Usted está aquí: jueves 30 de octubre de 2008 Política Advierten ONG internacionales sobre estragos en países pobres por la crisis

■ Critican urgencia de ricos para resolver el tsunami financiero

Advierten ONG internacionales sobre estragos en países pobres por la crisis

Víctor Ballinas

La urgencia mostrada por los países ricos para resolver la crisis financiera “marca un notorio contraste con su reticencia y promesas incumplidas de ayuda y alivio a la pobreza, derechos humanos y cambio climático”, sostienen los dirigentes de seis organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales en un pronunciamiento público sobre el impacto de la crisis económica global.

Afirman que el diagnóstico de derechos humanos no es bueno. No solamente los derechos económicos y sociales, incluyendo los de la vivienda, la salud y la educación están siendo presionados, “existe el riesgo de un aumento en las violaciones a los derechos humanos.

“Con la contracción de la economía y de las finanzas nacionales, los migrantes y refugiados pueden ser empujados a situaciones insostenibles, puede aumentar la tensión social, llevando a gobiernos más nerviosos a reprimir la disidencia e imponer políticas severas de seguridad pública, limitando las libertades civiles. Estados frágiles pueden debilitarse aún más por la crisis actual y regresar a la inestabilidad y la violencia.”

Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional (AI); y los directores ejecutivos de Oxfam Internacional, Jeremy Hobbs; World Vision International, Dean Hirsch; Plan International, Tom Miller, y de Greenpeace, Gerd Leipold, así como Robert Glasser, secretario general de CARE International, señalan lo anterior y agregan que “es demasiado pronto para predecir qué tan afectados resultarán los países pobres con la crisis financiera y la consecuente depresión económica”.

Destacan que en las dos semanas recientes el gobierno estadunidense ha destinado 123 mil millones de dólares para el rescate de la aseguradora AIG, lo que significa 18 mil millones de dólares más que la cantidad anual de ayuda a los países pobres, y el doble de lo requerido por las Metas de Desarrollo del Milenio, acordadas internacionalmente.

Los dirigentes de las ONG internacionales aseguran que en Europa continúan los planes de rescate financiero. El gobierno británico, apuntan, ha otorgado otros 50 mil millones de libras esterlinas para recapitalizar al sector banquero, “lo cual es equivalente a lo que requieren anualmente los países pobres para adaptarse al cambio climático”.

Khan, Hobbs, Hirsch, Miller, Leipold y Glasser aseveran que queda claro que la decreciente demanda de exportaciones hacia países desarrollados y una menor inversión extranjera, “resultarán en menor crecimiento e ingresos gubernamentales para servicios y protección social, que ya de por sí son frágiles”.

Para millones de las personas más pobres del mundo, subrayan, literalmente es cuestión de vida o muerte, ya que en muchos países la redes de seguridad social fueron desmanteladas por la presión de instituciones financieras internacionales, dejando sin protección a los más vulnerables.

Refieren que a finales de septiembre, mientras Wall Street se tambaleaba por sus fracasos financieros bajo el escrutinio público, una reunión organizada por la Organización de las Naciones Unidas reveló que muy pocos gobiernos cumplirán con las metas del Desarrollo del Milenio para reducir la pobreza antes de 2015, y que el alza en los precios de energéticos y alimentos han cancelado el progreso logrado.

Advierten que la situación puede empeorar si los países ricos deciden utilizar la crisis financiera como pretexto para limitar la ayuda y el comercio.

Recuerdan que en la recesión de 1972-73, el gasto en ayuda global cayó 15 por ciento, hasta alcanzar los 28 mil 800 millones de dólares; en 1990-93, los donantes de ayuda redujeron su gasto 25 por ciento durante cinco años, hasta 46 mil millones de dólares, y la ayuda no regresó al nivel de 1992, sino hasta 2003.

Refieren además que la ayuda humanitaria también se redujo durante un periodo similar, como resultado de la recesión de 1990-93. En términos comerciales, insisten, los países reaccionaron ante la caída de Wall Street en 1929 y la depresión global, erigiendo barreras arancelarias, lo que disminuyó el comercio internacional en dos terceras partes.

Destacan que “una repetición de esta situación en 2009 sería un desastre. Menos ayuda y flujos comerciales significarían que la población de los países más pobres paguen el precio más alto por el derroche de la burbuja crediticia en Estados Unidos y Europa”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.