Usted está aquí: sábado 25 de octubre de 2008 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
[email protected][email protected]

■ Ni dinero ni voluntad política para apoyar a las Pymes

■ Trato fiscal especial para grandes aportantes a campañas electorales

Obligado por el circunstancial “catarrito” (versión oficial) económico-financiero que afecta la salud de la nación, para 2009 el gobierno calderonista se vio en la penosa necesidad de proponer, y el Congreso aprobar, un déficit fiscal equivalente a 1.8 por ciento del producto interno bruto. Paralelamente, los funcionarios de mayor rango en la Secretaría de Hacienda cada que pueden, y pueden seguido, reiteran que “no se pueden dar apoyos fiscales” para que algunos sectores (como el de la micro, pequeña y mediana empresa) sorteen el delicado panorama.

Ni un peso de apoyos fiscales, porque no hay con qué, por ser extremadamente reducida la recaudación, según reza el discurso gubernamental. Sin embargo, sí hay y muchos. Con un poco de voluntad (léase: producto de las gallinas) y decisión (léase: ser gobierno, no gerencia) la administración calderonista no sólo podría aportar muchos pesos a sectores clave de la economía, como el citado (por ser el mayor generador de empleo en el país), sino que de su balance fácilmente eliminaría ese horripilante (para el efecto, véase el manual neoliberal) déficit fiscal que vislumbra para 2009, y, lo mejor del caso, contaría con dineros públicos más que suficientes para construir infraestructura y desarrollar todo tipo de proyectos a lo largo y ancho de esta heroica república.

Cierto es que México es el que menor recaudación fiscal registra entre los países de la OCDE: pero tal galardón no es gratuito: la gerencia federal (lo que algunos aún llaman gobierno) ha hecho hasta lo impensable para reducir la recaudación fiscal a su mínima expresión, aunque saturando de impuestos a la mayoría de los contribuyentes. Si la autoridad fiscal cobrara parejo los impuestos por ella promovidos, y por el Congreso autorizados, otra sería la historia.

Valga como ejemplo que si en 2009 el déficit fiscal será de 1.8 por ciento del producto interno bruto, el conjunto de exenciones, reducciones, desgravaciones y conexos promovidos por el gobierno federal y autorizados por el Congreso significarán un sacrificio fiscal equivalente a 6.53 por ciento de ese mismo PIB. Así, sin cambiar un ápice los proyectos ya autorizados para el año que viene, pero recaudando lo que debería, dicho déficit se convertiría en un superávit de 4.73 por ciento del producto, el cual podría destinarse a un verdadero cuan contundente “programa anticíclico” que reactivara el desnutrido aparato económico nacional, amén de disminuir la peligrosa dependencia pública de los ingresos petroleros.

De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda, y el análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, en 2009 alrededor de 733 mil millones de pesos dejarán de ingresar a las arcas públicas por todo tipo de exenciones, reducciones, desgravaciones y conexos aplicados al impuesto sobre la renta, IVA, el naciente IETU, gravámenes especiales y estímulos fiscales. El déficit fiscal programado para el mismo año representará entre 180 mil y 200 mil millones.

Lo peor del caso es que 2009 no será un año excepcional en ese sentido. Por el contrario, se suma a la pavorosa práctica de manejar clientelar y políticamente los impuestos. Así, el subsidio fiscal más oneroso es el que gentilmente se le otorga al gran capital (distinguidísimo aportante a las campañas electorales), por medio de los regímenes especiales, y a las ganancias del capital en general que para el año próximo significará un “sacrificio” cercano a 350 mil millones de pesos, o lo que es lo mismo alrededor de 1.8 veces el déficit fiscal programado para el citado periodo.

La información para 2009 es alarmante, pero si se amplía para el periodo 2002-2009, entonces el Valium no sirve para nada. En ese lapso, por las exenciones y conexos referidos, las arcas nacionales dejaron de captar más de 4.3 billones de pesos, de los que más de 52 por ciento (2.25 billones) corresponden a “sacrificios” fiscales favorables al capital y sus ganancias.

Con tales prácticas, en la primera mitad del sexenio calderonista, el de la “continuidad”, los “sacrificios” fiscales favorables al capital y sus ganancias superarían el billón de pesos, o lo que es lo mismo cinco tantos el déficit fiscal para 2009.

Entonces, ¿no hay de dónde?

Las rebanadas del pastel

De la lectoría, sobre la eficiencia, el compromiso social y el carisma de algunos funcionarios: “somos un grupo de trabajadores de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública, y denunciamos que desde principios de 2008 ninguno de los que firmamos la presente carta hemos recibido los pagos correspondientes por los programas que desarrollamos. Somos cerca de cien asesores que en casi 10 meses no hemos recibido un solo centavo por el trabajo desempeñado. El responsable de esta grave situación es el coordinador administrativo de la CGEIB, Antonio Eduardo Moreno de la Colina, como resultado de su evidente ineficiencia y los posibles malos manejos administrativos en su área. Como referencia, citamos que esta persona no ha podido pasar los exámenes que a los funcionarios de su nivel les practica la SEP, y se escuda en su supuesta ‘influencia y cercana amistad’ con Josefina Vázquez Mota, la titular de la Secretaría de Educación Pública. Durante muchos meses Moreno de la Colina pidió mayor presupuesto para los programas que implementa la CGEIB, y en junio pasado le recortaron el dinero por subejercicio presupuestal, afectando de esta manera varios de los proyectos ya programados. Para todos nosotros la situación se complica aún más por esta crisis que vive el país, con lo que el escenario para decenas de asesores es cada vez más angustiante. ¿Será mucho pedir que la señora Vázquez Mota intervenga para corregir esta lamentable y explosiva situación?” (Por obvias razones, México SA se reserva los nombres de los denunciantes)… Nombramientos en la fábrica de sueños: quien sí tiene la chamba garantizada, y de sobra, es José Bastón Patiño, a quien Emilio Azcárraga Jean recién nombró presidente de Televisión y Contenidos de Grupo Televisa, de tal suerte que bajo su batuta queda la producción de contenidos para todas las ventanas y plataformas y su comercialización en México y el extranjero del consorcio televisivo. El segmento de Internet del corporativo reportará al propio Bastón y al vicepresidente ejecutivo, Alfonso de Angoitia. Un abrazo para MC.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.