■ Llaman en San Salvador a impulsar una reforma urgente del sistema económico mundial
Reclamos en la Cumbre Iberoamericana a las naciones que desataron la crisis global
■ Critica Michelle Bachelet la aplicación dogmática de un modelo omiso del rol regulador del Estado
Ampliar la imagen La presidenta Bachelet, el rey Juan Carlos y el mandatario salvadoreño Elías Antonio Saca, durante la inauguración de la Cumbre Iberoamericana Foto: Ap
San Salvador, 29 de octubre. La Cumbre Iberoamericana arrancó con el reclamo de los países emergentes de que van a sufrir una crisis económica “que no crearon”, críticas a la aplicación dogmática de un modelo omiso del rol regulador del Estado y el llamado a presentar una postura unida de la región en favor de la reforma urgente del sistema económico.
Como se esperaba, la crisis financiera internacional acaparó desde su inicio la edición 18 de esta cumbre, en que el tema de los jóvenes si bien quedó en un segundo plano, se complementó, porque en los discursos inaugurales todos coincidieron en que la juventud y los más pobres serán los más afectados por la recesión.
En el Centro Internacional de Ferias y Convenciones, que reunió al rey Juan Carlos de España, gobernantes y representantes de los 22 países miembros –algunos presidentes siguen llegando a esta capital–, y a cientos de jóvenes salvadoreños, comenzó la discusión que derivará en una declaración o “carta de negociación con los que crearon la crisis”, según adelantó el anfitrión, el presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca.
Ello dependerá de que en los próximos dos días los países de la región iberoamericana logren consensos a pesar de posturas divergentes que incluyen a los críticos más severos del libre mercado, como Cuba, lo mismo que quienes abogan por no regresar a atavismos proteccionistas como México y El Salvador y las posturas intermedias representada por España.
En voz de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se escuchó el cuestionamiento más severo a los causantes de la crisis. Más allá de la ausencia de regulaciones adecuadas del sector financiero, planteó Bachelet en su calidad de organizadora de la anterior cumbre, “lo que hay detrás de la crisis es el agotamiento de la aplicación dogmática de un modelo basado en la desregulación y en el abandono de lo público. El agotamiento y la crisis de un modelo que sobreprone el interés individual por sobre el interés de la sociedad, del modelo de aquellos que no creen en el rol regulador del Estado, para garantizar ese interés general y para promover la igualdad”.
Para empezar, Bachelet había dibujado el panorama que se avecina por la recesión: desempleo, desconfianza, deuda, hambre, reducción del gasto social y una generación sumida en la desesperanza.
Como primera etapa de esta estrategia anticrisis, señaló la reforma del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional que forman parte del sistema de Naciones Unidas, institución que –dijo– debe jugar un papel insustituible en este proceso.
Tan importante como el plan de rescate financiero explicó que es el plan de rescate social, porque la crisis golpeará con más fuerza a los más pobres. Lo planteó así: “No nos quedemos en el desplome bursátil, evitemos con fuerza el desplome social”.
Cuestionamiento a Bretton Woods
Primer orador en la ceremonia inaugural, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, advirtió que no puede reconstruirse la arquitectura financiera internacional con los esquemas de Bretton Woods, donde las decisiones fueron tomadas por técnicos de una potencia dominante.
El diseño de esa nueva arquitectura, planteó, deberá contar con la plena participación de los países que hoy inciden en la economía internacional, como es el caso de la región de Iberoamérica.
Pero antes reclamó a los países industrializados, donde, dijo, se originó la crisis, acelerar la adopción de medidas que permitan restablecer la confianza en sus sistemas bancarios, como lo están haciendo, pero con urgencia mediante la creación de líneas de crédito tanto para empresas grandes como medianas y pequeñas.
Si en algo coincidieron los tres discursos inaugurales fue en remarcar que América Latina está mejor preparada pare enfrentar esta coyuntura, pero lo anterior no significa que esté a salvo.
Iglesias trazó el rumbo que deben seguir las reformas del sistema económico al plantear que el Estado debe asumir un papel más activo, que sin sofocar las fuerzas creativas del mercado evite el impacto de un mundo financiero desregulado y a merced de la especulación. Para ello, invitó a todos a trabajar para recortar los impactos de la recesión mundial.
Saca convocó también a que Iberoamérica cierre filas para que haga escuchar su voz como una sola ante los organismos financieros internacionales.
Por último, luego que el presidente Hugo Chavez anunció que no asistiría porque no se garantizaba su seguridad, circuló información en la prensa salvadoreña de que podría llegar esta noche a San Salvador, información que no fue confirmada oficialmente.