■ El actor michoacano promueve la cinta colombiana Satanás, que se estrena mañana
Mientras exista el mal, hay que exhibirlo, afirma Damián Alcázar
■ Si la sociedad no fuera tan pobre, no estaría resentida; tienen la culpa quienes han regido la economía de este país, dice
■ Interpreta a un ex combatiente de Vietnam, convertido en asesino
Ampliar la imagen Damián Alcázar durante la presentación del filme Foto: Notimex
La pobreza, la miseria, genera la violencia. No es algo que “esté en el aire”. El meollo del asunto tampoco es que la maldad sea inherente al ser humano. Damián Alcázar insistió una y otra vez en que sin transformar las condiciones sociales no se puede resolver la violencia: “Se tendría que reforzar el campo, el salario mínimo, no sacar más policías ni hacernos policías a nosotros los ciudadanos (volvernos delatores)”.
El actor michoacano, uno de los más destacados en América Latina, se reunió con la prensa este martes para promover Satanás, cinta colombiana en la cual interpreta a Eliseo, un ex combatiente de Vietnam que un día, en su ciudad, Bogotá, mató a más de 20 personas, entre ellas su madre.
Alcázar habló con indignación y sin pelos en la lengua sobre un abanico de temas que abarcó desde la reforma energética hasta la guerra, pasando por las televisoras mexicanas y la Iglesia católica.
“Ya se vendió el petróleo, (el Presidente) ya lo logró, ¿y ustedes creen que la gente va a estar feliz con eso? No. Las playas se están vendiendo todas, Baja California, Sonora, principalmente a los gringos. Y eso nos lo quitan para siempre, porque la propiedad privada es sagrada. También quién sabe a qué idiota se le ocurrió eso. Todo eso lo único que genera es violencia.”
Basada en un hecho real
Satanás, primer largometraje de Andrés Baiz (Cali, 1975), está basado en un hecho real ocurrido en diciembre de 1986, protagonizado por el ex soldado Campo Elías Delgado. Mario Mendoza, quien conocía a Delgado, escribió el libro Satanás (en el cual está basada la cinta).
Alcázar leyó el libro, recortes de la prensa de entonces, vio documentales sobre asesinos seriales y leyó sobre el llamado síndrome de Vietnam. “Pero principalmente tienes el guión”, el cual elogió.
El actor se fue a Bogotá dos meses antes de la filmación, y dice, con acento de aquella ciudad: “En Bogotá, hermana, hablan totalmente diferente, y caminan diferente, y miran diferente”.
También recurrió a un ex marine de madre colombiana y padre estadunidense: “Hablaba un inglés perfecto, como de Boston, y un español también así, hermana (otra vez el acento), y me dijo unas cosas espeluznantes de cómo los preparan y cómo los hacen máquinas de matar y cómo sólo sirven para eso. Me decía, ‘yo entiendo perfectamente qué le pasó a este man, porque la sociedad, usted sabe, es hostil, es grosera, a uno no le dan su lugar’.
“Se sienten héroes porque fueron a la guerra, mataron, destruyeron y los condecoraron, y llegan (a su país) y ya no hay respeto.” El ex combatiente concluye que “prefiere regresar a su guerra, donde era el héroe.
“Insisto en que la pobreza, la miseria, genera la violencia. Si esta sociedad no fuera tan pobre, no estaría, primero, tan resentida ni tan enojada. Y de eso tienen la culpa los que han regido la dinámica económica de este país por décadas.”
Recordó que leyó, cuando estaba en Colombia, acerca de los policías que entrenaban torturándolos y que el presidente municipal dijo que así se tenían que preparar (era el caso de Guanajuato). “Esa pobre señora (una policía), que está acostumbrándose a los golpes, no va a tratar a la gente más que a golpes. Y claro, le pagan una miseria. El día que el narco le diga te pago tanto, se va para el otro lado.”
El protagonista de Un mundo maravilloso y La ley de Herodes dijo que cree que los mexicanos deberían ver Satanás para que “vean hacia dónde vamos y qué estamos ya viviendo, y que se exija”.
Al preguntarle si cree que tiene caso seguir documentando el mal, dijo que mientras exista hay que exhibirlo: “Alguien me decía, la escena de la violación es tremenda. Pregúntale a una chica que desafortunadamente haya sufrido eso. ¿Qué le ha pasado a las jóvenes en Ciudad Juárez? Me avergüenza ser hombre por lo que han hecho estos hijos de puta. Hay que hablar directamente de eso, que la gente diga ‘qué horror’, bueno, pues no participes, condénalo, protesta”.
–La maldad está en el aire.
–No, la inoculan, con la pobreza.
–Aun así, hay solidaridad, fraternidad.
–Claro, porque los seres humanos somos complejos. Somos también amorosos y amables, nada más que cuando la pobreza entre por la puerta, el amor sale por la ventana.
La debacle es para los jodidos, expresa
Ante la pregunta de qué tanto cree que le vaya a pegar la crisis financiera al cine y la acotación del reportero de que les pegaría a todos, respondió: “No a todos. La debacle financiera es para nosotros los jodidos. Si acaso, Slim ahí como a las tres de la mañana se voltea en su cama y pierde un millón de dólares, pero todo lo demás no lo va a perder.
“En este país la cultura es de lo que menos importa, y estos señores, además de ignorantes, persignados y recalcitrantemente conservadores, (piensan) ‘la cultura, ¿qué es eso?, no sirve para nada’, cuando la cultura es la mayor riqueza de un país.”
Agregó: “El cine ya sufre. Si realmente se hubieran volcado a darle el apoyo necesario, el cine ya sería una industria que le daría trabajo a muchísima gente y que generaría divisas.
“Ahorita, el cine necesita una cosa tan simple: dos o tres salas dedicadas al cine mexicano en cada ciudad.”
A Alcázar, quien ha recibido numerosos premios, lo que lo atrae para participar en una película es una buena historia. Asegura (no tiene que hacerlo, se le nota) que “sigue siendo un apasionado” de su oficio, que “sigue siendo el mismo que trata de decirle a la gente cosas que valgan la pena”.
En puerta tiene la cinta cuyo rodaje arrancó este miércoles, De la infancia (Carlos Carrera), y en algunos meses la película basada en Memoria de mis putas tristes, de Gabriel García Márquez, y otra que dirigirá Luis Estrada.
Respecto de la creencia de que el futuro está en la tele más que en la pantalla grande, en las series en específico, se enfocó en la situación mexicana: “No les creo a las televisoras. Les llegan al precio a los dizque responsables de la política en este país”. Las televisoras “tienen un negocio. No les interesa hacer buenas historias. Podrá colarse una serie y luego la cortan, lo que le pasó a Argos. El medio es extraordinario, pero lo agarraron los mercaderes y lo utilizan.”
Alcázar se ha caracterizado por nunca haber aceptado trabajar nomás por dinero. Lo suyo son las buenas historias (“como El viaje de Teo, hay que hablar del tema”: la migración).
“No quiero hacer películas comerciales, no quiero hacer una pendejada con Azteca Digital ni con Televisa. Qué bueno que ni siquiera me toman en cuenta porque para ellos los mexicanos son otros, rubios, blancos, bonitos, y yo tendría que ser el chofer, que no me pesaría, pero en sus historias, de ninguna manera. Si es una gran historia, soy el chofer.”
Satanás se estrenará mañana viernes en la ciudad de México con 20 copias.