.

Víctor Manuel comentó que Sólo le pido a Dios, que acababa de cantar Ana Belén, es un tema infaltable y hermoso. Ana dijo que tenían tres años de querer estar en Zacatecas.

Víctor Manuel y Ana Belén fueron recibidos por la gobernadora Amalia García Medina. Fue una velada que se alargó pasadas la medianoche, entre fotos del recuerdo y deseos de que todo vaya bien.